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Tras la emisión del 4x06 de 'Homeland' ya podemos afirmar que ha llegado la gran revelación, el giro argumental que necesitaba esta cuarta temporada. "From A to B and Back Again" ha dado por cerrado el hilo conductor sobre el que se han ido sosteniendo los primeros cinco capítulos para finalizar de una manera seca y violenta -sin concesiones de cara al espectador-, y han aprovechado para presentarnos la futura lucha titánica que enfrentará directamente a los que han resultado ser los dos verdaderos pesos pesados de la historia: Carrie Mathison por parte de los EE.UU y Haissam Haqqani, el líder talibán.
El ritmo de este "From A to B and Back Again" ha sido portentoso, y si exageramos esa sensación casi podríamos decir que hemos podido disfrutar de algunos de los mejores momentos de 'Homeland' desde la 2ª season. Cerramos además el ecuador de la temporada, así que es un momento idóneo para echar la vista atrás y sobre todo ver que nos queda por delante. Pasemos a analizar ya lo que ha dado de sí el capítulo de esta semana.
La estrategia de Carrie
El capítulo vuelve a iniciarse de una manera íntima con la pareja Aayan / Carrie. La estrategia de Mathison ha surgido efecto, y el inocente estudiante de medicina finalmente se ha creído todo lo que le ha ido contando la maestra de la manipulación, acordando con el chico que el viaje a Londres es inminente, pero nada más lejos de la realidad: Carrie conseguirá con la ayuda de un equipo comandado por Parvez que Aayan piense que está peligro, que está siendo perseguido (por ejemplo cuando se dirige a la Universidad a recoger parte de sus pertenencias personales, momento en el que aprovecha para despedirse de Kiran, su amiga - novia que queda muy dolida con la actitud de Aayan, especialmente cuando éste le acaba confesando que está enamorado de Carrie), y para que todo este teatro tenga sentido Carrie sufrirá un secuestro simulado por su propio equipo, una acción que provocará que Aayan no tenga otra posibilidad que recurrir a la ayuda de su tío Haqqani para que éste le proteja y le pueda enviar a Londres al quedarse completamente solo en Islamabad.
Obviamente a Carrie le ha dado tiempo de darle un pasaporte falso que incorpora un rastreador, y de esta manera poder seguir al chico hasta el esperado encuentro con su tío. La vigilancia se lleva a cabo con la ayuda de un dron, el elemento clave con el que nuestra heroína era presentada en el 4x01, y con el que está dispuesta a sacrificar a su peón Aayan, entrenado para sacar a la luz a Haqqani y acabar así con la vida no sólo del terrorista talibán, sino de todos los presentes en ese futuro encuentro. La moral -o mejor dicho la no moral-, de Carrie no conoce límites: ella actúa bajo una orden, y pretende cumplirla cueste lo que cueste.
La otra parte del relato está enfocada hacia el personaje de Saul, aunque éste no aparezca físicamente hasta el final del capítulo. Tal y como vimos en el desenlace del 4x05 Berenson había sido secuestrado por los hombres del ISI y entregado al clérigo que había aparecido junto a Haqqani y a Aayan en "Iron in the Fire". Desde la estación de la CIA Quinn va recibiendo noticias cada vez más confusas sobre Farhad Gazhi y Saul Berenson, con un resultado final inesperado: ninguno de los dos ha aterrizado en la ciudad a la que viajaba. Ni Gazhi está en Johannesburgo ni Saul ha pisado el suelo americano de Washington D.C.
La convergencia de los dos relatos
Antes de esa explosiva convergencia -concretamente a mediados del capítulo-, todos los protagonistas se reúnen en la embajada. En el encuentro por ejemplo entre Carrie y Fara saltan chispas, al recriminarle la primera que por su culpa tuvieron que improvisar un cambio de planes a la hora de acercarse y ganarse la confianza de Aayan (Fara no consiguió reclutarlo del lado americano con la mentira de hacerse pasar por periodista), pero la segunda contrataca al decirle a Carrie que nada de esto estaría pasando si ella no hubiera descubierto que Haqqani seguía con vida. La tensión entre ambas es evidente, y el ego de las dos aflora en un choque que hasta ese momento no se había producido en toda la historia de 'Homeland', sin duda influenciado por las largas conversaciones que han mantenido Fara y Quinn acerca de la fuerte personalidad de Carrie.
Una mención aparte merece el personaje de Dennis. No aparece mucho tiempo en pantalla, pero Boyd empieza a sumar en su cuota de protagonismo dentro de la trama de 'Homeland'. Después de la interesada relación que mantenía con Sandy Bachman, del robo continuado de información de la embajada americana y del acuerdo tácito con Tasneem, Boyd se convierte en el culpable indirecto de que Haqqani conozca todos los movimientos de Carrie, ya que ha filtrado a su contacto en el ISI información relacionada con los días que Aayan y Carrie han pasado en el piso franco. De esta manera el líder talibán descubre que se trata de una artimaña orquestada para hacerle salir de su guarida y poder asesinarle utilizando al chico como señuelo. Boyd está dolido con su esposa Martha -la embajadora americana-, y con el robo y la filtración de información se demuestra a sí mismo que no es un don nadie como su pareja ha dejado caer en público (concretamente en el capítulo anterior -"About a boy-", en una conversación entre ella y el personaje de John Redmon).
Hasta siempre Aayan
Gracias a la ayuda del "espía" Boyd Haqqani tiene el control de la situación, y le hace saber a Aayan que ha sido engañado por Carrie, que un dron le ha perseguido hasta aquí y que ella es una amiga íntima del exdirector de la CIA, momento en el que Saul Berenson es mostrado -como si se tratara de una valiosa pieza de caza-, a las cámaras para que el aparato pueda reproducirlo a la perfección. A continuación, en un momento de máxima tensión y desconcierto por parte de Carrie y compañía ante la imposibilidad de interceder sin otra opción que el uso de las armas, Haqqani asesina a su sobrino de un tiro en la cabeza, demostrando que el engaño que había sufrido su sobrino por parte de Carrie no ha servido nada más que para morir. Mathison, fuera de sí por lo sucedido, ordena a la desesperada un ataque del dron sobre la zona a pesar de que Saul se encuentra allí; dicho ataque finalmente no se producirá y los talibanes emprenderán su huida conservando a Berenson como rehén.
A lo largo de esta escena se produce una comunicación indirecta muy interesante entre los protagonistas a través de las cámaras del dron. Aayan comprende en ese preciso momento que ha sido una marioneta en manos de Carrie, y lanza una mirada perdida al cielo mezcla de incredulidad e indignación que llega a la base de la CIA, pero que también nos llega a nosotros como espectadores casi como si fuéramos unos voyeaurs de ese momento trágico.
Lo que está por venir
El final del capítulo nos recuerda -y también nos devuelve-, a la Carrie Mathison más desquiciada, fuera de control y lamentado el fracaso de la misión, y lo que resulta más cruel: ha estado dispuesta a sacrificar a la persona que mejor la conoce por no querer sentir la frustración de la decepción. Ni tan siquiera su mentor ha podido reprimirle el ansia del cumplimiento del deber, que no es otro que la obsesión con la protección de los EE.UU (en este sentido la parte final de Carrie nos ha recordado a esa madre perturbada con tendencias asesinas hacia su hija en el 4x02).
Otra característica de "From A to B and Back Again" es precisamente la que guarda su título. Hemos viajado desde el intento de asesinato fallido de Haqqani a centrarnos en su sobrino Aayan, para volver en la dirección contraria hasta la muerte del joven estudiante a manos de su propio tío. De hecho no hemos avanzado casi nada desde el punto de vista de la narración; ahora mismo lo único cierto es que Haqqani fue el macguffin de "The drone queen", y ha vuelto para transformarse en el archienemigo de esta cuarta temporada.
Nos dirigimos hacia una 'Homeland' más oscura, mucho más dramática desde un punto de vista psicológico. La intriga de corte más clásico que suponía el doble papel de Brody como terrorista / héroe ha dejado paso a una trama mucho más centrada en las relaciones humanas, las miserias, los miedos, etc. dentro de un mundo de intereses geopolíticos a gran escala. La serie se ha transformado en una historia mucho más conceptual y abstracta: un grupo de buenos y malos -dependiendo del punto de vista de cada uno-, lucha por la defensa de su causa. Ahora las cartas están sobre la mesa, y tan solo nos queda ver la evolución de la segunda tanda de capítulos, esperando que confirmen el buen tono general de lo visto hasta este momento.