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El tercer capítulo de la tercera temporada de 'Orange is the New Black' se titula "Empathy Is a Boner Killer". En este episodio seguimos adentrándonos en la vida pasada de nuestras protagonistas, en concreto, en esta ocasión, es el turno de Nicky. A través de varios recuerdos conoceremos cómo era la vida de esta reclusa antes de entrar en prisión. Además, seremos testigos de cómo avanza la relación entre Piper y Álex.
El pasado y el presente de Nicky
Nicky informa a Luschek de que ha perdido la droga que tenía escondida en la lavandería y éste le echa la culpa por no haber llevado más cuidado e incluso se atreve a acusarle de ser una pésima delincuente. Ahora se han quedado sin el material para poder venderlo. Sin embargo, Nicky ha mentido tanto al agente como a su compañera Boo, la droga no ha desparecido, la tiene escondida para, probablemente, consumirla cuando no sea vista por nadie. Aunque lleva un tiempo limpia, la adicción es mucho más poderosa y parece que Nicky ha vuelto a caer en la tentación.
Acto seguido asistimos a unas imágenes del pasado de Nicky que nos muestran que la chica iba con unas compañías nada agradables y aconsejables. Concretamente asistimos a un recuerdo en el que Nicky llega a robar un taxi que nada más arrancar estrella contra un vehículo estacionado. En aquella ocasión, su salvadora fue su madre, que la libró de la prisión. Sin embargo, ella insistió en ayudar a sus amigos tan involucrados en el incidente por su culpa, aunque eso supuso seguir cogiendo el dinero de su madre y mintiéndole, hasta que terminó en prisión.
Aunque ha recibido la amenaza de Boo, Nicky sigue dispuesta a seguir manteniendo en secreto que todavía guarda la droga, o por lo menos eso creía ella, hasta que descubre que las reclusas de la lavandería han encontrado y consumido la droga. Alertado por Nicky, Luschek acude a la lavandería, donde las encuentra bajo los efectos de los estupefacientes. Enfadadas porque les ha quitado la droga, las chicas de la lavandería delatan a Luschek, lo que provoca que Caputo registre la oficina de Luschek, donde encuentran drogas en el escritorio. Tras el descubrimiento, Luschek culpa directamente a Nicky, que es trasladada a máxima seguridad, sin darle la oportunidad de explicarse.
Álex y Piper
Aunque Álex asegura odiar a Piper por todo lo que le ha hecho y no poder ni mirarle a la cara, ambas siguen manteniendo relaciones sexuales. Pero la llegada de la nueva agente provoca que la mayoría de las reclusas se apunten a clases de teatro. En una de esas sesiones, Chapman y Vause no tienen más remedio que presentarse delante del resto de reclusas y realizar una interpretación, aunque adaptada a su estilo. De este modo, a través de la obra de teatro, Piper le confiesa a Álex que lamenta que por su culpa esté de nuevo en la cárcel pero que lo hizo porque la extrañaba y quería que volviera para estar con ella.
Rumores
Mientras Caputo planea su futuro ante el inminente cierre de la prisión, sus agentes están aterrados ante los rumores de que la cárcel cerrará próximamente, rumores que Caputo se encarga de desmentir aunque realmente sean ciertos. Sin embargo, viendo que los agentes se niegan a trabajar hasta conocer la verdad, Caputo no tiene más remedio que confesar que piensan cerrar la cárcel dentro de muy poco tiempo, pero les pide que sigan comportándose y esforzándose como siempre, cosa que a los agentes les costará sabiendo que van a perder su puesto de trabajo.
No obstante, Caputo parece tener cierto sentido de la responsabilidad y no está dispuesto a perder su trabajo sin hacer nada al respecto. Dispuesto a luchar por lo que tanto le ha costado sacar adelante, Caputo decide llamar a Figueroa para amenazarle con hacer público que robó y que su marido es gay. Las amenazas parecen funcionar ya que Figueroa se presenta en el parking y le da unos documentos que pueden ayudar a Caputo, ¿conseguirá frenar el cierre de la cárcel?
