'Gracepoint' 1x02 Recap: "Episode Two"

Parece que la investigación de la muerte de Danny Solano no interesa demasiado al público estadounidense. Menos de 5 millones de espectadores vieron el estreno de 'Gracepoint', un dato realmente muy flojo, pero es que su segundo episodio tan sólo lo han visto 3,9 millones, por lo que, salvo milagro, podemos dar por hecho que la serie tendrá tan sólo una temporada.

Comienza la investigación

Sé que va a ser difícil pero una vez aclarado el hecho de que 'Gracepoint' es más una fotocopia que una adaptación de 'Broadchurch', lo mejor es que dejemos de compararla con la original y nos centremos en comentar lo que nos tienen que contar aprovechando que ahora es cuando empieza la investigación de verdad. Tras el impacto inicial, ha llegado el momento de que Carver y Miller se pongan manos a la obra y vayan tirando del hilo de cada una de las pistas que les van llegando, que son muchas.

Los primeros sospechosos

Como ya dijimos la semana pasada, el crimen ha creado una nube de sospecha que cubre todo el pueblo y es que, aunque es pronto para asegurarlo, es más que probable que el asesino sea alguien del entorno de la familia (un vecino, un familiar, un amigo, un profesor...). Por ahora sabemos que Danny guardaba algún secreto importante sobre alguien que conocía y tenemos un buen puñado de sospechosos cuya actitud llama bastante la atención, empezando por Susan Wright, la arisca responsable del parque de caravanas, Jack Reinhold, mentor de Danny y oportuno testigo de una discusión, Raymond Connelly, un operario de la compañía telefónica con supuestos poderes psíquicos que podría saber más de lo que parece, y, sobre todo, Mark Solano, padre del niño y con una coartada tan absurdamente poco preparada que casi le elimina como sospechoso.

Seguramente ninguno de ellos acabará siendo el asesino, o puede que sí, quién sabe (recordemos que no será el mismo que en la versión original), el gran problema aquí es que parece que a Miller le cuesta tomar la distancia necesaria para aceptar que alguien de su comunidad pueda ser un criminal. Debe ser dificilísimo asumir que alguien que conoces o con quien convives puede ser un asesino, de hecho no me lo puedo ni imaginar, pero su actitud comprensiva con los sospechosos es absolutamente intolerable para un policía.

Como espectadores sabemos que la cocaína encontrada en la habitación de la hermana por ahora no es más que una camino sin salida, lo que los anglosajones llaman 'red herrings', pero sorprende que Miller despache el tema con un par de charlas con Chloe y Gemma más propias de una amiga que de una investigadora de un homicidio. Y no, su inexperiencia en este tipo de casos no es ninguna justificación. ¿Cambiará su actitud la próxima semana con las pistas que apuntan a Mark? Veremos.

El duelo de una comunidad

La familia Solano sobrelleva la pérdida de Danny como buenamente puede. Si el piloto hacía hincapié en el dolor de Mark, en el segundo episodio es Beth la que toma el protagonismo. Vemos que está completamente rota y que apenas puede soportar el peso que supone estar esperando un hijo cuando espera a poder enterrar (no se sabe cuando) a otro. El reverendo Coates pudo haberse convertido en su apoyo, y durante unos minutos parece que lo es, pero el hecho de que aproveche el momento para hacer proselitismo en televisión es realmente rastrero.

Por si no tuvieran suficiente con lo que tienen, los Solano no sólo están sufriendo el dolor de una pérdida sino que además deben soportar las miradas entre compasivas y acusatorias de sus convecinos. La mayoría siente compasión por el dolor de la familia y muchos se preocupan por cómo el crimen afecta a la seguridad del pueblo, pero algunos van más allá y piden que el asunto se tape pronto para que afecte lo menos posible al turismo, fuente esencial de ingresos de gran parte de la población. La excusa perfecta para un asesino ¿no?

Todavía nos quedan ocho episodios por delante (cinco para llegar al momento en que dicen que la historia difiere de la original), así que aún nos falta mucho por ver. La trama periodística sigue siendo con diferencia la más floja pero esperemos que la cosa mejore pronto. También es verdad que la cosa empezará a animarse en seguida en cuanto descartemos a unos sospechosos de la lista y los sustituyamos por otros, por lo que habrá que tener paciencia. Eso sí, esperemos que los últimos acontecimientos sirvan para que Miller se caiga del guindo y se ponga el traje de faena, que buena falta le hace.