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Penúltimo episodio de 'Mad Men', y las casillas siguen ordenándose en ese constante desfile de las miserias humanas de Don Draper y compañía -alguno se salva-, que han sido mostradas bajo el título de "The milk and honey route", el 7x13 de esta séptima temporada. ¿Qué conclusiones sacamos de manera rápida?, pues que la idea del sueño americano como tal se desvanece definitivamente -tampoco es que existiera la posibilidad de que volviera-, y vemos que todos los personajes se enfrentan a decisiones futuras que vienen condicionadas por actos del pasado (una de las ideas capitales del guión de Weiner: el pasado como juez de tus actos posteriores); además en este capítulo ese planteamiento casi vital del "American way life" se ha visto sacudido por una dosis de duro melodrama que más adelante comentaremos y analizaremos.
Añadir que Pete Campbell continua con su línea protagonista mostrada a lo largo de estos últimos episodios; Sally por su parte sigue regalándonos escenas memorables a modo de epílogo de uno de los personajes más estimulantes de todos los escritos por Matthew Weiner y Don... ¿qué podemos decir de Don?, abandonado por la mecánica de su coche en ese particular viaje de introspección que le lleva a detenerse en un pueblo de mala muerte donde algunos de los elementos de su primera vida como Dick Whitman le vuelven a modo de bumerán, y donde se verá obligado a manejarse con ellos en circunstancias inesperadas mientras va sufriendo una transformación interna dentro de ese nuevo estilo de vida iniciado con su súbita marcha de McCann-Erickson.Betty y el cáncer
El personaje femenino por excelencia de 'Mad Men', a pesar de la pérdida de protagonismo durante la quinta y la sexta temporada, ha vuelto en estos últimos episodios para cerrar definitivamente la historia de su matrimonio y de sus hijos con Don, pero el futuro le guarda una trágica noticia. A causa de una caída en las escaleras de la facultad mientras estudia la carrera de psicología, en la revisión rutinaria para comprobar las consecuencias reales de ese golpe las radiografías muestran algo más que una costilla rota: Betty sufre un cáncer de pulmón muy avanzado, y el doctor estima que le pueden quedar entre 9 y 12 meses de vida. La escena, narrativamente hablando, es magistral, y en ella podemos ver a Betty en un primer plano lateral mediante un zoom de acompañamiento mientras Henry y el doctor comentan el inesperado resultado de las pruebas. Por momentos parece que la enfermedad nada tiene que ver con Betty; se muestra ausente y de alguna manera lo asume sin grandes traumas volviendo a jugar de nuevo con el argumento del paso del tiempo reflejado en este caso en el futuro deterioro físico del personaje. Betty ha sido uno de los iconos del estilo y de la belleza de la serie, y también podemos pensar que Weiner no quiera verle envejecer y antes de que su figura se marchite prefiere darle esta salida.
Henry, Sally y el cambio de roles
La entereza de Betty -mezcla de su característica frialdad e individualismo-, le lleva a confesar a su hija Sally que no pretende hacer nada para evitar el fatal desenlace (su madre también murió de cáncer y prefiere evitar ese sufrimiento a sus hijos), así que decide vivir el poco tiempo que le pueda quedar de la manera más normal posible. Vuelve a la universidad, sus dos hijos pequeños obviamente se mantienen alejados de esta noticia y Sally asumirá el papel de madre dentro de la organización familiar una vez que ella ya no esté. La vida de Sally cambiará para siempre, y ese viaje por Europa del que habla con su padre -haciendo referencia explícita a España y a Madrid-, es un recurso que da la impresión que funciona como la primera y última aventura de la chica Draper antes de asumir las riendas femeninas de la familia. Podemos entender que los hijos de Don volverán con él ahora que se encuentra sin trabajo y liberado de toda atadura amorosa (conviene no olvidar que en el año 2011 Weiner comentó que la serie finalizaría con un Don de 84 años de edad, así que el próximo domingo veremos si ese dato se cumple).
El destino es benévolo con Campbell
Uno de los personajes más odiados de las primeras temporadas -especialmente durante la primera-, disfruta de su particular redención en este 7x13. Pete Campbell, ese ambicioso publicista que era rechazado profesionalmente y mantenido a raya por el gran Don Draper de la década de los 50 ve como su vida se desarrolla justo a la inversa de la de su ex-jefe: ahora resulta que su amor por Trudy nunca acabó -es recíproco-, así que una de las primeras parejas de 'Mad Men' vuelve a consolidarse precisamente antes del capítulo final, en una clara intención de demostrar que aquí nadie está a salvo del destino, ni para bien ni para mal. Wichita (Kansas) se convertirá en el retiro dorado de los Campbell, encarnando en este caso al ideal de familia americana... Pero ¿qué pasará con Peggy, Roger o Joan?, los otros tres secundarios que nos han acompañado desde el primer episodio. ¿Los volveremos a ver?, Weiner les debe parte de la grandeza de 'Mad Men', así que debemos deducir que si no han aparecido en este "The milk and honey route" volverán para despedirse en el 7x14.
El walkabout de Don
"The milk and honey route" comienza con un Don Draper parado por un policía en una carretera, y en un primer momento es reconocido por el agente de la autoridad como un estafador. Aunque parezca real todo ese breve prólogo es simplemente un sueño que denuncia ese miedo constante a que Don sea descubierto. Realmente se encuentra en un motel de cualquier lugar de los EE.UU conduciendo después de su desafortunado encuentro con el ex-marido de Diana en el 7x12. Tras hablar por teléfono con Sally (momento en el que aparece la conversación sobre su viaje a Europa), reprende la marcha pero su Cadillac se avería y necesita pasar unas noches en un pequeño pueblo a la espera de la llegada de la nueva pieza. Su estancia allí será algo parecido a una terapia de choque.
En un primer lugar conoce a una versión moderna de sí mismo, un joven chico llamado Andy que sueña con escapar de esa casi prisión que supone la vida en una zona rural en el interior de los EE.UU, pero no será la única aventura de Draper. Los propietarios del motel donde duerme le invitan a participar en una serie de actos entre los que destaca una reunión de veteranos de guerra, un momento que provoca el regreso mental de Draper a ese particular infierno donde nació su falsa identidad y donde comenzó a forjarse una vida paralela fuera de la de Dick Whitman a través de la deserción del ejército. A pesar de que esos hombres no puedan reconocerle Don se ve obligado a seguir mintiendo acerca de su verdadera historia en el pasado.
Además de ese particular debate con otros veteranos -trastornados por la guerra en el sentido literal de la palabra, física y mentalmente-, por culpa del joven chico Andy Don se ve envuelto en un problema de dinero, ya que le acusan de haber robado los donativos conseguidos en la fiesta. Draper, más avispado que nadie en seguida entiende que los tiene el chico y antes de que pueda caer en algún problema más serio (entre un grupo de hombre del pueblo maniatan a Don y le golpean violentamente con un libro en la cara), le hace un favor: recupera el dinero y se lo devuelve al dueño del motel, con lo que su posible deuda queda zanjada y se marcha en su ya reparado coche junto con Andy como acompañante -tras acceder Don a su petición-. Anteriormente Don ya ha ejercido de tutor y de voz de la experiencia y le ha explicado lo complicado que puede llegar a ser convertirse en otra persona y lo que supone no poder regresar a tu hogar una vez que has huido de él.
Don y Andy
Don le regala su coche (valor físico), pero le hace otro regalo mucho más valioso: le concede una oportunidad para que ese chico pueda conseguir sus sueños, y aunque ha intentado hacerle recapacitar finalmente Andy podrá intentar vivir nuevas experiencias gracias a las palabras y gestos de Don. El plano final de esta escena y del capítulo es el de un Don esperando el autobús en una carretera abandonada en una nada, todo vacío... Draper va dejando desde el 7x09 toda una serie de elementos materiales y figurados (su casa, su coche, su trabajo), y parece estar preparándose para emprender una nueva vida fuera de toda esa espiral de mentiras y engaños -esa sonrisa final le delata-, aunque todavía tiene que recibir la dramática noticia de Betty que afectará sin lugar a dudas al renovado planteamiento vital que parece estar ensamblando.
La carta acerca del futuro
El episodio nos muestra casi al final a Sally leyendo en el colegio una carta de su madre donde le habla de una serie de cosas una vez que ella muera. De nuevo esa extrema frialdad se ve reflejada incluso hasta en los momentos más sentimentales, aunque paradójicamente la enfermedad de Betty le ha acercado más a su hija Sally, con la que siempre ha mantenido un particular duelo ya que ella es su heredera, pero la ex-señora Draper nunca ha estado dispuesta a dejar su trono así como así. Ahora madre e hija mantendrán una relación más directa y con la frase: "sé que tu vida será una aventura", parecen conectar definitivamente aunque tan solo sea durante los meses que le quedan de vida a Betty.
Sally además se verá obligada a consolar a un adulto como Henry, que no aguanta la presión y se derrumba delante de su hijastra ante esa nueva situación. Ella sin titubear comienza a ejercer como si se tratara de una pequeña madre con sus dos hermanos pequeños, ocupando tras el primer encuentro con Betty después de conocer la noticia su lugar en la mesa de la cocina, adaptándose a su nuevo papel con ese sutil recurso tan propio de 'Mad Men'.
El fin
En menos de 4 días nos habremos visto sacudidos por el desenlace de 'Mad Men', y entonces todo habrá terminado. No esperemos un final contemplativo y ni mucho menos un final cerrado. La serie de Weiner se marchará tal y como la conocimos, destilando mágicos toques de clase y delicadeza que nos acompañarán hasta ese "Person to person", el título con el que se despedirá una de las epopeyas televisivas clave de nuestro tiempo, encabezada por ese anti-héroe llamado Don Draper.