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A falta de dos entregas para el final de "La ruta de los mil templos", 'Pekín express' sigue ofreciendo grandes momentos a la audiencia. Las parejas cada vez se integran más fácilmente con la población autóctona, a pesar de haber pasado de un entorno tan rural como Nyanmar (Birmania) a otro más cosmopolita como Malasia.
Sin duda, las canarias son una de las parejas más carismáticas de esta edición. María del Amor y Yareli, con una personalidad arrolladora, han dejado frases y momentos para el recuerdo. Discusiones y risas han definido su paso por 'Pekín express' y en su sexta etapa no ha podido ser menos. Llegar a Kuala Lumpur ha supuesto uno de los retos más difíciles para los concursantes.Como en cada etapa, María del Amor y Yareli vivieron situaciones de tensión. Esta vez la discusión y los gritos vinieron por ver cuál de las dos conseguía parar más coches. Yareli acusó a su compañera de ir a lo loco, a lo que esta respondió con burla: "¿Quién paró este coche? Yo, que voy a lo loco. ¿Quién paró el coche anterior? Yo, que voy a lo loco. ¿Quién paró el coche esta mañana? Yo, que voy a lo loco". Sonoro fue el aplauso que le "regaló" a Yareli por haber conseguido un coche.
Las canarias se prueban el tundung
Este encontronazo no ensombreció el resto de la etapa entre las canarias. Pasaron la primera noche con una familia en la que las mujeres, por la religión musulmana, iban tapadas con el tundung, un velo que cubre el pelo y el cuello. Las amigas se animaron a probarse uno que animó especialmente a María del Amor: "Me veo muy provocativa, demasiado erótica". Yareli, con un pañuelo marrón no se vio tan favorecida, pero su compañera no lo dudó: "Yo sería un bomboncito si tuviera que llevar el tundung todos los días". Tan embellecida se vio que soñó un futuro empresarial: "Voy a empezar a diseñar el burkini".
El momentazo de la noche llegó con el twerking de María del Amor. Las canarias pasaron la última noche antes de llegar a la meta en casa de unas jóvenes estudiantes malayas que estaban en una fiesta de pijamas. Animadas con la música y la comida, María del Amor no dudó en enseñarles flamenco a ritmo de "María de la O". La cosa no quedó ahí y trató de ilustrarlas en el fino arte del twerking. "Les enseñé a mover el culito", reconoció María del Amor, aunque ninguna de las anfitrionas se animaron a seguir estos pasos. "Se quedaron muertas".
María del Amor enseña a hacer twerking a las jóvenes malayas
Pese a haber sido elegidas "Ovejas negras", las canarias consiguieron llegar en primera posición a Kuala Lumpur, aunque el brazalete negro les hizo bajar al segundo puesto, por lo que la pareja de cuñados, formada por Ángel y Bea, se hizo con el amuleto y los 5.000 euros.
Aitor y Charo celebran la inmunidad a lo grande
El vasco y la andaluza se hicieron con la inmunidad, lo que les aseguraba el pase a la siguiente etapa. Así, pudieron recorrer el resto de la carrera con más tranquilidad. Dieron con un grupo de malayos en un bar bebiendo cerveza y comiendo, y decidieron unirse.
"Es la primera vez en mi vida que bebía cerveza, pues me zampé tres vasos. Me supo hasta buena", admitió Charo, que se desmelenó y hasta se fue por bulerías marcándose un baile flamenco para los anfitriones. "Aquello fue una cosa rocambolesca", reconoció al día siguiente y es que hasta pretendientes le buscó su compañero Aitor.
La fiesta les pasó factura al día siguiente. Pero gracias a una pareja de malayos que se implicó en la carrera con los concursantes, la resaca fue más llevadera, llegando a la meta en tercera posición.
Aitor y Charo se van de fiesta para celebrar su inmunidad
Tarjeta verde para los blogueros
Como dijo Cristina Pedroche, la otra cara de la moneda la representaron los jóvenes blogueros. Lorea y Ángel sufrieron como nunca en esta etapa y es que tras rozar la inmunidad, perdieron más de dos horas buscando la dirección donde obtendrían la pista que les llevaría a la meta final.
La pareja no pudo disimular su frustración y enfado. "No me gusta acabar la última", dijo Lorea, que desesperada, estuvo a punto de llorar en más de una ocasión. Resignados aceptaron el último puesto y con ello su eliminación, aunque finalmente se salvaron cuando la presentadora sacó la tarjeta verde. "Ya la esperábamos, la verdad", aseguró muy seria la joven. Podrán continuar en la carrera, aunque en la próxima y penúltima etapa, la pareja contará con un handicap que les hará avanzar más lentos.