El final de la segunda temporada de 'Top Chef' ha llegado. El talent show culinario ha dado el título de mejor chef profesional de España a David García Cantero, un joven catalán de 26 años que ha logrado alzarse vencedor tras 15 semanas de competición.
El "patito feo", como el mismo se denominó en algún momento, se ha convertido en un cisne y un cisne que cocina muy bien, por lo que se ve. Ya que nada más y nada menos, que la élite de la gastronomía española lo ha proclamado vencedor en un duelo bastante reñido contra el otro finalista, Marc Joli.
David sacando el cuchillo dorado que lo proclamaba ganador
Los calificativos de estos cocineros, todos ellos premios nacionales de gastronomía hacia David, van desde "genio" hasta "elegante". La cocina de David, sus matices y su arriesgada apuesta han merecido el halago de estas eminencias de la cocina nacional. Pero quizá los halagos más especiales vengan de la mano de quiénes le han visto crecer y evolucionar a lo largo del programa.
"David desde el principio nos sorprendió a todos. Es capaz de transmitirte elegancia, gusto (...) despierta algo más que gusto despierta emociones, y eso no es habitual en un cocinero y menos en uno tan joven como él" fueron las palabras que le dedico Alberto Chicote. Pero aunque ahora todo parezca perfecto, un camino tan largo como el que tuvo que recorrer David, no está falto de momentos difíciles. "Me quedo con el día que no hizo un plato acertado, porque le recriminamos ese plato, y casi se pone a llorar, se culpaba a sí mismo y estaba hundido" recordó Susi, tras lo que concretó diciendo que superar esas pruebas es lo que hace a un cocinero grande.
Un trabajo de equipo
David salió de 'Top Chef' de la mejor manera posible, con el trofeo de ganador bajo el brazo. Pero tras él, hay un gran número de personas que lo han apoyado para llegar hasta allí. "Sin ellas estos no serían posible" dice David, y habla, como no podía ser de otra manera, de su madre y de su pareja Claudia, que estuvieron en todo momento apoyándole en la final. Además, el propio David ha dicho en muchas oportunidades que casi todo lo que sabe es gracias a su madre y su abuela, quiénes han sido las impulsoras de su carrera como chef.
Mirando atentamente también se encontraban sus excompañeros, que disfrutaron desde la tribuna del espectáculo culinario de la final. Al grito de "¡Vamos Solomillo!" Peña animaba a David, mientras Carlos gritaba en el fondo. "El niño bueno" de 'Top chef' ,como algunas veces ha sido definido, tenía a todo un séquito coreando su nombre.
David, Victor e Inés en la Final de 'Top Chef'
Pero finalmente, quiénes se pusieron al pie del cañón, o más bien de los fogones fueron Victor e Inés. Cocinando mano a mano, pusieron a disposición de David todo su talento y su esfuerzo. "En vosotros tengo unos amigos para siempre" declaró un emocionado David, mientras esperaban el veredicto del jurado.
Dos polos opuestos
Las emociones de David fueron grandes protagonistas en esta final. Dejó escapar alguna lagrimilla y vehemente declaró: "El ingrediente que voy a añadir hoy es el amor", pero su competidor no fue en la misma línea. Marc se ha caracterizado a lo largo del programa por contener su emociones, la efusividad no es su rasgo más señalado y mantuvo la misma actitud en la final. Aunque hubo un momento, cuando se le quemó el fondo de una sartén, en que Marc estuvo a punto de tirar la toalla. La desesperación y el cansancio hicieron mella en él, pero rápidamente volvió a ponerse en forma, con la valiosa colaboración de sus ayudantes: Marta y Rebeca.
Participantes de 'Top Chef'
David tiró por la vanguardia mientras Marc tiró por un plato más tradicional. Como si de un cambio de rol se hubiera tratado; no sólo las personalidades de los dos finalistas es opuesta, en teoría sus estilos culinarios también, pero en esta final, cambiaron de rol. Cambio que Marc definió como un error: "Creo que me he equivocado en el menú".
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Más de un ganador
'Top Chef' no ha dejado un sólo ganador. El título se lo ha llevado a casa David, pero los demás participantes se han llevado conocimientos, experiencias y quizá una de las cosas más valiosas: unos nuevos lazos de amistad. Tras terminar la competición, los participantes no han perdido contacto ni mucho menos. Cualquier excusa ha sido buena para quedar, desde quedas gastronómicas hasta noches de copas y todas con el ingrediente más especial: el buen humor.