¿Cómo reaccionaría una persona al ver morir a su marido en televisión 16 meses después de que ocurriese? Anita Chanko, una viuda neoyorquina residente en el Upper East Side, vivió esta pesadilla cuando se sentó para ver su reality show preferido de ABC, 'NY Med', y comprobó que los médicos de la serie se encontraban atendiendo a su marido, quien perdió la vida tras ser golpeado y arrojado por un camión de saneamiento urbano.
"Ver de nuevo a mi marido morir frente a mis ojos y escucharlo gemir de dolor no fue lo peor, sino oírlo decir '¿Mi esposa sabe que estoy aquí?", declara Anita Chanko a los medios del canal estadounidense PIX. "Yo lo vi morir ante mis ojos sin conocer la existencia de la serie", reconoce la neoyorquina.Con motivo del acontecimiento, Dan Garodnick, concejal del distrito neoyorquino de Manhattan, junto a los miembros locales del Senado, ha puesto en marcha una campaña para pedirle a todos los hospitales de la ciudad de Nueva York que no permitan grabar en el interior de sus edificios. De esta manera, los hospitales no violarán los derechos de los pacientes.
Nueva York comienza a tomar medidas para este tipo de casos
"Nos encantan a los realities shows, sin embargo, éstos son una ventana indiscreta al personal médico y una invasión inaceptable de la privacidad de los pacientes que confían en sus médicos y en el hospital", ha dicho el concejal Garodnick durante una rueda de prensa celebrada el pasado jueves, 9 de julio.
De hecho, los asambleístas ya se encuentran trabajando en una nueva legislación que prohíba la filmación en los hospitales. Aunque de momento solo sea una propuesta, los miembros del Senado esperan que empiece a estar en vigor el próximo año.
De este modo, en casos como éste, donde se duda de la legalidad del programa 'NY Med', se despejará la duda de quién tiene el consentimiento de filmación entre el paciente y la institución, siendo sólo lícita la respuesta del primero. En cuanto al caso de la familia Chanko contra el canal ABC, su programa 'NY Med' y el Hospital Presbiteriano de Nueva York, será llevado al tribunal de apelaciones del Estado en el próximo otoño.