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Maika y Pedro, la pareja vencedora
Nada más ver que eran los ganadores, la pareja vasca a hablado con sus hijas, quienes no se podían creer la noticia. "Es lo mejor que nos ha pasado en la vida", comentó Pedro muy emocionado. Por su parte, Maika no se lo podía creer y alegó que siempre le había preocupado la educación de las crías y "ahora ya está asegurada".
Sandra y Mikel, "los grandes perdedores"
Sin embargo, Sandra y Mikel se tuvieron que conformar con la medalla de plata y reconocieron irse con "mal sabor de boca". La prueba de altura fue decisiva para que una de las dos parejas se convirtiera en la ganadora, final que Sandra y Mikel consideraron que no era justa. "La prueba era más fácil para ellos y la ventaja que tenían es que Pedro es mucho más alto y más largo, mucho más cómodo", dijo Sandra tras la derrota. Sin embargo, aunque Mikel se fue descontento, intentó quitarle hierro al asunto y convencer a Sandra de que habían sido "justos ganadores" y no se comportara como una "mala perdedora".
Sandra y Mikel, quienes tienen un niño de 7 años, no se esperaban esta derrota quizás porque nunca habían estado en el banco de nominados, pero finalmente se autoproclamaron como "los grandes perdedores".
Las dos parejas en la gala final del programa
El peor dato para un reality show en Telecinco
El programa, presentado por Emma García y Álvaro de la Lama y producido por Zappelin TV, se estrenó en Telecinco el pasado 26 de junio en prime time. Pese a que su primera gala se estrenó con una audiencia floja (13%), a lo largo de los programas fue perdiendo adeptos y finalmente, el reality fue relegado al late night.
La gala final de 'Ex, ¿qué harías por tus hijos?' solo fue seguida por 782.000 espectadores (7,9%). Hacía mucho tiempo que un reality en Telecinco no cosechaba unos resultados tan bajos. De hecho, con esta fórmula de plató y estos datos, podría decirse que este programa se ha convertido en el peor reality en la historia de Telecinco.
'Ex, ¿qué harías por tus hijos?' tenía como objetivo ayudar a diez parejas divorciadas a reconciliarse por el bien de sus hijos, mientras ponen a prueba su fortaleza mental, habilidades físicas y su capacidad de cooperación.