'The Americans' se acerca peligrosamente a un final de temporada que puede ser apoteósico. El noveno episodio de la serie, titulado "Do Mail Robots Dream of Electric Sheep'", en homenaje a la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (Do Androids Dream of Electric Sheep?), que sirvió de base para la película "Blade Runner", da un fuerte peso a todo lo sucedido con Martha y el descubrimiento del micrófono en las oficinas del FBI de Washington D.C.
El técnico informático del FBI, nuevo objetivo
Y es que la noticia ha corrido como la pólvora entre el lado soviético. Tras la confesión de Martha a "su marido Clark", aka Philip (Matthew Rhys), el marido Jennings no ha tardado nada en ir corriendo a la agencia de viajes para compartir la información con su esposa Elizabeth (Keri Russell). Algo más tarde llega a las altas esferas, al detallarle todo lo sucedido a Gabriel (Frank Langella).
La señora mayor, víctima colateral de los Jennings
Si en condiciones normales lo lógico sería matar a Martha para que no se fuera de la lengua, la importancia de su contacto la convierten en una persona valiosa para la unidad de espionaje de la URSS. Además, no parece que Martha, ya no tan inestable en el apartado anímico, vaya a largar: y es que la secretaria sigue haciéndole la cena a su marido, como si nada hubiera sucedido. El único cambio importante: Martha cree que no es momento de adoptar a un niño tras lo acontecido en los últimos días.
Instalando el micrófono
Siguiendo las órdenes de Gabriel, los Jennings se cuelan en el taller en el que se encuentra la máquina electrónica de documentos del FBI que está siendo reparada para ponerle un micrófono y así señalar como culpable a Gene, el técnico informático que trabaja en la agencia estadounidense. Los planes se tuercen ligeramente cuando descubren que no se encuentran solos, sino que una contable un tanto mayor todavía sigue en las instalaciones.
Mientras Philip instala el dispositivo en la máquina, Elizabeth va intimando y compartiendo confidencias con la mujer mayor, quien ajena a todo, parece no querer darse cuenta que nunca va a salir de allí con vida. Consecuencias de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Cuando al fin se da cuenta, resignada, ya no hay nada que hacer. Al menos es una muerte original e inesperada.
Hans, una máquina de matar
Éste no es el único frente en el que participa Elizabeth en "Do Mail Robots Dream of Electric Sheep?". Consciente de lo que ha hecho con Hans y en qué lo ha convertido, la mujer de los Jennings ha decidido terminar de forma inminente con los entrenamientos del joven. Esta decisión podría suponer un cambio de perspectiva en el caso de Paige, llevando a los Jennings a enfrentarse a la Central por el estilo de vida y la libertad de su hija.
Todd, asesinado a sangre fría por Hans
Pero para Hans el monstruo ha despertado y ya no hay marcha atrás. El joven se ha convertido en todo un asesino, dispuesto a matar a sangre fría a quien haga falta bajo el escudo de la patria y la causa. Solucionado el asunto de Todd, Hans ya está listo para volver a trabajar junto a Jennings, y así se lo hace saber a ella.
¿Es Zinaida una espía?
Por otro lado, Stan (Noah Emmerich) y Oleg siguen con su plan para recuperar a Nina en 'The Americans'. Esta extraña alianza continúa intentando demostrar que la disidente Zinaida es en realidad una espía soviética. En su habitación de hotel aguarda el soviético, que trata de convencerla, pistola en mano, para que vuelva a Rusia. Tras esto irrumpe Stan en la sala, quien se lleva un buen golpe en la cara para no despertar sospechas, y quizá también por las ganas que le tiene Oleg al agente.
Stan tras ser golpeado por Oleg
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Este noveno episodio de 'The Americans' ha sido un capítulo de transición, en el que no ha habido grandes escenas ni momentos que quedarán en el recuerdo de la serie, pero que sirve para dirigir las historias hacia un final que vaticino será espectacular. Philip ya le ha declarado la guerra a Gabriel de forma abierta, a partir de ahora, su misión principal es cuidar de su familia, lo que podría causar un conflicto de intereses. Y todo ello con una Margo Martindale pendiente de regreso.