Dani Rovira: "Me encantaría preguntarle a Mediaset por el concepto que tienen de 'próximamente', para saber cuánto tiempo es"

El actor de 'B&b, de boca en boca' saltó a la fama gracias al éxito de "Ocho apellidos vascos'. Ahora vuelven con otra comedia del grupo vecino, Atresmedia, esta se llama "Ahora o nunca". Él es consciente de que este trabajo le llega precedido por un éxito arrollador: "No sé si quizá empecé la casa por el tejado, pero ha pasado algo que no todo el mundo puede decir y no quiero darle la importancia al orden en el que ha ocurrido, solo que ya ha pasado, y punto".

Según el actor dice a Shangay, él en este tipo de películas es cómico y "no galán en el sentido de super-guaperas", ya que considera que para eso está MArio casas: "¿Cómo puedes ser el protagonista de una comedia romántica sin ser Mario Casas? Siendo entrañable y ganándote al público y a la chica de otra manera, con simpatía y humor, e imagino que algo de carisma... ¿no?".

El estreno de 'B&b, de boca en boca'

"Me da miedo que la gente vea en mí un supermegaproducto, la gallina de los huevos de oro o algo así", confiesa el actor, "será el momento en que quieran contar conmigo por lo que puedo ofrecer, no por el producto rentable en el que al parecer me he convertido".

Y hablando de "gallina de los huevos de oro", esta es la sensación que tiene cuando se ve en las promos de 'B&b de boca en boca' en Telecinco cuando ganó el Goya: "O hacer una participación pequeña en el programa 'Sopa de gansos' porque son amigos, y luego te meten en la promoción y el público cree que voy a estar en medio programa. Respecto a lo que dices de la serie... Me encantaría preguntarle a Mediaset por el concepto que tienen de "próximamente", para saber cuánto tiempo es".

"A veces me siento utilizado"

Así de claro lo ha dicho el actor: "No me gusta que se utilice mi imagen como reclamo. Todo el mundo tiene derecho a hacerlo, pero yo debo tener la inteligencia de gestionar eso para no quemarme y, sobre todo, que no me quemen. No quiero ser el típico que está hasta en la sopa, porque me quiero jubilar haciendo reír, haciendo cine".

De hecho ha rechazado algún papel justo por ese motivo, porque sentía que lo querían tener como nombre de la película, o en la promoción del trailer, pero que su personaje estaba metido con calzador. Al actor no le importa ser secundario, lo único que quiere es que tenga sentido su papel.

"Si por mí hubiera sido, no habría segunda parte"

Poco queda para la secuela de la exitosa película "Ocho apellidos vascos". Si hay algo que le preocupa es que sea una comedia digna, aunque él sabe perfectamente que "no se puede pretender que pase lo mismo. Y espero que ni productores ni nadie vivan esta experiencia con miedo. Aunque hagas cero euros en taquilla y no vaya nadie a verla, la media sería de 25 millones de euros cada una, no me jodas. Volver a vivir menos de la mitad de aquel éxito ya me parecería la bomba."

"Si por mí hubiera sido, no habría segunda parte. Ha sido una cosa tan bonita y única que ese punto romántico que tengo de las cosas me dice que mejor dejarlo ahí. No se hizo Ben-Hur 2 ni Titanic 2. Pero claro, dile tú eso al productor... [risas]. ¿Se ha decidido, estamos todos contentos con las condiciones y el guion es muy digno? Pues a jugar otra vez, pero sin presión. Todo esto me ha pasado habiéndome subido a los escenarios desde los 14 años, peleándome con el público, la carretera y la soledad, y tengo cierta perspectiva. Así que no concibo ninguna palabra como presión, miedo, angustia o cansancio", confiesa el actor.

"Al principio era un terremoto y muchos pensaban que era gay y farlopero"

El actor abre su corazón y revela que "al principio era un terremoto y muchos pensaban que era gay y farlopero [risas]. Soy muy expresivo, y ciertos chistes invitan a la pluma. Y tenía tanta energía que me encontraba a más de uno que quería invitarme a algo en el baño, pero siempre he pasado de eso".

"Eso que siempre se ha dicho de 'yo me debo a mi público'... Pues no, y hay gente que no lo entiende. Me debo a mi trabajo y a la gente cuando está en el teatro, pero el resto del día no le debo nada a nadie. ¿Una foto? No, te doy dos besos, y encantado de saludarte, pero no sé quién eres ni te conozco ni sé qué vas a hacer con esa foto. Uno me dijo: '¿Encima de que voy a ver tu película?'. Le pregunté cuánto pagó, y me dijo que ocho euros. Luego que si lo había pasado bien, y me dijo que sí. Pues estamos en paz", explica.