Es muy habitual llegar a casas después de un largo día de trabajo, sentarse en el sofá y ponerse a ver la televisión para desconectar de todo y desestresarte de tu jornada laboral. Sin embargo, esa rutina tan cotidiana puede no ser la mejor para el estado de ánimo.
Según un estudio publicado por Journal of Communication y que recoge el diario británico The Independant, la gente que regresa a casa tras un día de mucho estrés no sólo no encuentra placer o relajación en ver la televisión o jugar a videojuegos, sino que pueden experimentar sentimientos de culpa o incluso de fracaso personal.
Hombre se queda dormido viendo la televisión
El estudio se ha llevado a cabo por la Johannes Gutenberg University de Alemania y la VU University de Amsterdam, y en él han participado 471 personas en las que se ha estudiado su estado de ánimo tras el trabajo o el colegio el día anterior, y qué medio audiovisual habían utilizado.
El estudio demostraba que, aquellos que al llegar a casa especialmente cansados después de su jornada se ponían a ver la televisión, sentían que estaban aplazando otras tareas más importantes, con el sentimiento de culpa que eso les conllevaba. Este sentimiento les hacía encontrarse menos descansados y menos revitalizados, disminuyendo así el efecto positivo que les podía aportar ver la televisión un rato a modo de desconexión.
"Una fuente de estrés, más que de desconexión"
El coautor del reportaje, Dr Leonard Reinecke, de la Johannes Gutenberg University Mainz, declaraba: "Estamos empezando a entender mejor que el mal uso de los dispositivos audiovisuales pueden tener efectos positivos para el bienestar de las personas [...] Nuestro estudio es un primer paso importante hacia un conocimiento más profundo de este tema. Demuestra que, en la vida real, la relación entre la televisión y el bienestar es complicado, y que su uso puede estar en conflicto con otras tareas o actividades diarias menos placenteras pero más beneficiosas"
Lo más leído
"En tiempos de smartphones e internet en el móvil, la disponibilidad constante de contenidos audiovisuales y comunicación, a menudo acaban convirtiéndose en una causa de estrés más que en una fuente de recuperación y desconexión".