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Ya estamos en el ecuador de la primera temporada de 'How to Get Away with Murder', habiéndose emitido siete episodios de un total de quince, y la nueva serie producida por Shonda Rhimes está imparable en su franja, consiguiendo que más de nueve millones de espectadores se reúnan a verla.
Caso único
Después de unas cuantas semanas en las que Annalise y su equipo intentaban arreglar sus propios problemas mientras evitaban que personajes episódicos pisaran la cárcel, hemos obtenido un interesante capítulo en el que la abogada estrella ha preferido centrarse totalmente en defender a Rebecca. Quizá abuse de decir esto, pero es que en cada caso parece que lo tengan más difícil que nunca.
Los hechos tienen lugar dos semanas antes del asesinato de Sam. El abogado de Griffin va a por Keating y su cliente, y está deseando demostrar que las marcas rojas que tenía Lila en el cuello fueron causadas por la aparentemente problemática vecina de Wes. El equipo de la abogada intenta hablar con la madre de Lila para que paralice la exhumación del cadáver, pero después de muchos tiras y aflojas y traiciones entre Annalise, la defensa del jugador de fútbol y la fiscal, el juez ordena desenterrar el cuerpo de la joven. Afortunadamente para Rebecca, las marcas en el cuello de la fallecida eran mordiscos de hormigas, que seguramente se produjeron cuando el cuerpo se hallaba en el tanque de agua.
Hablando de la sospechosa número uno, la noche del asesinato de Sam vemos que Wes se la lleva al motel para limpiarla, pues está cubierta de sangre. La chica se excusa diciendo que era una simple cuestión de matar o ser matada.
Muchos problemas, pocas soluciones
Efectivamente, los líos judiciales alrededor del caso Lila Stangard no dejan de aumentar, pero no todo va a ser preocuparse por una estudiante muerta, o eso es lo que deben pensar los alumnos de la profesora Keating. Nada de lo que les está pasando en su vida personal parece bueno, o al menos casi todo es problemático.
Michaela está en una nube cuando una importante empresa la llama para una entrevista. La verdad es que suena bien, si no fuera porque por lo que de verdad la han contactado es para firmar un acuerdo prenupcial que, según el abogado, "también es por su propio bien". Connor, a pesar de que sigue teniendo sus momentos tórridos en este capítulo, no se puede quitar a Oliver de la cabeza, pero cuando va a visitarle a su puerta está con otro hombre. Para acabar el repaso de amoríos, Laurel está casi convencida de ir a trabajar con su novio y dejar a Keating, pero al final el discurso de Frank no sólo hace que se quede, sino que acaben besándose.
El episodio acaba de manera efectiva, cuando Bonnie le cuenta a Annalise que Lila estaba embarazada de seis semanas en el momento de su muerte. Por su parte, Nate llega hasta Rebecca para decirle que ambos saben quién mató a la chica, y que le ayude a atraparlo.
Conclusiones
No está mal eso de que, a veces, se haga uso de casos judiciales episódicos para hacer más llevadero el capítulo y dar fluidez a todas las tramas, pero es de agradecer que, estando muy cerca el parón de la serie, nos vayan desvelando detalles sin más dilación.
Los guionistas han apostado por un episodio en el que se le ha dado toda la atención al caso de Lila Stangard, y sin ser el mejor de la temporada, han aprobado con nota, recompensando nuestra paciencia en ocasiones anteriores con una buena dosis de entretenimiento. Desde luego, los responsables de la serie saben como seguir despertando nuestra curiosidad.
Próximo capítulo
El siguiente episodio de 'How to Get Away with Murder', llamado "He Has a Wife", se emitirá en Estados Unidos la noche del 13 de noviembre. En esta próxima entrega, el equipo de Keating deberá defender a una madre acusada de matar a la niñera de la familia, mientras que conoceremos más detalles sobre la relación entre Sam y Lila.
