Kike, rechazado en 'Adán y Eva': "No eres el prototipo de mamá para mis hijos, lo es más Mónica Martínez"

"Vengo a recuperar la ilusión de vivir mi vida con alguien", con este mensaje llegaba Kike, Mister Aragón en 2002 y monitor de esquí, a la octava entrega de 'Adán y Eva'. Su primera Eva, Nuria, una azafata de vuelo que cree en los cuentos de hadas: "Mi amor ideal me le imagino como algo muy romántico".

A diferencia de en otras entregas, no hubo muy buen feeling en el comienzo. Él le contaba orgulloso sus premios en certámenes de belleza, mientras que ella se notaba distante. Pero de pronto, justo esto fue lo que le atrajo, su gusto por la moda. Al llegar la noche, una duda invadió a la pretendiente, si estaba con famosas para ser famoso, o realmente las amaba. Finalmente la cita se saldó con un "beso", entrecomillado porque no duró a penas un segundo. Para ver las fotos sin censura clica sobre ellas.

Al día siguiente llegó Yolanda, policía, aseguraba que una primera impresión le basta para saber si le gusta o no alguien, y la que tuvo de Kike fue determinante: "No me gusta nada, no lo toco ni con Wi-Fi". La prueba la ganó Yolanda, y ésta no dudó en reírse de la situación, una Eva frustrada y celosa estaba viendo como la otra jugaba con su Adán en la playa. Lo que no sabía Nuria es que no le llamó nada la atención a Yolanda: "Me molesta que venga con esa actitud de prepotente".

Kike: "Entre Yolanda y yo puede haber una relación". El Adán completamente cegado por la situación, se decantó desde el primer momento por la policía. Y ésta jugaba con él: "Yo si hubiese estado en lugar de Kike me habría dado cuenta a la primera".

Una participante abandona el programa

Cuando volvieron a casa a pasar esa noche tranquila se encontraron con una nota de Nuria "Había venido al paraíso a conocer a mi Adán y no lo he encontrado, os deseo suerte. Nuria". "No me sorprendió mucho, me sabe mal pero tampoco podía estar con las dos", respondió rápidamente Kike, que había recibido el que sería su primer golpe.

"Al ver la nota de Nuria sentí un poco de lástima, pero por otro lado cada uno mira por sí, pero un alivio, porque dormir los tres ahí me daba palo", confesó. "Tengo ganas de vestirme, de ponerme guapa, de verme con mis tacones y de decirle, ala...".

Y así fue, mientras que él continuaba pensando que había química, que del uno al diez tenían un "ocho con ascendente", y que era su elección perfecta, ella solo deseaba dejarle. Cuando llegó el momento de decidirse Kike recibió el segundo golpe del programa, y quedó tocado y hundido, Yolanda le explicó: "Me voy a marchar libremente. Me sentí como si fuésemos un harén. Creo que tu pensabas que tenías la sartén por el mango, y en este caso la sartén no la tienes tú. Quiero que sepas que esto ha sido una lección. La sartén por el mango esta vez la tengo yo"

Kike zajó la situación diciendo: "Perfecto así me haces un favor, porque la mamá de mis hijos precisamente no eres el prototipo de mis hijos, lo es más Mónica Martínez. Igual algún día me voy a cenar con ella". Todo esto ante la atónita mirada de la presentadora que omitió este momento.