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Además de los misterios e intrigas de 'Sin identidad', uno de los temas que dio mucho de qué hablar especialmente en las primeras entregas de la serie fueron las pelucas utilizadas por las actrices. Ahora, tras el arranque de su segunda temporada (3.322.000 y 18,8%), la productora Diagonal TV ha decidido sumarse a una causa benéfica subastando las distintas pelucas que ha empleado durante todo el rodaje de la serie.
Los saltos temporales en 'Sin identidad' obligaron al equipo de maquillaje y vestuario a tirar de pelucas para las actrices. Las piezas no pasaron desapercibidas para los espectadores, de hecho, la peluca de Lydia Bosch llegó a ser trending topic la noche del estreno de la serie.Megan Montaner y Lydia Bosch, actrices de 'Sin identidad'
Son muchas las pelucas que ha utilizado la productora en 'Sin identidad'. En el arranque de la segunda temporada, por ejemplo, en una de las secuencias aparecen todas las pelucas empleadas por María, el personaje de Megan Montaner. Ahora, con la segunda y última temporada de la serie ya estrenada, todas las pelucas serán subastadas por la empresa Free Stlye y los fondos recaudados serán donados a la Asociación Pekelucas.
La ONG Pekelucas es una asociación sin ánimo de lucro que elabora pelucas gratis para niños entre 5 y 14 años que padecen cáncer y han perdido el pelo debido a los tratamientos de quimioterapia, o cualquier otro problema, según informa ObjetivoTV.
Así empezó la segunda temporada de 'Sin identidad'
En la segunda temporada de 'Sin identidad' María vuelve a Madrid y contacta con Pablo (Eloy Azorín), su único aliado ahora, para llevar a cabo su venganza. Lleva meses siguiendo los pasos de su familia y ha descubierto que sus padres se han separado.
Luisa (Lydia Bosch), su madre, es presidenta de la fundación Vergel, una fundación que sirve muchas veces de tapadera para los negocios turbios que maneja Enrique (Tito Valverde). Éste ha dejado su puesto en las clínicas en favor de su hijo Bruno (Miguel Ángel Muñoz). El padre de María, Francisco (Jordi Rebellón), tiene una nueva pareja y una hija.
En la casa Vergel viven Enrique, cuya esposa murió en estos años, y Bruno junto con su esposa Amparo (Verónica Sánchez) y el hijo de ambos. Por otro lado, Juan (Daniel Grao) ahora trabaja para Enrique limpiando sus trapos sucios en la fundación y está a punto de contraer matrimonio con la joven heredera de una empresa farmacéutica con la que Enrique hace tratos multimillonarios.