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Con el episodio de esta semana, 'Gracepoint' ha superado oficialmente el ecuador de su primera temporada y se acerca al punto en el que supuestamente el 'remake' de 'Broadchurch' se aleja de la serie original. Por ahora no muestra ningún indicio de ello y sigue el patrón al pie de la letra pero al menos en esta ocasión nos ha brindado quizás el episodio más emotivo hasta la fecha.
La prensa muestra su peor cara
Como comentamos a cuenta del episodio de la semana pasada, al fin la trama periodística mostró su razón de ser al dar voz al sufrimiento de Beth. Su entrevista para el San Francisco Globe sirvió para liberar su frustración ante la sequía de información a la que la policía estaba sometiendo a la familia pero finalmente la única beneficiada de la exclusiva fue Renee. Es cierto que acabó conociendo más detalles de la investigación, sí, pero de haberlo sabido Beth seguramente habría preferido permanecer en la ignorancia y no saber los secretos más oscuros de su hijo.Como ya dijimos en su momento, las declaraciones de Beth provocan que el caso pase de local a global, con todo lo que ello comporta: más prensa, más seguimiento y más exposición pública. Y en vista de los buenos resultados, Renee busca aprovechar la ventaja sobre sus competidores exprimiendo la noticia dando a conocer el pasado oscuro de Jack Reinhold pese a los escrúpulos de Owen, que lo conoce desde pequeño, y aún a costa de perjudicar la investigación en curso.
Jack Reinhold, en el punto de mira
Renee y Owen, queriendo o sin querer, ponen en el punto de mira a Jack al dar a conocer unos datos sesgados que le muestran como un criminal. Y si en el capítulo pasado la comunidad presionaba a la policía para que cerrase la investigación del asesinato del pequeño Danny lo antes posible, en éste los habitantes de Gracepoint dirigen su ira contra el pobre Jack, cuyo único pecado ha sido ofrecerse desde el principio a ayudar (y ahora ya sabemos por qué). Pero la masa no entiende de indicios ni de pruebas circunstanciales, y menos en temas tan delicados como la pederastia. Tanto da que lleve décadas tratando con niños y sin ningún incidente a sus espaldas, una noticia superficial y sensacionalista basta para dar al traste con su reputación y su credibilidad.
Que lo que acabe con Reinhold sea lo que le acerca a los Solano (y a Mark particularmente), no deja de ser dolorosamente irónico. La historia de Jack y su mujer es prácticamente calcada a la de Beth y Mark, y eso hace que el desenlace de su historia sea aún más desolador porque, además, no augura nada bueno para los Solano. Para Jack, perder la confianza del pueblo fue la puntilla y el empujón que necesitaba para dejarse llevar (literal y metafóricamente).
La investigación, en el punto de partida
Tras la muerte de Reinhold, Carver y Ellie se encuentran de nuevo en la casilla de salida. Eso sí, ahora cuentan con más datos entre manos, como el orígen de la barca o la presencia de unos cigarrillos poco habituales, pero siguen sin contar con una pista lo suficientemente clara en la que centrar todos sus esfuerzos. ¿Habrá llegado el momento de investigar a Susan? ¿Por qué tiene tanto interés en que Tom vaya a su casa?
Por suerte para ellos, parece que algunos personajes han entrado en razón y se han dado cuenta de que es más inteligente acudir a la policía ante una amenaza (en el caso de Kathy) o una posible prueba inculpatoria (en el caso de Owen). Por cierto, no sé si es cosa mía pero me parece realmente sospechosa la historia de Dean sobre los abusos, pero aún más la actitud de Chloe que insiste en hacerla pública sin siquiera plantearse que pudiese ser mentira, cuando su novio ha demostrado en más de una ocasión que no siempre dice la verdad.
La próxima semana comprobaremos si es verdad que los guionistas han introducido cambios profundos en la historia pero, sea como sea, esperemos que profundicen en la relación entre Carver y Ellie siguiendo la línea iniciada en este episodio. Hasta ahora sus esfuerzos por mostrarnos la supuesta evolución de esa relación laboral/amistosa han sido infructuosos (Carver tenía más química con el marido de Ellie que con la propia Ellie), pero la improbable y descarada insinuación de Hugo a Ellie, sorprendentemente, consigue provocar el primer momento de auténtica conexión entre los protagonistas. (No es por desconfiar de todo pero ¿será que el forense quiere despistar la atención?) Con un poco de suerte puede que para el final de la serie consigan que Tennant y Gunn tengan algo de química en pantalla.