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'The Americans', el drama por excelencia sobre la Guerra Fría ha vuelto con su tercera temporada. Tras un final de temporada en el que El Centro obligaba a los Jennings a incorporar a su hija Paige a la causa soviética, algo que por la última línea de guión parecía abrir una disputa entre Phillip (Matthew Rhys), ya no tan convencido de su lucha, y Elizabeth (Keri Russell), siempre fiel a su patria: "-Destruiría su vida. -¿Ser como nosotros?". Por otro lado, en ese último capítulo también veíamos cómo Nina era enviada de vuelta a la URSS, tras haber sido descubierta su traición.
¿Necesita Paige un empujoncito?
Puestos en antecedentes, pasamos a comentar el primer capítulo de la tercera temporada, que lleva como título "EST Men". El episodio arranca con una Elizabeth dándose un baño mientras recuerda el primer día de piscina de Paige, planteando así un paralelismo con otro reto al que se tuvo que enfrentar en su vida. Aunque ambas situaciones son muy diferentes: todos hemos desafiado al agua en algún momento de nuestras vidas, pero espero que ninguno de los lectores del recap se vea obligado a convertirse en espía. Para comenzar a nadar, hizo falta el empujón de una madre, ¿se está planteando darle un empujoncito a su hija para meterla en el KGB?Tampoco faltan esos pelucones que nos dan la vida. La primera de ellas ha llegado en el tercer minuto. Elizabeth se encuentra en un pub irlandés reunida con Charlotte (Jordan Baker), una trabajadora de la CIA. Durante la charla, al margen del asunto por el que se han reunido, surge el tema de madres e hijas, y es que la hija de Charlotte, al igual que su madre, quiere incorporarse a la CIA para proteger la nación. Así, según la serie, los estadounidenses tienen una imagen algo mejor que los soviéticos, son más libres y están orgullosos de ello, mientras en Estados Unidos las nuevas generaciones se unen a la lucha de forma voluntaria, los ciudadanos de la URSS son obligados a ello.
Elizabeth, a punto de ser cazada
Pero volvamos al tema central de la reunión. Harta del machismo que se respira en los servicios de inteligencia estadounidenses, Charlotte decide entregarle a Elizabeth una lista de nombres. Pero tras dar el paso, el sentimiento de culpa pesa demasiado sobre la agente de la CIA y, con la excusa de que necesita ir al baño, usa el teléfono para llamar a un compañero y explicarle que acaba de poner en jaque a la agencia.
Tras la breve conversación telefónica, Charlotte regresa junto a Elizabeth, intentando convencerla para que se quede un rato más, para así tenderle una trampa. Pero la soviética es muy inteligente y, ahora que ya tiene lo que quería, evita ponerse en peligro y huye del lugar cagando leches. Por poco, un minuto más y habría sido tarde.
En su trayecto hacia casa, Elizabeth es detenida por dos agentes del FBI, uno de ellos es el jefe de su vecino Stan. La agente del KGB, en modo Chuck Norris, decide liarse a puñetazos en plena noche. A punto de ser capturada, consigue librarse de ellos gracias a un motorista que casualmente pasaba por allí. Pero, ¡oh!, con tanto forcejeo ha perdido la tan ansiada lista que le ha entregado Charlotte.
Stan, la sombra de Phillip
Por otro lado tenemos a Stan y Phillip, el primero, sin Nina ni Sandra, parece sentirse solo y ha acabado convertido en la sombra del segundo. En sus planes juntos, ambos acuden a una conferencia para mejorar su vida impartida por un gurú, hecho que da nombre al capítulo, "EST Men", y es que los 80 fueron los años en los que se popularizaron este tipo de eventos. En ella, el charlatán encargado de soltar el sermón les remarca que si quieren vivir una vida llena de experiencias, hay que dejar de creer en que las cosas mejorarán y hay que aceptar lo que hay. Un discurso muy poco optimista.
De vuelta a casa, a la de los Jennings, ambos se encuentran con una magullada Elizabeth, que se tiene que inventar una excusa barata ante el policía. ¿Algún día Stan abrirá los ojos y se dará cuenta de que ha convertido a los enemigos en sus amigos? ¿O para entonces ya será demasiado tarde?
Ya en las oficinas del FBI, Stan recibe una mala noticia, aunque trate de no parecer afectado: Nina ha sido condenada en la Unión Soviética por espionaje y traición. Tras la amarga noticia, días más tarde se reencuentra con Sandra, que parece dejar muy claro que lo suyo terminó para siempre. Su ex-mujer está harta de tantas mentiras. Parece que definitivamente Stan ha perdido tanto a Nina como a Sandra. En cierto modo, Sandra representa a esas mujeres independientes que comenzaron a surgir en la década de los 80.
Stan y Martha, ¿una nueva amistad?
A quien sorprendentemente se acerca Stan es a Martha, que, recordemos, al final de la segunda temporada se compró una pistola. El agente del FBI y compañero de trabajo decide enseñarle a disparar. Parece que los círculos se estrechan y esta nueva relación de amistad que parece surgir entre ambos podría poner en peligro a Phillip.
En cuanto a Paige, la gran esperada de la temporada, tras todas las preguntas que generó en el cierre de la segunda temporada, no entra en escena hasta el minuto 20 de "EST Men". Y lo hace junto a su madre, en algo tan americano como la misa de los domingos. En la Iglesia, la hija de los Jennings también participa en actos de buena fe, como campañas antinucleares o contra el apartheid que vive Sudáfrica. Allí además parece llevarse muy bien con Dan, con quien imagino, su relación irá a más. ¿Pero se habrá unido ya a las filas de la KGB y todo esto será fachada?
¿División de opiniones entre Elizabeth y Phillip?
La respuesta a la pregunta anterior es un rotundo NO. Parece que 'The Americans' va a tomarse su tiempo con el tema y nos mostrará todo el desarrollo y evolución de la historia. Precisamente el asunto se toca en la visita que Phillip y Elizabeth le hacen a Gabriel (Frank Langella), un hombre mayor del KGB, ya retirado, amante de la cocina. De esta escena se desprende que Elizabeth, bajo un "Va a llevar tiempo", sigue más metida en la causa que Phillip, quien se opone rotundamente a que su hija pase a formar parte de la red de espías soviética. Antes de abandonar el piso, Gabriel le deja a Elizabeth un sobre misterioso como regalo. Ya fuera, subidos en el coche, la pareja no puede evitar tener una discusión sobre su hija. Mientras que ella se escuda en que "Les he dicho lo que quieren oír", él cree que su mujer está dispuesta a alistar a su hija en las filas del KGB. Un movimiento que todos necesitamos que se produzca, pues el drama mostraría una gran osadía.
Ya de vuelta, mientras Elizabeth abre el sobre y se pone a escuchar la cinta que hay en su interior (unas palabras en ruso de ¿su madre?), Phillip tiene trabajo que hacer, reunirse con Annelise, que le proporciona, además de una felación, detalles sobre la guerra en Afganistán.
Pasado un día, Phillip acude a pasar la noche con Martha, vamos, que le toca sudar la gota gorda, en la cama. Gracias al Kama Sutra, la pareja sigue innovando, buscando nuevos métodos para llegar al orgasmo, evitando caer en la monotonía. Parece que por parte de Phillip, esta relación no se limita solamente a recavar información, sino que a nivel de pareja, está mucho más en forma que con su mujer soviética.
Al día siguiente, en su agencia de viajes, Elizabeth decide compartir el contenido de la cinta de su marido. Tal y como suponía, la voz pertenece a su madre, que se está muriendo víctima de una enfermedad.
Afganistán, escenario clave en la Guerra Fría
En cuanto a las altas esferas de la embajada soviética, que siempre parece la línea más alejada de la trama familiar, parece que esta temporada le van a dar cierto peso a la problemática de Afganistán, que sirvió como territorio de guerra durante la década, dentro de la Guerra Fría. Por aquel entonces, la URSS, junto a las fuerzas afganas, se enfrentaba a grupos insurgentes financiados por países como Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudí, entre otros. Precisamente es este último país, según la serie, donde los insurgentes utilizan brutales vídeos (que recuerdan de forma incipiente a los que actualmente hace el Estado Islámico) para captar adeptos a su causa.
Es precisamente tras el visionado de uno de los vídeos, que Oleg plantea abandonar el país para así evitar más muertes. Es una guerra perdida. El comentario no le sienta muy bien a Arkady, que le aconseja que no exprese tan libremente su opinión: "Aún no conocemos bien a Tatiana. Ándate con cuidado". En un mundo dominado por el espionaje, nunca se sabe de quién puedes fiarte.
¿Se salvará Nina?
En otra escena centrada en los rusos, Oleg y Arkady discuten sobre la sentencia de Nina. El primero cree que es excesiva y está dispuesto a ayudarla, pero el segundo no está de acuerdo en utilizar las buenas posiciones políticas para su beneficio. Sea como sea, está claro que se salvará, pues 'The Americans' no puede perder a un personaje tan grande. Además, que a pesar de su ausencia en este episodio, el nombre de la actriz sigue apareciendo en los títulos de crédito de la serie. Quizá tenga que ver en todo ello Stan, que vemos que está siendo seguido por el mismo Oleg.
Por otro lado, un nuevo frente se abrirá próximamente entre el FBI y la KGB con la llegada a Estados Unidos de una espía de alto nivel procedente de Moscú. La información que traiga a tierras americanas puede ser muy valiosa y seguramente se convertirá en objetivo de los espías soviéticos en cuanto pise suelo.
Muere el presidente soviético
Finalmente el capítulo de 'The Americans' se cierra con tres escenas: una relacionada con la historia, otra con Elizabeth y otra con Phillip. La histórica se nos muestra de pasada, mientras Paige hace zapping, y es la muerte del presidente de la URSS Leonid Brezhnev, lo que puede traer serias consecuencias en el trabajo de sus padres.
La de Elizabeth nos ha mostrado que la mujer de los Jennings se dedica a entrenar a un joven integrante de la KGB, enseñándole tácticas de persecución. Ante tal escena, la única pregunta que se me pasa por la cabeza es si su propia hija Paige será su próxima "alumna".
Annalise, asfixiada hasta la muerte
En cuanto a Phillip, su situación es algo más macabra. A través de la pared, espía a Annelise, que está junto a su amante Yousaf en la cama y el que le realiza una oferta a su querida: que deje a su marido y ponerle un piso en Suiza. La mujer, que acepta inicialmente, en un arrebato de locura, termina creyéndose el centro del universo y le confiesa que ha realizado un trabajo muy importante, pero que "Estoy de tu parte". Por lo que Yousaf decide asfixiarla hasta su muerte, todo esto mientras el soviético continúa con la oreja pegada a la pared. Es entonces cuando el agente del KGB decide intervenir, entrando en la habitación y ofreciéndole su ayuda a Yousaf. La semana que viene descubriremos a qué tipo de ayuda se refiere.