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La tercera temporada de 'House of Cards' ya está aquí, lo que significa que el matrimonio más perverso de la televisión está de vuelta. Tras más de un año de espera, Netflix ha lanzado una nueva tanda de capítulos en la que Frank Underwood (Kevin Spacey) ya se encuentra al mando del país, como nuevo presidente de Estados Unidos.
Entre el final de la segunda temporada y el inicio del "Chapter 27", el primero de la tercera, han transcurrido unos seis meses en los que los Underwood han estado en el poder y, durante los cuales, el presidente del país ha perdido popularidad a un ritmo vertiginoso.Frank Underwood se mea en su padre
En su vuelta, la serie ha arrancado a lo grande, como acostumbra a hacer cada año. En esta ocasión, la escena de apertura, que ratifica una vez más el alto grado de odio e ira de Frank, transcurre en un cementerio, concretamente en la tumba de su padre, Calvin T. Underwood, en una visita para humanizar su persona. Por las palabras de Frank, parece que todo lo que sabe lo aprendió de su padre, una persona no muy querida. Lo de poner flores en la lápida es muy típico, por lo que él, un grande en lo suyo, decide además mearse sobre la tumba de su progenitor.
Tras los créditos, la escena salta a Doug Stamper (Michael Kelly), quien, con permiso de los Underwood, es el gran protagonista del episodio. Para refrescar un poco la memoria, os recordaré que al final de la segunda temporada, Rachel Posner (Rachel Brosnahan) -la prostituta que se acostó con Peter Russo (Corey Stoll)- le golpeó varias veces con un ladrillo, dejándolo inconsciente en mitad de un bosque. Dicho esto, vemos a Doug esperando para una reunión con el presidente en la que nos muestran que, de forma muy casera (con tablillas de madera y cinta americana), tiene el brazo inmovilizado.
Doug, el gran personaje del capítulo
Es en este momento cuando 'House of Cards' hace uso de flashbacks para explicarnos cómo Douglas consiguió sobrevivir a lo ocurrido y cómo fue todo el proceso de recuperación. Gracias a un hombre que pasea por allí, es encontrado y trasladado a un hospital, donde se somete a una serie de pruebas y operaciones. Tras un tiempo en coma, en el que recibe la atención de su hermano Gary (Kelly AuCoin), lo primero que ve al abrir los ojos fue unas flores enviadas por Frank y Claire (Robin Wright). Posteriormente llegan ligeros movimientos, como la abertura y cierre de los ojos de forma voluntaria, la comprensión de órdenes, la aparición de reacciones al tacto y el cierre de las manos.
Ya recuperado, aunque aún con secuelas debido al daño cerebral tanto en el campo motriz (todavía es incapaz de andar) como en el emocional (oye voces y ruidos en su cabeza), Doug quiere abandonar el hospital cuanto antes para ayudar a los Underwood a mejorar su imagen de cara a las próximas elecciones.
El índice de aprobación de Frank está por los suelos, siendo hasta más bajo que el de su antecesor cuando se vio forzado a abandonar el cargo, pero eso a él no parece importarle demasiado todavía, aún falta mucho tiempo hasta 2016, año electoral, por lo que, en caso de presentarse, ya se pondrá a trabajar en ello cuando se acerquen las fechas. De momento, Frank tiene el poder del país, su objetivo inicial.
Claire obliga a mentir a Doug
Pasado un tiempo, con Doug todavía en el hospital, Claire, ahora convertida en primera dama, decide hacerle una visita. Vistos los antecedentes, esta mujer tiene mucho peligro en estos lugares. Mientras el asesor, que se siente desplazado por Remy Danton, quiere regresar a su puesto cuanto antes, la esposa de Frank le pregunta si recuerda algo de lo sucedido antes de su llegada al hospital, que, por supuesto sabe que es Rachel quien está detrás de todo. Debido a uno de sus planes, la perversa de Claire le sugiere que confiese a la policía que fue asaltado mientras conducía por un hombre que le robó el coche.
Siguiendo el "consejo" de Claire, Doug decide llamar a la policía, a la que le cuenta que fue asaltado por un hombre con voz "profunda" cuando circulaba por un bosque de Maryland para despejar un poco su mente.
A pesar de los pitidos recurrentes en su cabeza, ansioso por abandonar el lugar, Doug le asegura a su médico que se encuentra perfectamente gracias a la rehabilitación y los medicamentos, para así conseguir el alta de una vez. Algo que finalmente consigue.
Doug quiere ponerse a las órdenes de Frank cuanto antes
Ya en casa, Doug se encuentra con un lote de productos, la casa limpia y la nevera llena, cortesía de Frank y Claire. A pesar de no sentir ningún tipo de lástima por él, está claro que quieren comprarlo a base de detalles para sus maquiavélicos planes.
En este "Chapter 27", Frank Underwood también visita el ya desaparecido talkshow 'The Colbert Report', de Comedy Central, en el que las malas gestiones del presidente, así como su escasa popularidad, son la base de los chistes. En concreto, el nombre de "America Works", el plan del presidente para crear empleo, es considerado por el cómico como un título de una novela de fantasía.
Tras despachar a su hermano Gary y ver el programa, Doug, completamente adicto a su trabajo, es consciente de que tiene mucha faena por delante para regresar a la situación previa. Por lo que, a pesar de la jaqueca, necesita reunirse con su jefe cuanto antes.
Gavin, ¿la clave para encontrar a Rachel?
Todavía sin haber visto a Frank, Doug opta por quedar con Gavin (Jimmy Simpson), el hacker que fue introducido la pasada temporada de 'House of Cards', a quien le ha encargado dar con algún tipo de pista sobre el nuevo paradero de Rachel. El trabajador del FBI no ha tenido suerte con su búsqueda, aunque lo cierto es que tampoco se ha esmerado demasiado, y parece que no lo hará hasta que Doug le garantice que no tendrán que colaborar nunca más para la agencia de inteligencia.
En la Casa Blanca, Frank Underwood se encuentra muy disgustado con su equipo de expertos porque, por un lado, alguno de ellos ha aireado los problemas del plan de trabajo a la prensa, concretamente a Ayla Sayyad, y, por otro, está harto de su incompetencia. El nuevo presidente tiene sangre de dictador. La primera víctima en caer es Paul, el cabecilla del grupo, que ese mismo día es despedido de forma fulminante.
Volviendo a Doug, que como ya he avanzado antes, es el protagonista indiscutible de este capítulo, tras conseguir concertar un encuentro con Frank, sufre una terrible caída en la bañera, rompiéndose el brazo izquierdo. Con un cucharón de madera y cinta americana, él mismo consigue inmovilizarse el brazo para, así, no posponer la reunión con el presidente que tanto le ha costado conseguir. Y aquí llegamos al momento justo antes de que comenzara el flashback.
Antes de ver a Doug, el presidente tiene otro tema importante que tratar. Uno de los miembros de la Corte Suprema de Estados Unidos ha sido diagnosticado de Alzheimer, por lo que Frank deberá designar a otro juez para que ocupe su puesto. En esta escena, dirigiéndose al público rompiendo la cuarta pared, como siempre tan bien hace Frank, aprovecha para explicarnos que decidió nombrar a Donald Blythe -que tantas disputas sobre educación había causado anteriormente- como su vicepresidente.
Esperado encuentro entre Doug y Frank
Y por fin se produce el esperado reencuentro entre Doug y Frank en el despacho Oval, donde el ayudante le asegura al presidente que cuando consiga dar con ella, solucionará el problema. Doug también muestra interés por volver a su trabajo cuanto antes, tal y como nos ha dejado ya claro a los espectadores a lo largo del capítulo, pero Frank quiere que mire más por sí mismo, que no se preocupe por nada y le garantiza que, una vez recuperado, tendrá sitio a su lado.
De vuelta al trabajo, el presidente de Estados Unidos debe tomar una decisión importante en una operación para hacer caer al terrorista Abdullah, que ha sido localizado, pero en un ataque, también se cobrarían vidas de civiles, algo a lo que Frank no está dispuesto, ya que su imagen está ahora mismo muy deteriorada.
Claire quiere una silla en la ONU
Bastante desaparecida en gran parte del capítulo, la ambición de Claire Underwood entra en escena cuando descubrimos que, no conforme con ser primera dama, quiere ser embajadora de la ONU.
Ya de noche, en la propia Casa Blanca, descubrimos la farsa del matrimonio Underwood que, como ya sabíamos, sólo es fachada. Bajo la excusa de un resfriado, Frank y Claire duermen en habitaciones separadas, ventajas de vivir en una casa tan grande. Pero se echarán mucho de menos esta temporada las conversaciones nocturnas fumando junto a la ventana. Ahora tenemos que conformarnos con sus reuniones a oscuras, en las que Claire quiere estar preparada por si, debido al fracaso de su marido, tiene que ser ella la que se termine presentando a las elecciones de 2016, a lo Hillary Clinton, pero en modo todo por el poder.
Entre tantas confidencias y maquinaciones nocturnas, el presidente recibe un aviso de emergencia relacionado con el caso de terrorismo y no duda con acudir junto a su esposa al centro de decisiones. Debido a que Abdullah viaja en uno de los tres coches que han salido de su lugar de residencia, pero que con los drones es imposible de identificar en cuál de ellos viaja, Frank debe tomar una decisión: atacar, matando con ello a civiles, o no hacerlo. Finalmente, el presidente opta por atacar, lo que seguramente en los próximos capítulos, causará gran revuelo cuando alguna organización de derechos civiles saque el asunto a la luz. La historia se podría complicar aún más si Claire consigue un puesto en la ONU, pues habría sido testigo presencial de la vulneración de derechos fundamentales por parte de su marido, destruyendo por completo las ambiciones políticas del matrimonio.
Por otra parte, Doug decide acudir a urgencias. Tras una revisión y una buena inmovilización del brazo, el médico que le atiende le receta calmantes para el dolor, algo que, debido a sus problemas de adicción, tiene totalmente prohibido. Para que luego os quejéis de la sanidad española, en Estados Unidos aún siguen funcionando descoordinados y a base de papel y bolígrafo.
¿Acabará Doug como Peter?
Con el pitido constante en la cabeza, Doug decide comprar una botella de Bourbon que, combinado con su medicación y, sumado a sus adicciones, puede desencadenar en algo muy parecido a lo que le pasó a Peter Russo. La presencia de una prostituta no tiene otro objetivo que plantearnos un paralelismo entre ambos.
Como viene siendo habitual en 'House of Cards', el primer capítulo de la temporada ha servido para colocar las piezas sobre el tablero, abriendo nuevas tramas que tendrán continuidad y que se irán conectando y encajando a medida que pasen los episodios para culminar en el capítulo final. Nada de lo que pasa en esta serie es fortuito ni carece de importancia y, tarde o temprano, todo tiene sentido y explicación.
