'Mad Men' 7x09 Recap: "New business"

Seguimos con el análisis de la séptima temporada de 'Mad Men'. "New Businnes" es el título del capítulo 7x09 de la serie creada por Matthew Weiner.

En "Severance" dejábamos a un Don Draper algo desubicado en su nueva vida (está en pleno proceso de separación de Megan), buscando la constante compañía femenina ya sea en forma de modelos o de camareras. Ahora parece que la profética frase / pregunta con la que finalizaba la quinta temporada, el ya célebre Are you alone?, coge más fuerza que nunca con el actual estado personal de Don. Su evolución marcará el final de la serie porque el argumento central ha abandonado casi definitivamente la parte referente a la agencia de publicidad para centrarse en los conflictos dramáticos de los personajes, en intentar comenzar a darles una salida de cara a esa esperadísima finale.

Esta mini temporada de siete capítulos parece destinada a seguir a los personajes a través de sus miedos y fobias. De alguna manera 'Mad Men' se ha rendido definitivamente a los pies de Don Draper -realmente ya lo estaba en mayor o en menor medida-, y ahora el argumento de la serie se parece más una epopeya pero que funciona al revés, donde se muestran los elementos decadentes de un antiguo héroe triunfador.

La presencia femenina

"New business" comienza de una manera muy concreta: el pasado femenino de Don Draper vuelve a escena. En los primeros 5 minutos aparecen las dos mujeres más importantes su vida sentimental: Betty y Megan, Megan y Betty, tanto da. Por un lado vemos a una Betty especialmente guapa, que ha recuperado además de su silueta su amor por la vida. Podemos ver que el capítulo se inicia con una visita de Don a sus hijos en la casa donde ella vive con Henry, y Betty aprovecha para comentarle que tiene la intención de estudiar la carrera de Psicología, cosa que sorprende a Don aunque éste no le dé mayor importancia (de nuevo el retrato de la sociedad cambiante en los EE.UU donde una ama de casa convencional transformaba su rol en uno completamente nuevo). La breve escena finaliza con una despedida muy del estilo de 'Mad Men': esa mirada nostálgica hacia atrás con la cabeza que nos pretende decir mucho más que ese simple gesto; no es una despedida más de la casa de Henry y Betty de un día cualquiera, es una profunda mirada que recapacita sobre el tiempo pasado con Betty y que no volverá, una etapa de la vida de Don que el mismo se ocupó de arruinar.

Acto seguido el desarrollo de la acción nos lleva a una conversación por teléfono entre Don y Megan, su segunda esposa y personaje clave en la serie desde el comienzo de la cuarta temporada. La tensión entre ambos es evidente, y en este caso parece claro que Don no echa de menos esa vida, que de alguna manera intentó substituir a la que tenía con Betty pero sin finalmente conseguirlo, así que puestos a comparar el publicista parece ser que guarda muchos mejores recuerdos de la primera etapa. Además de la problemática intrínseca a una separación matrimonial, vemos que Megan le pide dinero a Don y que profesionalmente no pasa por un buen momento.

La vuelta de Diana

El fugaz encuentro con la misteriosa camarera Diana en "Severance" sirve para que el personaje vuelva a aparecer en este "New Business". De hecho Don le persigue por sus trabajos hasta que la encuentra e intenta una nueva aproximación. Draper parece obsesionado por esta mujer que funciona como su alter ego femenino; por primera vez en 'Mad Men' se nos muestra una equivalencia a los traumas que padece Don: también está divorciada, tiene a sus espaldas dolorosas experiencias (la muerte de una hija pequeña a causa de la gripe) y no acaba de entender el mundo que la rodea mientras se dedica a huir de su complicado pasado.

Más y más chicas

Además de volver a mostrarnos al matrimonio formado por los Rosen, Sylvia y Arnold, los vecinos de Don Draper y con la que mantuvo una de sus aventuras más recordadas a lo largo de la sexta temporada, aparece en escena otra mujer, aunque en este caso no esté relacionada directamente con la figura de Don; se trata de Pyma Ryan, una fotógrafa interpretada por la veterana actriz Mimi Rogers. Peggy y compañía están preparando una nueva campaña (en este caso del vermut italiano Cinzano), y contratan los servicios de esta fotógrafa de gran talento y con la que Stan, el director artístico, choca frontalmente por una cuestión muy clara: celos profesionales. Ryan ofrece una nueva visión de la fotografía publicitaria mientras que Stan piensa que se ha estancado en su desarrollo e innovación como publicista.

La importancia de Pyma en el capítulo no viene dada por ser una fotógrafa de moda y con talento, también destaca por el tratamiento de la ambigüedad sexual a la que dotan a su personaje. En un primer momento ella y Stan chocan mientras que Peggy mantiene las distancias con ese duelo aunque ella está rendida al arte de Pyma. Posteriormente a esta situación se suceden dos hechos muy relevantes que tienen como consecuencia un tercero: Pyma comienza a jugar con Stan, y él, tras reconocer el gran talento de la fotógrafa, mantienen un encuentro sexual y así ella consigue atraerle a su bando a pesar de que él tiene pareja (de nuevo la mentira y el interés personal afloran en 'Mad Men').

No contenta con esa acción Pyma también intenta seducir a Peggy, aunque ella se mantiene firme y no cede a sus encantos. Tras estos dos pequeños capítulos la ex-secretaria de S&C vuelve a sufrir un problema personal con uno de sus compañeros de trabajo: mientras que en el 7x08 discutía con Joan por el tipo de lenguaje e insinuaciones que recibía constantemente de algunos personajes masculinos ahora discute con Stan porque él le acusa de tener celos del talento de Pyma al acusarle ella de estafadora, no por su arte sino por sus métodos a la hora de relacionarse y conseguir amistades dentro del mundillo de la publicidad.

De nuevo tenemos a Peggy quedando en evidencia con uno de sus compañeros ante esa falta de empatía con la gente que la envuelve, esa coraza con la que carga todo el tiempo y de la que le cuesta tanto salir. Seguramente tiene razón con la acusación hacia Pyma, pero la gente en 'Mad Men' adopta otros tipos de planteamientos hacia determinados momentos de la vida.

La conexión francesa

La cosa se complica para Don cuando aparece en escena la conexión francesa; además de Megan volvemos a tener a la actriz Julia Ormond interpretando a su madre, que sigue tal y como la dejamos en la anterior temporada. Llega a Nueva York para ayudar a Megan con la mudanza, acompañada por su otra hija. La situación es incómoda y entre las tres se reprochan mutuamente distintos momentos sucedidos a lo largo del matrimonio con Don, así que Megan, antes de iniciar una pequeña guerra con su familia, decide aceptar la propuesta de Harry para verse en un restaurante. Crane avisa a Don previamente de que si ve con buenos ojos que intente un acercamiento a Megan que va más allá de la amistad aprovechando que ella pretende pedirle trabajo o posibles contactos para poder trabajar.

De nuevo la preeminencia masculina emerge, en este caso comercializando los posibles sentimientos de Megan. Harry piensa que como ahora ella está sola no podrá decirle que no a sus insinuaciones. El encuentro acaba de manera abrupta y Megan se marcha indignada ante el planteamiento de Harry.

Las cosas todavía irán a peor para Megan ya que al llegar al apartamento de Don para comprobar como va la mudanza se encontrará que su madre ha empaquetado prácticamente todo a modo de robo y que además ha tenido tiempo de volver a mantener un encuentro sexual con Roger, que ha acudido raudo y veloz a la llamada de mamá Megan, un hecho le deja con pocas cosas que decir ante esa delicada situación. De nuevo el interés personal de los personajes prima ante cualquier cosa, y lo que es peor: el cinismo es un elemento constante en 'Mad Men', ya que muchos de los protagonistas hablan de una manera y actúan de otra calcando lo que critican abiertamente (la madre de Megan y el engaño de Don hacia su hija ella lo recrea con Roger y su marido).

El dinero, otro elemento de poder

La que parece ser la despedida entre Megan y Don tiene por medio 1 millón de dólares. Draper, desesperado ante una situación que no le deja tranquilo, decide evitarla para siempre dándole a Megan un talón por esa cantidad. De alguna manera está comprando el silencio y la tranquilidad de no volver a tener nada que ver con la actriz y no volver a vivir situaciones de tensión ya que ahora se encuentra en un momento de su vida de rechazo ante problemas procedentes de este tipo de relaciones.

El regreso al no apartamento

Don decide pasar a visitar a Diana a su apartamento. Lo primero es el impacto que produce la comparación entre ambas casas y la diferencia social muy evidente que existe entre ambos, pero casualmente es ella la que le explica a Don que es mejor que no vuelvan a verse, ya que ella sigue traumatizada por hechos del pasado (el abandono de su familia), y cree que no se merece una suerte así. Don, que va recibiendo reveses durante todo el capítulo queda impactado cuando regresa a su piso y comprueba el estado en el que ha quedado tras la mudanza.

La simbología está clara: ni Betty, ni Megan ni sus conquistas... Don ha llegado a una edad madura en la que además de no estar acompañado por nadie ni siquiera su casa aguanta la situación. Su vida se está quedando vacía de elementos y la falta de muebles es un recurso visual de ese sentimiento de abandono que sufre Draper en estos momentos.

El intenso drama de esta mini temporada

Llevamos dos capítulos de esta segunda parte de la séptima temporada y sin duda ya podemos afirmar de que se trata de la temporada más dramática de 'Mad Men'. No existen momentos de felicidad, y cuando existe un atisbo de que algo pueda ir bien, se tuerce para provocar tensión, enfado...

El siguiente episodio "The forecast" está a la vuelta de la esquina, y con él parece que se recupera la vertiente publicista de Don, esa que le define de la forma más precisa: vender la idea de algo de la mejor manera posible aunque no todo lo que se diga sea verdad. En definitiva, la vida de Draper.