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La semana pasada Modern Family se dio el lujo de experimentar con la forma y se propuso un reto dificilísimo: convertir un anuncio de Apple en un episodio que, además, fuese divertido. Y vaya si lo logró. ¡Y con nota! Porque "Connection Lost" no sólo es tremendamente divertido sino que es toda una virguería técnica y artística que muy probablemente permitirá que la serie revalide su reinado en los Emmy (al menos el de guión de comedia lo tiene casi asegurado). Pero como esto no es 'Community', esta semana tocaba volver a la normalidad (que no a la rutina) con "Closet? You'll Love It!", un episodio mucho menos ambicioso pero que encapsula lo mejor de la serie sin necesidad de malabarismos.
Reconociendo los propios límites
Como decía, esta semana vuelve a echar mano de la tradicional estructura de tres tramas bien diferenciadas, todas ellas construidas en torno a un mismo tema: la aceptación de las propias limitaciones. Todos, desde la pequeña Lily a su abuelo Jay, pasando por Haley, Phil o Joe, se ven obligados a aceptar que es inútil luchar contra la naturaleza y que es más inteligente reconocer tus propios límites para evitarse un disgusto.Lilly, por ejemplo, supuestamente se ahorra un mal rato reconociendo que tiene menos talento que sus compañeros de colegio. Y digo supuestamente porque no tengo tan claro que retirarse sea algo bueno, al menos no en esta situación. ¿Tan vergonzoso habría sido que Lilly representase su número de karate? ¡Si tienen siete años! Es evidente que lo de la niña rapada cantando "I will always love you" era insuperable pero es que Lily ni siquiera lo intenta, y sus padres, más preocupados por su propia humillación que por la pequeña, tampoco ofrecen demasiada resistencia.
De todas maneras, el mal ya estaba hecho porque Cam no es nada sutil intentando que su hija se olvide del concurso y Lily, que de tonta no tiene un pelo, tenía guardado en el disco duro toda esa información negativa. Eso sí, al menos dejan que sea ella la que tome la decisión de retirarse y no son ellos la que la fuerzan, pero yo les recomendaría que vieran 'Pequeña Miss Sunshine' porque aprenderían que a veces es suficiente con pasarlo bien.
De pingüinos y elefantes
La que no necesita aprender a divertirse es Haley, que lleva años dejándose llevar por sus instintos empujada por la recompensa inmediata y sin pensar en las posibles consecuencias. De ahí que sus novios, como este tal Chase (Robbie Amell, 'The Flash''), sean todos tan guapos y tan cabezas huecas (como ella), y de ahí que la cosa no dure nunca demasiado, claro. El problema es que de un tiempo a esta parte Haley está madurando y se está dando cuenta de que los chicos como Andy no necesitan tener un 'six pack' y que tienen sus propios encantos (unos bastante más duraderos).
Los espectadores hace tiempo que sabemos que Haley y Andy acabarán juntos tarde o temprano, es algo que tiene que pasar sí o sí, pero es realmente interesante la manera en que están manejando la historia, cociendo la relación a fuego lento y con Haley sintiéndose por una vez pingüino y no elefante.
Armarios, armarios, armarios y más armarios
En el caso de Jay, la aceptación es doble, y es que además asimilar que su familia le ve como un viejo gruñón, el patriarca debe reconocer, que por el bien de Pritchett Closets, tiene que hacerse a un lado y dejar que su hija Claire se encargue (también) del márketing del negocio. Sinceramente, no sé qué duele más, si saber que tenías una imagen distorsionada de ti mismo o darse cuenta de que te has convertido en un dinosaurio y que tus conocimientos están obsoletos.
Y hablando de cosas obsoletas, me fascina que Jay esté convencido de que su anuncio de hace treinta años no sólo le ayudó a vender armarios sino que le convirtió en una celebridad. No sé si fue muy efectivo está claro que es memorable. Jamás podré quitarme de la cabeza esa imagen de Jay con mirada de loco y vestido a lo Sonny Crockett diciendo uno de los slogans más absurdos que recuerdo: "Closet? You'll Love It!". ¡Si es que hasta a su mujer se le ocurre un slogan mejor! Al menos "Say Hello to my little closet" tiene sentido, aunque no sea exactamente el que piensa Gloria.
Caza al dron
Por último están Phil y sus acólitos Luke y Manny, que tras ser ridiculizados por el dron pervertido en una secuencia gloriosa, deciden aceptar su idiotez (¡cómo para negarla!) y utilizarla como arma para acabar con el chisme sea como sea. Como era de esperar, los resultados son tan desastrosos como hilarantes porque ¿a quién se le ocurrió disfrazar a Luke de Gloria y darle a el tirachinas con bolas de pintura si lo lógico es que el dron se colocase encima de él? ¿Quién no sabe frenar una bicicleta de niña pequeña? ¿Y quién no intenta evitar que se le caiga un bañador hasta los tobillos por segunda vez? Por suerte Phil se colocó un cinturón y nos evitó la tercera caída.
Que sea Gloria, con su pistolón, la que finalmente solucione el problema acaba siendo secundario porque, como dicen los cursis, lo importante es el viaje. Es decir, Phil, Luke y Manny se darán muchos batacazos como consecuencia de sus pocas luces pero se lo pasan pipa con este tipo de cosas. Además, todo el mundo sabe que la familia que se enfrenta a un dron unida, permanece unida ¿verdad?
Tras este episodio, 'Modern Family' se tomará tres semanas de vacaciones, por lo que hasta el próximo 25 de marzo no tendremos nuevo material. Toca volver a tener paciencia.