Albert Einstein aseguraba que "la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión persistente". De la física relativista del famoso científico alemán a la explosión de sentimientos más emotiva, Grupo Secuoya ha creado un formato televisivo capaz de congelar las emociones, atesorar el momento y hacerlos viajar a través del tiempo. Y todo a través de una caja con un pequeño display.
Se trata de 'Time Box', un reality insólito que relaciona la emoción y el tiempo y propone a sus participantes guardar en una caja de apertura retardada aquello que sienten para entregarlo a quien decidan y que estos sólo puedan abrirla en la fecha elegida por ellos.Docenas de cajas, con todo tipo de historias, parten así en busca de sus destinatarios. Quien la recibe tendrá que esperar, convivir con la caja preguntándose qué habrá dentro y quién será el emisor porque cada historia tiene su momento y 'Time Box' será testigo a lo largo de todo el proceso.
Imagen promocional de 'Time Box', la caja del tiempo de Secuoya
Sergio Lizarraga: "Hay una vuelta a los formatos de emoción"
"Somos conscientes de que hay una vuelta a los formatos de emoción y queríamos plantear algo rompedor -explica Sergio Lizárraga, director de I+D de Grupo Secuoya-, así que hemos optado por incorporar el factor del tiempo, algo que jamás se ha hecho en televisión: dar la posibilidad de mandar mensajes al futuro con una cuenta atrás de hasta 365 días y que solo se abrirá una vez transcurrido este tiempo... incluso cuando el remitente ya no exista".
Habrá historias que no se "cerrarán" hasta pasado un año desde su punto de partida
¿Puede una urna de 21x19 cm albergar nuestro futuro, contener nuestros sueños y salvaguardar las ilusiones de quien nos aprecia? La caja de 'Time Box' custodiará mensajes en forma de objetos evocadores, grabaciones de vídeo, etc... que el emisor guardará y programará su apertura. Una vez en manos del elegido, la caja no desvelará sus secretos (contenido y emisor) hasta que el contador llegue a cero, lo que puede durar desde unos días hasta un año completo.
"Esta es la fase esencial, en la que se alimenta la tensión emocional y ocurren eventos que pueden alterarlo todo. El emisor también vive su propio viaje en el tiempo, en el que sus emociones pueden verse afectadas respecto al mensaje con el que ya se ha comprometido", puntualiza Lizárraga.
La caja del tiempo nos ofrecerá historias de emoción y sacrificio en la que los remitentes estén ausentes (por fallecimiento, enfermedad o compromiso laboral de envergadura) en un momento irrepetible del destinatario, para evidenciar un compromiso personal que se proyecta, porque no sea el momento, embarazos, etcétera.