Sandra Barneda entrevistó 'Un tiempo nuevo', por primera vez, a Teresa Romero. Lo primero que dijo la entrevistada fue "Quiero estar bien, como estaba antes". Y es que se le notaba afectada y nerviosa antes de salir a contar su historia: "todavía estoy débil, y anímicamente tampoco estoy bien. Pero ya me advirtieron que esto es así".
Comenzaron por el principio de la historia, Teresa explicó que ella se presentó voluntaria para ayudar a Miguel Pajares, pero lamenta que no les hiciesen un curso en condiciones. En apenas una hora les enseñaron a ponerse el traje: "Con el primer misionero, yo entro en mi turno y nos anuncian que va a venir. Es todo una incógnita y una novedad, una enfermedad nueva en España y desconocida para todos. Entro a las 10, a las 11 nos reúnen a todos en una habitación. Nos enseñan a ponernos el traje, sus componentes y cómo se quita. No hay curso ni acreditación. Sólo una charla".
Confiesa una nueva negligencia en el caso del segundo misionero: "estuve en esa habitación 50 minutos, cuando lo recomendado es estar 20 minutos. Al quitarte el traje, te desvistes en una esclusa, y te van dando unas instrucciones. Siempre tiene que haber alguien preparado, que no puede ser un vigilante de seguridad o un celador. Esa noche me dio instrucciones un compañero que no estaba preparado frente a un espejo". Y además critica el traje: "Es muy agobiante, sudas muchísimo, pierdes muchos líquidos".
Sandra Barneda entrevista a Teresa Romero en 'Un tiempo nuevo'
"A día de hoy todavía no sé como me he contagiado"
Son muchas las teorías sobre cómo se contagió Teresa, y Sandra fue clara y le preguntó directamente cómo pasó, la protagonista de la historia dijo públicamente: "A día de hoy todavía no sé como me he contagiado. Para mí es imposible saberlo. El comentario que ha salido publicado en algún medio que es que yo me toco la cara con un guante, eso tiene su explicación, no es gratuito...".
Una vez que se contagia muchos la critican por seguir manteniendo una vida normal, o por no avisar de que estaba enferma, etc. Sobre la demanda que le han puesto por no comunicar que estaba enferma, ella asegura que sí lo hizo y ademas explica que "pasan los días y llega un momento que empiezo a tener fiebre. Me pongo en contacto con el médico, se lo digo y me voy con un paracetamol, pese a que le comento que estuve en contacto con enfermos de ébola".
Una vez que se toman medidas, explica otra negligencia: "La gente que me atendió en mi casa y en la ambulancia vino sin protección. La ambulancia tengo entendido que después atendió siete traslados más, y alguno estuvo en observación, pero afortunadamente puedo decir que yo no he contagiado a nadie". Durante la entrevista mantuvo todo el tiempo que ella avisó que podía tener ébola.
"Me enteré de que tenía ébola por El País Digital"
Mostró su desilusión con el tratamiento en Alcorcón, aseguró que ni estaban equipados ni tenían formación: "Venían con una bata verde y unos guantes. Yo les advertía de que se les veía la muñeca". Y se enteró de que tenía ébola por El País Digital. Durante un tiempo largo estuvo esperando a que viniese alguien a atenderla y le extraño, acostumbrada a que pasasen continuamente, que no viniese nadie durante un buen rato. Decidió mirar el móvil y fue cuando lo vio: en el diario salía ella junto a su perro con un titular que decía que había dado positivo.
Le aseguró que nunca nadie se lo dijo. "Nadie me lo comunicó, me enteré yo. No tuve pánico, era una situación de angustia, de preguntarme 'y ahora qué'". "Es verdad que cuando yo ya sé que tengo ébola y el médico me viene a ver, en ese momento me desmorono, estoy hundida psicológicamente".
A partir de ese momento es cuando se activa el protocolo y es cuando actúan bien, explica que fue horrible el momento de la burbuja, y que estaba deseando llegar al Carlos III. No llegó a tener pánico pero si tuvo una gran angustia. Tenía miedo a que nadie quisiese prestarse de voluntario al ver su caso: "Mi sorpresa es cuando entro por la puerta de atrás del Carlos III y hay tres compañeros esperándome y dándome ánimos. Diciéndome que en Nochevieja teníamos que cenar juntos y lo que íbamos a cenar. La muestra de cariño por parte de mis compañeros ha sido incesante. Eso lo he vivido yo. Ni un momento han dejado de decirme: 'venga Tere que tu puedes'".
Tras esto explicó cómo se produce el momento en el que ella dice que se había tocado con el guante, y dista mucho de una conversación pacífica y tranquila. Según ella un médico le sometió a un interrogatorio: "Ese interrogatorio no tenía que haber sucedido. Me dijo que no iba a salir de la habitación hasta que se lo dijera. Yo estaba tan asustada que ni entendía lo que me decía. Me estaba agobiando. Por no seguir, acabé diciendo que a lo mejor me había tocado con el guante. Y el hombre seguía insistiendo y diciéndome que a lo mejor me había llevado un objeto del misionero. Me sentí coaccionada".
Teresa critica en 'Un tiempo nuevo' el sacrificio de Excálibur
"Lo de Excálibur fue un sacrificio que hace daño, innecesario"
También habló de su perro, Excálibur. Cuando se tomó la decisión de sacrificarlo fueron numerosas las personas que salieron a impedirlo. Ahora Teresa se manifiesta en contra de lo sucedido: "Lo de Excálibur fue un sacrificio que hace daño, innecesario, que no tuvo sensibilidad ninguna. Es lamentable. Y se va a seguir haciendo con el nuevo protocolo. Es penoso. Pienso en Excálibur todo el día. Era más que un perro. Era mi vigilante y mi compañía. Por eso es por lo que rompo a llorar todos los días. No hay derecho, te quitan algo que es tuyo y lo han hecho mal, como todo".
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Una vez que se salva y puede regresar a su casa, Teresa denunció en el programa que faltaban el 90% de sus cosas, y otro 10% estaba descolocado, sucio u oxidado: "Me han desaparecido las cafeteras caras y me han dejado los más baratos. De los bikinis me dejan la parte de arriba y me tiran la de abajo. Me planteo cuál ha sido su criterio".