El segundo capítulo de 'Transparent', "The Letting Go", justo arranca donde terminó el primero, con unos Sarah, Tammy (ahora ya sí, interpretada por la gafe de Melora Hardin) y Maura/"papá" sorprendidas en la casa de ésta última. Ninguno de ellos sabe cómo reaccionar a la situación y tratan de salir del paso con temas absurdos e insulsos para hacer como si no hubiera pasado nada, con frases similares a las que tienes con tus vecinos en el ascensor: "A pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi", "¿Cómo están tus padres?", sólo les ha faltado ponerse a hablar del tiempo: "Pues parece que está nublado".
Hasta que Sarah, aún en shock, le pregunta qué es lo que lleva. Es entonces cuando mantienen una conversación en la que el patriarca le explica que se había sentido así desde niño, pero eran otros tiempos y se tuvo que guardar todo para sus adentros. "Toda la vida me he estado disfrazando de hombre. Ésta soy yo". Con esta frase es con la que el personaje de Jeffrey Tambor consigue ganarnos por completo.
Maura junto a Davinia, su nueva amiga, presencia la muerte de un vecino
Una serie para la generación VHS
Tras ello llega el opening de 'Transparent', del que nos privaron en el capítulo piloto, que deja muy claro que esta serie va muy dirigida a nuestra generación, ésa que conserva recuerdos grabados en VHS. Quizá dentro de 20 años, en un mundo donde la identidad de género sea algo completamente aceptado, esta serie, a pesar de haber ayudado a su normalización, quede desactualizada y pierda sentido, como las cintas de vídeo.
Después de este break, seguimos con la serie, que por primera vez nos muestra un flashback que nos lleva hasta 1989 para mostrarnos el pasado de Maura. Aquí, gracias a la puerta del despacho de la universidad donde da clases de ciencias políticas, descubrimos que su nombre de nacimiento es Morton. Por aquel entonces, a Maura ya le iba vestirse con ropa de mujer -y cuanto más cantosa mejor- en la intimidad, manteniéndolo oculto de su esposa y de sus hijos pequeños, tirando los trapitos a la basura antes de llegar a casa, a pesar de que él mismo se ve como mujer.
Sarah y Tammy solucionan su asunto pendiente
De nuevo en la actualidad, Sarah y Tammy, que se han quedado a medias y siguen con un buen calentón encima, salen de casa del padre y se dirigen a la de la primera, donde les esperan sus parejas e hijos. Durante el trayecto, Sarah sigue aturdida, sin saber cómo reaccionar, por lo que le da por reír, como le podía haber dado por llorar. Al llegar a casa, ambas son bastantes descaradas y da lo mismo que allí estén sus parejas y sus hijos, que ellas siguen lanzándose miraditas. Esa misma noche ambas optan por solucionar el tema que habían dejado pendiente y fornican en el coche -quitando previamente las sillitas de los niños, claro- aparcado en un hermoso mirador con vistas a Los Angeles.
Tammy y Sarah, tras zanjar un tema pendiente
Mientras tanto, las dos rubias anodinas del grupo musical de Josh siguen dando señales para que las encierren en un manicomio. La que se acuesta con él, suelta con un sonido de voz monótono: "No puedo cambiar la agenda, tengo que ir a abortar", como quien va a comprar el pan. Sorprendido ante tal noticia, Josh le garantiza que va a cuidar de ella.
En cuanto a Ali, sigue practicando ejercicio, pero de otro tipo. La hermana menor de los Pfefferman no ha dejado el deporte, porque se dedica a hacer ejercicio mientras folla con Derek, curioso aliciente. La joven, que sigue sin ningún tipo de ocupación, ahora planea crear una web para explicar su método. Por el piso de Derek también anda el armario empotrado de Mike (Amin Joseph). ¿Acabará Ali montándose un trío?
Ali, la hermana pequeña, se entrena duro con Derek
Sarah comparte el secreto de su padre con Len
Al día siguiente, los tres hijos acuden a casa de su madre, donde los dos menores y los dos nietos pasarán ella noche. En el trayecto, Len (Rob Huebel), el marido de Sarah, demuestra ser bastante pelele o no querer ver la realidad, pese a encontrar muchas señales en el interior del coche. Ese día, el buen humor no acompaña a su esposa, que está insoportable y salta a la mínima. Aunque finalmente Len se da cuenta de que a Sarah le pasa algo, ésta consigue salir del embrollo compartiendo el secreto de su padre: siempre es más sencillo compartir los secretos de otros, que explicar los tuyos. La reacción del marido, que califica al patriarca de espeluznante, no le sienta nada bien: "No es espeluznante, es estar en el cuerpo equivocado. Ocultándolo toda su vida". No quiero ni imaginarme cómo actuará cuando Sarah decida dar el paso y dejarlo por Tammy.
Maura encuentra nueva casa
Y volvemos a Maura, que con tantos hijos, en ocasiones queda relegada a un segundo plano. En una de sus reuniones explica que su hija ya conoce su secreto. El patriarca quiere celebrar con alguien el momento, pero descubre que no tiene amigos dentro de la comunidad. Al final convence a Davina (Alexandra Billings), con quien queda en casa de ésta para tomarse unos vinazos. Allí charla sobre sus hijos: cree que Sarah se ha tomado muy bien la noticia; Josh es su hijo "exitoso"; y luego está Ali, muy inteligente -quizá por ello no hace nada con su vida-. Davina le explica su desafortunada experiencia a modo de advertencia: ningún miembro de su familia sigue a su lado después de su cambio. Aunque con la muerte de uno de los vecinos de Davina, además de haber encontrado una nueva casa perfecta para ella, Maura también ha aprendido que el tiempo pasa y hay que darse prisa para poder aprovechar la vida que le queda al máximo
Josh pasa la noche junto a su sobrina
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