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Con el noveno episodio entramos en la recta final de la primera temporada de 'Gracepoint', y aunque FOX todavía no ha anunciado oficialmente su cancelación, todo parece indicar que el remake estadounidense de 'Broadchurch' se quedará en una serie "evento", ese eufemismo tan de moda para referirse a las series de una sola temporada. Sea como sea, repasemos las pistas y los caminos sin salida de éste penúltimo episodio.
Cuenta atrás para Carver
En el pasado episodio vimos como Ellie y Carver perdían la oportunidad de atrapar a un posible sospechoso o, incluso, al posible asesino de Danny por culpa de la delicada salud del detective. Como era de esperar, esto hace que su problema salga a la luz (Ellie no es Gemma y no se lo iba a callar) y, en consecuencia, se queda sin trabajo, pero ante de marcharse Carver piensa aprovechar bien sus últimas horas en Gracepoint buscando al asesino del pequeño aunque le cueste la misma vida (literal y metafóricamente).Y eso que no que se lo están poniendo nada fácil. Por un lado está Renée, la periodista que aparece y desaparece como el Guadiana, que en esta ocasión hace acto de presencia para despedirse y, de paso, filtrar los problemas de corazón de Carver a Owen y Kathy. Este último gesto de generosidad (o de búsqueda de redención, según se mire) permite a que éstos presionen al detective para que les cuente qué pasó realmente con el caso de la chica muerta de Rosemont y el misterioso colgante desaparecido por negligencia de su mujer. Gracias a esto sabemos que, además de tozudo como una mula, Carver es un santo pero, desgraciadamente, no es más que una pérdida de tiempo precioso que podría estar utilizando en mejores menesteres.
Turbios lazos de sangre
Susan, por otro lado, también le está complicando la investigación (y la existencia) a Carver. Primero se niega a hablar hasta reencontrarse con su perro Archie y después acusa a Vince, su propio hijo, de ser el asesino, no porque fuese testigo de los actos sino por una simple cuestión de genética. La excusa es bastante rocambolesca, por no decir absurda, pero en el fondo es comprensible que Susan, que arrastra un trauma imposible de superar, tenga miedo a que se repita la terrible historia de su familia. Bajo su punto de vista, aunque no pudo evitar la muerte de Danny, al menos no podrán decir que estaba encubriendo a nadie. Esta vez sí que cree haberse enterado antes que nadie y con esto ya parece haber purgado parte de su supuesta culpa.
Ellie, por su parte, no puede parar de darle vueltas al asunto. Es incapaz de creer que Susan no supera que su marido estaba cometiendo atrocidades en su propia casa, en sus propias narices. Pero ¿por qué la obsesiona tanto? Es verdad de es un descubrimiento espantoso que no hace más que remarcar el tema mismo de 'Gracepoint', ese "cualquiera cerca de ti puede ser un monstruo capaz de matar", pero no puedo evitar pensar que, de alguna manera, Ellie presiente que puede que no se esté enterando de algo que pasa en su casa.
Esto podría indicar que su hijo Tom podría estar involucrado directamente en el asesinato (los que hayáis visto 'Broadchurch' ya sabéis por qué lo digo) y explicaría la extraña actitud del pequeño que desde que empezó la serie parece obsesionado con borrar posibles pruebas de algo que no sabemos (¿algo sexual? ¿alguna declaración amorosa?). Además, sabemos que Tom y Vince son amigos o, al menos, tienen cierta confianza pero no quieren que se sepa, y podría ser que, tras un incidente fortuito, Vince ayudase al pequeño a deshacerse del cuerpo Danny, por eso la hermana de Ellie vio la furgoneta esa noche. Son tan sólo suposiciones y probablemente la resolución sea muy diferente pero me cuesta creer que ese "¿cómo es que no te enteraste?" es una pista falsa.
Mirando al futuro
Mientras tanto, los Solano continúan con su intento de volver a la normalidad pero las heridas siguen tan abiertas como el primer día. En el episodio anterior vimos que Beth empezaba a mirar hacia adelante gracias al nuevo niño pero aún le pesa demasiado el sentimiento de que con ello traiciona la memoria de Danny de la misma manera que su marido Mark la ha traicionado. Todo está demasiado fresco y no ha habido tiempo ni para perdonar ni para olvidar.
Por lo que pudiera pasar, Paul permanece al acecho, siguiendo muy de cerca a la pareja e incluso recomendándoles un terapeuta, aunque todos sabemos que lo que realmente desea es que Beth abandone a su marido. Él está dispuesto a acogería en sus brazos aunque ella, por su mirada, no parece muy por la labor. Por cierto, ¿no será esta la razón por la que Paul pegó a Danny en el campamento? Bien podría ser que el pequeño le reprochase las excesivas muestras de afecto del sacerdote hacia su madre y que éste perdiese los nervios y le diese una bofetada.
Como con lo de Tom, se trata de una simple suposición, pero lo cierto es que a falta de tan sólo un episodio cada vez quedan menos opciones. Veremos en qué queda todo pero esperemos que no se saquen un as de debajo de la manga y que sean coherentes con lo que nos han contado hasta ahora.