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En este nuevo episodio de 'Gotham' titulado "Everyone Has A Cobblepot", mientras Gordon intenta averiguar el motivo por el que Flass ha sido puesto en libertad y su vinculación con el Comisario Loeb, la lealtad de Fish Mooney con los prisioneros se cuestiona cuando parece unir sus fuerzas con el Dr. Dulmacher. Por su parte, Bruce lidia con las consecuencias de haber alojado en su casa a Reggie, el no tan amigo de Alfred.
Las cosas no van a quedar así
Tras haber sido atacado por su antiguo compañero, Alfred se encuentra en el hospital bajo la vigilancia de Bruce, que no se separa ni un segundo de su amigo. Gordon también sigue bastante atento la evolución de Alfred que, a pesar de la puñalada, parece encontrarse bastante bien. Aprovechando el buen estado de ánimo, Jim le pregunta por el agresor y cuando Bruce está a punto de decir su nombre, Alfred se adelanta y le explica al detective que no vio nada, la oscuridad de la noche le impidió ver la cara al malhechor.
Alfred no quiere vender a Reggie, sirvieron juntos y es como si fuera su hermano, prefiere encargarse él mismo del asunto y averiguar el motivo por el que le atacó, pero sin la ayuda policial. Sin embargo, su estado le impide si quiera ponerse de pie y se ve obligado a regresar a la cama. Selina se ha enterado de que Alfred está en el hospital y se presenta allí. Bruce le agradece la visita, le cuenta lo sucedido y también aprovecha para contarle su propia teoría.
El joven Wayne sospecha que Reggie se infiltró en su casa para espiarles, y sabe que es por la reunión que tuvo con la cúpula de Industrias Wayne, donde prácticamente les amenazó y advirtió de que les estaba investigando. Bruce quiere actuar él por su cuenta para encontrar a Reggie y averiguar quién le contrató y con qué objetivo. Selina se ofrece como acompañante pero Bruce rechaza la oferta, no quiere que nadie más resulte herido por su culpa.
Ojo por ojo
Otra que terminó desmayada y por los suelos en el episodio anterior es Fish Mooney. Tras arrancarse el ojo con una cuchara, Fish despierta medio aturdida en una especie de hospital que tienen montado en el lugar donde la tienen retenida. A su vera se encuentra el doctor Dulmacher y Fish aprovecha para acercar posturas y pedirle que le haga su mano derecha. En una semana ha demostrado su valía, ¿no es mejor tenerla como amiga que como enemiga?
Para sorpresa de Fish, el doctor se ha encargado de implantarle un nuevo y bonito ojo azul. Ante tal gesto, Mooney le da las gracias y Dulmacher le hace una visita guiada y le explica cómo funciona esa parte del lugar. En ese sitio en cuestión, alojan a los clientes que acuden allí en búsqueda de un trasplante. Al final del recorrido por las instalaciones, el doctor le enseña una pequeña sorpresa, a su viejo secretario transformado en un monstruo.
Cuando Fish baja al sótano, se encuentra con el resto de prisioneros dudando acerca de su palabra. La confianza es la base de la familia, ese es el lema de Mooney que, aunque cabreada por la desconfianza, les cuenta que habló con el hombre de arriba y, como muestra de buena voluntad, les ordena que suelten al guardia y lo dejen libre. El siguiente paso para conseguir la libertad es llevarse a dos prisioneros más que estaban en la lista, Fish les recuerda que su palabra sigue en pie, pero ya les contó que el sacrificio de algunos supondría la supervivencia del resto.
La corrupción, marca de la casa
Jim Gordon se entera de que Flass ha salido en libertad gracias a su cómplice, el comisario Loeb y, para colmo, quiere presentarse a la presidencia del sindicato de policías. El propio Flass hace acto de presencia en la comisaría para advertir a Gordon de que se levantará una y otra vez por mucho que intente destruirle. Cuando Jim acude a conversar con el comisario Loeb, descubre, gracias a un vídeo, que Bullock le ha traicionado declarando que presentó pruebas falsas contra Flass. Gracias a Bullock, Flass está libre de cargos.
Harvey se excusa explicándole a su compañero que si colaboró para que Flass fuera exonerado fue por salvarse a si mismo. Si no lo hacía, el comisario Loeb le había amenazado con quitarle su trabajo o aún peor, con encerrarle en la cárcel. Bullock le advierte de que ir a por Loeb es un suicidio, pero Jim, que ya ha demostrado que tiene valentía suficiente y que quiere limpiar de corrupción la ciudad, se reúne con Harvey Dent para trazar un plan. Sea como sea, tienen que destruir las pruebas que Loeb tiene contra muchos agentes de la comisaría.
El primer movimiento consiste en citar a Griggs, el viejo compañero de Flass. Sin embargo, Griggs no suelta prenda sobre los trapos sucios pero sí les da una pista de dónde podría tener los archivos secretos con las pruebas. Les aconseja que vayan a ver a Xi Lu. Gordon y Dent se presentan en el local de Xi Lu pero el señor niega conocer al comisario Loeb, en ese instante recibe una llamada que parece ardvertirle de que Gordon y Dent son policías. Con tan solo unas palabras, Xi Lu manda a toda su panda a capturarles. Griggs les ha tendido una trampa pero gracias a su agilidad y rapidez y a la ayuda extra de Bullock, logran salir con vida.
Ya que Bullock no ha tenido más remedio que meterse en el ajo, decide seguir sus métodos. Si quieren que Griggs les cuente la verdad sin tomarles el pelo, mejor dejarle actuar a él, Bullock sabe cómo presionarle. Así pues, mediante un método de tortura consistente en hacer que la cabeza de Griggs roce el suelo desde un coche en marcha, Harvey Bullock logra sonsacarle que Loeb está compinchado nada más ni nada menos que con don Falcone.
Si Falcone está metido en el asunto, seguro que Pingüino sabe algo, por lo que deciden ir a visitar a Cobblepot a su local. Pingüino se muestra reticente a ayudarles porque si Falcone se entera, él sería el mayor perjudicado y ya ha metido bastante la pata. Sin embargo, a cambio de un favor pendiente de Gordon y de cinco minutos a solas con los archivos, Cobblepot acepta el trato, les enseñará dónde están los archivos secretos.
Gordon, Bullock y Pingüino llegan a una granja donde Pingüino asegura que se encuentran los archivos ocultos. Un feliz matrimonio les recibe y acoge en la casa e incluso les ofrecen café y dulces, pero cuando les piden la identificación porque Jim ha pedido realizar un inspección del lugar que no les había sido notificada, empiezan a mostrar señas de dudas, sobre todo cuando advierten de que Cobblepot no tiene pinta de ser policía.
De repente empiezan a escuchar sonidos procedentes de la planta superior, pero los dueños dicen que se trata de mapaches. Cuando Jim y Harvey optan por ir a inspeccionar, el matrimonio de ancianos les sorprende disparándoles primero. Por fortuna, logran derrotarlos sin mucho esfuerzo, aunque Pingüino ha vuelto a ver pasar su vida por delante, la de veces que ha estado a punto de morir y siempre tiene la suerte de salvarse. Con la casa ya en calma, los dos detectives descubren en su inspección a una mujer que se llama Miriam Loeb y que dice ser la hija del comisario Loeb.
Ya que parece que no van a encontrar los archivos, Gordon cambia de plan y aprovecha para preguntarle a Miriam por su madre e intentar averiguar qué le pasó a la mujer. La chica, que parece que tiene algún tipo de problema mental, simplemente les dice que su madre falleció. Jim insiste, a lo que la mujer responde que las personas a veces cometen errores y confiesa que ella asesinó a su madre.
Gordon se presenta de nuevo en el despacho del comisario Loeb, pero esta vez con uno de los artilugios elaborados por Miriam Loeb con huesos de pájaros. Sin haber dicho ni una sola palabra, el comisario argumenta que su hija está enferma, que en realidad no quiso asesinar a su madre. Ahora que Gordon conoce la historia y tiene la sartén por el mango, le pide a Loeb que Flass sea enjuiciado justamente y las pruebas contra los policías sean enviadas a Harvey Dent. Loeb no acepta la propuesta, si hace eso es hombre muerto así que le ofrece los archivos de Bullock. Gordon acepta pero, además, le obliga a que le reconozca como nuevo presidente del sindicato de policías.
Mientras tanto, Pingüino saca a relucir su lado más malvado con el matrimonio que cuidaba en la granja a Miriam Loeb. Les ofrece un solo billete de tren para que uno escape del castigo de Falcone, pero ellos tendrán que decidir cuál de los dos disfrutará del viaje. Rápidamente, la mujer ataca a su marido sin compasión. Pero todo era un truco, no hay billete, Pingüino sólo quería ahorrarse trabajo y dispara a la mujer matándola en el acto.
Conclusiones
Este nuevo capítulo de 'Gotham' titulado "Everyone Has a Cobblepot" es un muy buen episodio. De nuevo me reafirmo en la idea de que las tramas centradas en los entresijos de la comisaría y que incumben a Gordon o a Bullock son mucho más interesantes que los casos que aparecen y se resuelven en un episodio. Además, tenemos a Bruce que parece dispuesto a actuar, ¿logrará dar caza a Reggie y descubrir quién le contrató? Me da que muy fácil no lo va a tener pero, aunque haya rechazado su oferta, creo que Selina finalmente le ayudará, aunque sea en la distancia. Asimismo, Fish ha logrado ascender rápidamente y convertirse en la mano derecha del doctor Dulmacher, sin embargo, lo va a tener complicado para escapar del lugar ya que se encuentran totalmente aislados en una isla perdida.
Por otra parte, en la comisaría, Gordon ha conseguido, en cierto modo, resolver el caso del comisario Loeb. Ha eliminado las pruebas contra Bullock y ha conseguido poner al comisario de su parte y que le apoye en su candidatura a la presidencia del departamento policial. ¿Cómo se tomará Flass esta noticia? Y no nos olvidemos de Nygma, el pobre pensaba que tendría alguna oportunidad con la señorita Kringle, pero una vez más se vuelve a encontrar con un enemigo. ¿Ideará algún plan contra el nuevo novio de su amada?
