El décimo capítulo de la 4 temporada de 'Homeland' ha establecido el final del ciclo que se inició con el asesinato de Aayan a manos de Haissam Haqqani en "From A to B and Back Again", un capítulo que como comentábamos en esa recap marcaba un punto de inflexión y de no retorno en la trama de 'Homeland', convirtiéndose en ese momento en una serie mucho más oscura y dramática. Esa oscuridad y ese dramatismo han llegado sin duda con el espectacular y sorprendente "13 hours in Islamabad", sobre todo desde el punto de vista de la acción y de la muerte de algunos de los personajes secundarios.
Las referencias cinematográficas continúan
En el pasado 4x09 recordábamos que su final nos había transportado a anteriores filmes o series de televisión con una premisa argumental similar a la de una invasión interna de tu propia base de operaciones, pero en este 4x10 llama la atención la casi copia del personaje de Peter Quinn con el policía que encarnaba Bruce Willis en la saga 'Die Hard' (Jungla de cristal), llamado John McClane. El compañero de fatigas de Carrie Mathison junto con Saul llevaba sin intervenir un buen número de episodios, pero la espera para reencontrase con el papel protagonista ha valido la pena. Quinn lleva casi todo el operativo de defensa de la invasión talibana de la embajada y de la estación de la CIA, convirtiéndose de esta manera en el héroe inesperado de una situación de extrema emergencia tras el ataque de Haqqani y su grupo. Más tarde veremos que los guiños y las referencias cinematográficas no se acaban aquí.
Homeland 4x10
¿Qué pasó después del ataque al convoy de Carrie y Saul?
Antes del parón de dos semanas debido a la celebración del día de Acción de Gracias en EE.UU, dejamos a Carrie, a Saul y a John Redmon heridos tras un violento ataque en las calles de Islamabad junto al edificio de la embajada tras la liberación de Berenson del cautiverio talibán. Lo primero que veremos es que Redmon ha muerto, y que Carrie y Saul se encuentran aparentemente bien y sin ninguna herida de gravedad. El ataque por parte de los talibanes continúa con una serie de francotiradores -otra escena que recuerda al cine, y más concretamente a 'Full Metal Jacket' (La chaqueta metálica, 1987), de Stanley Kubrick.
La llegada de los marines no hace más que alargar la sangría provocada en la emboscada en la que se ven envueltos, y muchos de sus efectivos también mueren en esa trampa que Haqqani ha provocado para ganar tiempo y poder así controlar la embajada de la CIA a su antojo.
Otra de las revelaciones de "13 Hours in Islamabad" es la confesión de Tasneem a Aasar tras recibir éste último una desesperada llamada de Carrie pidiendo auxilio para poder escapar del ataque talibán al que están siendo expuestos en las calles de Islamabad. En el momento que Aasar va a movilizar a las fuerzas policiales paquistanís Tasneem le pide "amablemente" que espere 10 minutos, y que después llame. La mirada de femme fatale es suficientemente evidente para que Aasar se dé cuenta en ese preciso instante que todo el plan de Haqqani ha tenido el apoyo interno de una sección del ISI desde el principio, con ninguna otra intención que la de expulsar a los americanos del país. Es interesante la división interna que se plantea en ese momento entre los miembros del propio ISI; además el plan de Haqqani se complementa con el robo de una lista de todos los agentes (activos en general), que trabajan para la CIA como informadores, infiltrados, etc., en Islamabad con la intención de limpiar Paquistán de la influencia yanqui.
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El robo de la lista. ¿Quién es quién en Paquistán?
Pues sí. Haqqani no pretendía tan solo un golpe de efecto con la invasión de la embajada de los EE.UU y llevarse por delante a un buen número de funcionarios, también perseguía uno de los botines más preciados: una lista que incluye los nombres de los agentes que la CIA tiene distribuidos a lo largo y ancho de Paquistán, que le permitiría identificarlos y por tanto localizarles para ejecutarles (la lista es obra de Sandy Bachman a lo largo de tres años de trabajo). En una de las escenas de mayor tensión, parte de la comitiva de la embajadora y Lockhart se encierran en una habitación de seguridad con esa lista, entonces Haqqani aparece con unos cuantos supervivientes de la matanza -entre los que se encuentran Fara y Max-, a los que van ejecutando ante la negativa de Lockhart de salir de la habitación y entregarles la lista.
Cuando el turno le llega a Fara, el director de la CIA -contrariamente a la opinión de Martha Boyd, la embajadora-, abre la puerta y le entrega la lista a Haqqani, aunque éste no cumplirá con su palabra y acuchillará a Fara provocándole la muerte. Paralelamente a esta tensa situación, Quinn ha estado persiguiéndoles con la ayuda de un marine por toda la embajada, reaccionando con un ataque directo y casi kamikaze contra los talibanes, hiriendo a Haqqani y asesinando a algunos miembros de su grupo. En la persecución el terrorista conseguirá huir sin que vuelva a aparecer en todo lo que resta de capítulo. Al mismo tiempo, los talibanes que atacan a Carrie y a Saul dejan sus posiciones, y las fuerzas policiales de Paquistán enviadas por Aasar llegan a la rotonda donde se mantenían acorralados desde el principio del capítulo tras dejar el margen de 10 minutos requerido por Tasneem.
La primera parte de "13 hours in Islamabad" transcurre en 20 vertiginosos minutos, llenos de buenas interpretaciones, mejor ritmo y una tensión propia de las dos primeras temporadas de la serie. Y de nuevo otra referencia clara hacia un título cinematográfico, como es la adaptación que dirigió Brian de Palma de la serie "Missión Impossible" en el año 1996, donde el robo de una lista muy parecida a la que buscaba Haqqani era uno de los objetivos principales de la trama de la película.
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36 víctimas norteamericanas y Haqqani libre. ¿Y ahorá qué?
El fugaz paso de Haqqani por la embajada ha dejado 36 muertes, entre ellas la de Fara, uno de los personajes más interesantes de 'Homeland' y que nos acompañaba desde el capítulo 3x02. Quinn queda muy afectado por su muerte, y pone en marcha un plan para capturar a Haqqani: interrogar a Saul para que éste pueda decirle cualquier cosa acerca de los días que estuvo capturado por parte de los talibanes, y que algún detalle le conduzca a cualquier pista, rastro o movimiento de Haqqani. La rapidez es clave en este sentido ya que Quinn ha herido a Haqqani de un disparo, y las primeras horas resultarán fundamentales para dar con su paradero porque después será mucho más difícil cuando pueda volver a moverse con libertad tras recuperarse del disparo, y poder ocultarse así en la fata (las divisiones de las áreas tribales en la zona noroeste de Paquistán).
Vemos a un Peter Quinn impulsivo y violento, más parecido a la esencia que presentaba su personaje en sus inicios. Saul, bloqueado mentalmente ante tal situación no consigue recordar prácticamente nada, así que Quinn emprende una lucha por su cuenta fuera del circuito de la CIA y de cualquier tipo de apoyo logístico.
Uno de los momentos más duros se produce cuando Max y Carrie hablan de la muerte de Fara. El técnico de sonido y especialista en espionaje le recrimina a Carrie que no hubiera sido más agradable con ella, que nunca le hubiera mostrado cierta empatía o cariño. Carrie contesta que la estaba entrenando, unas palabras que no consuelan a Max, roto por la muerte de su compañera. El asesinato de Fara ha sido, junto con el de Aayan, lo más sorprendente e impactante de esta cuarta temporada, y seguramente habrá decepcionado en parte a los seguidores de ese ambiguo e interesante personaje.
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El vengador: Quinn anda suelto en Islamabad
Peter Quinn recoge el testigo de héroe que Mathison le ha permitido encarnar a lo largo del capítulo, y se transforma en un mercenario que no busca otra cosa que la venganza de la muerte de Fara, y por extensión la del resto de sus compañeros. La única información que ha podido conseguir de Saul es que los talibanes cambiaban su móvil con mucha frecuencia y que todos recibían el mismo modelo. El plan que Quinn pone en marcha es abandonar la embajada y provocar una reacción, y justo la consigue cuando entra en acción nuestro querido y un poco olvidado Farhad Ghazi, que sigue trabajando para el ISI de manera encubierta y comienza a seguir al coche de Quinn, que viaja sin vigilancia y fuera de cualquier opción de inmunidad.
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