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Tras un primer capítulo centrado en Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen) y Bedelia Du Maurier (Gillian Anderson), "Primavera", el segundo capítulo de la tercera temporada de 'Hannibal', vuelve a contar con Will Graham (Hugh Dancy) como protagonista. Y es que, por mucho que intente distanciarse, el psiquiatra necesita la compañía de Will, destinatario del mensaje del episodio anterior.
Will mantiene viva a Abigail en su cabeza
Pero antes de ello, "Primavera" retrocede 8 meses en el tiempo, llevándonos de vuelta a la fatídica CENA en casa de Hannibal con la que culminaba la segunda temporada, pero tomando como partida la llegada de Will a la escena del crimen, donde tanto el profesor universitario como Abigail Hobbs (Kacey Rohl), la siniestra y desequilibrada joven que tantos momentos nos dio al principio de la serie, son apuñalados por Hannibal.Las acciones del psiquiatra no deparan el mismo futuro para Will y Abigail. Mientras el primero, tras un baño de sangre que bien podría simbolizar las redes del asesino en serie en las que está atrapado, y un tiempo en el hospital consigue recuperarse de sus heridas, los médicos no pueden hacer nada con la chica, a la que Hannibal le ha cortado el cuello, más allá de certificar su muerte.
Pero como bien sabemos, 'Hannibal' no es una serie sencilla, de blanco o negro, narrada desde un punto de vista objetivo, sino que mezcla sueños, deseos, delirios y visiones de sus perturbados personajes y, en ocasiones, nos descoloca como ella sola, manteniéndonos en vilo sobre si lo que vemos es real o no. En "Primavera", Bryan Fuller ha jugado esa baza con la posible supervivencia de Abigail, que asegura seguir con vida. Pero todo es fruto de la mente de Will, por mucho que se intente, no se puede cambiar lo sucedido, cuando la taza se rompe, es imposible recomponerla.
Will viaja hasta Italia para encontrar a Hannibal
A pesar de estar solamente en su cabeza, Abigail convence a Will de que debe buscar a Hannibal. En el fondo, es un deseo del profesor, quien aún tiene muchas cuentas pendientes con su amigo, terapeuta y enemigo. Precisamente gracias a otro de sus sueños sabe que es en Italia, concretamente en una capilla de Palermo, donde tiene que viajar para dar caza al sofisticado asesino -quien juega a ser Dios-, que se siente atraído por la belleza que desprende la arquitectura renacentista y lo hace 8 meses después, junto a la joven, que sigue en su sesera.
Allí se encuentra con Rinaldo Pazzi (Fortunato Cerlino), un detective de policía de Florencia que investiga una escena del crimen de Hannibal, la obra de arte-mensaje con forma de corazón humano dirigido a Will Graham. El italiano no tarda en atar cabos y descubre que la presencia del estadounidense allí no es casual, sino que sabe quién está detrás de ello. Pazzi también lo sabe, aunque no ha intimado tanto con Hannibal, a quien apoda "El Monstruo", su relación se remonta 20 años atrás en el tiempo, cuando el asesino recreaba cuadros con sus víctimas, toda una macabra delicia visual. Hannibal está cerca y Will puede olerlo, el ciervo ha vuelto. Y está en la misma capilla.
Es entonces cuando a través de una muy bella serie de transiciones descubrimos que Abigail lleva todo este tiempo muerta y que todas sus apariciones, como ya podíamos intuir (pues no interactuaba con otros personajes), es fruto de la atormentada cabeza de Will Graham.
Graham y Lecter, cada vez más cerca
Los minutos finales de "Primavera" se desarrollan en las tenebrosas catacumbas conectadas a la capilla, en las que, con esqueletos humanos de por medio, gato y ratón tratan de encontrarse, aunque sin éxito, a pesar de estar ahí mismo, a veces necesitamos luz para ver. El único encuentro que se produce es el de Will y Pazzi, que parece dispuesto a entrometerse en la dinámica de pareja que la ficción había construido en sus dos temporadas previas, habrá que ver si consigue salir indemne.
Las últimas palabras del capítulo las pronuncia Will: "Hannibal, te perdono", tendiendo de nuevo la mano -quizá con oscuras intenciones- al psicópata que intentó volverlo loco.