TEMPORADA 3 CAPÍTULO 1

'Masters of sex' 3x01 Recap: "Parliament of Owls"

Masters y Johnson presentan su estudio a la prensa especializada y comunidad médica, en este primer capítulo de la tercera temporada.

Por Cristina de los Ríos El 14 de Julio 2015 | 16:25

Tras una primera temporada estupenda y una segunda temporada que estuvo bastante bien, aunque seguramente quedo deslucida por lo buena que fue la primera. 'Masters of sex' vuelve un verano más con este "Parliament of Owls" y la duda creada entre sus fans de si les queda algo más por contar. Cuando una serie, película, novela, llámalo x está basada en la obra y milagros de unos personajes reales, siempre queda la duda de cuando se les acabaran las historias que contar ya que, aunque 'Cuéntame como paso' parezca empeñado en decirnos los contrario, hay un número limitado de cosas interesantes y narrables que les pueda suceder a una familia a lo largo de su vida.

Masters of sex 3x01

Un matrimonio de tres

Los guionistas de 'Masters of sex' nunca han tenido problemas a la hora de inventar lo que fuera, sobre todo unos secundarios adorables, y de dar los saltos temporales necesarios para que la serie no se quedará atascada. Sin embargo, unos cuantos años después de la última vez que los vimos, Masters y Johnson siguen atascados en una aventura ilícita de cara a Libby, que ya quedó claro que de tonta no tenía un pelo, pero que para aguantar la bochornosa situación se está drogando a base de bien, eso sí, legalmente. En vez de luchar contra las aspas de un molino, o de decir basta, Libby ha intentado aceptar la situación lo mejor que ha podido y con otro hijo más (que parece ser la solución para todo, nótese la ironía), y no sabemos si con más hombres guapetones y afroamericanos o con el mismo, dada su marcada preocupación por las horribles muertes que se estaban produciendo en esos años en los estados del sur.

Masters of sex 3x01

Sea como fuera los Masters Johnson pasan un "apacible" fin de semana juntos al año, haciendo el paripe como nadie, tipo vacaciones en familia en una casita junto al lago, para que los niños se lo pasen bien al aire libre y los adultos descansen, pero eso sí que ha cambiado.

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Los hijos de Virginia ya no son unos niños: Henry está a punto de cumplir los 18 y ha decidido alistarse, Tessa tiene 15 y fuma, bebe e intenta propasarse con Masters, igualita que su mamá, aunque en breve parecerá mayor que ella (en esta serie envejece todo el mundo menos Virginia y Libby que parece que se conservan en formol). Por el otro lado, Masters está siendo tan mal padre como se podía prever, ya que claramente nunca quiso hijos y los ignora, porque como el resto del mundo le molestan una barbaridad (me encanta cuando consiguen que el protagonista te caiga mal y la serie te guste).

Y es que Masters sigue siendo el antihéroe por naturaleza y no se acerca a sus hijos ni con un palo, no vaya a ser que le den calambre, o peor aún, no vaya a ser que se convierta en su propio padre... y ahí nos encontramos con el punto de inflexión del capítulo. Porque Masters aún huyendo de la paternidad que le persigue, se ha convertido en su propio padre, al cual por cierto detestaba, o así se ve reflejado cuando está a punto de darle un puñetazo a Johnny, su hijo mayor. El niño lleva intentando llamar su atención todo el fin de semana y es quién le acaba pillando en una situación comprometida con Tessa, de la cual sinceramente Masters no es responsable. Johnny en plena pataleta coge la primera copia del amado libro de su padre y la tira al lago (yo estas cosas no las tolero desde que Amy quemó el libro de Jo en "Mujercitas"), pero asumamos que en este caso Johnny tenía razón para tener una pataleta y el libro ya estaba en imprenta, así que solo había que pedir más copias. Momento de iluminación divina que salva al niño de un buen golpe y a Masters de hacer algo que seguramente no se hubiera perdonado, y mirar que este hombre tiene una capacidad para perdonárselo todo alarmante.

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Horas después y aprovechando que Masters se queda a dormir en el jardín, tampoco quiere tocar Libby ni con un palo porque es capaz de quedarse embarazada otra vez, o tal vez porque realmente ama a Virginia, eso no lo tengo muy claro. Bueno, pues aprovechando las circunstancias Libby se mete en la cama con Giny. Virginia lógicamente se asusta una barbaridad porque lleva una década engañando a esa mujer amable, que siempre ha sido buena con ella, y que en esos momentos puede estar drogada, pero la sangre no llega al río. Libby, con esa clase y ese estilo que solo pueden demostrar las "señoras", le deja claro a Virginia que si se quiere seguir acostando con su marido que ella misma, pero que su familia es sagrada y de divorcio ni hablamos. Todo termina con una sonrisa y un beso en la boca de Libby a Virginia, porque claro, la mujer quiere saber lo que es estar con Virginia, ya que su marido nunca ha querido "yacer" con ella, pero con Virginia no tiene horas suficientes en el día.

¡Esa chica tiene que tener algo especial!

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Cuatro meses después y tras una presentación en sociedad más que satisfactoria para el libro de Masters y Johnson cae la siguiente bomba. ¡¡Virginia está embarazada!! ¡Menudos dos expertos en sexo para hablar de prácticas saludables y de prevención de embarazos no deseados a Tessa! Eso sí, lo de experto en fertilidad a Masters no se lo puede quitar nadie. No nos olvidemos que en la primera temporada era incapaz de dejar embarazada a Libby. ¡Este sería el cuarto! ¿Por qué el niño será de Masters?¡¿Verdad?!

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Así que esta temporada nos presenta a tres personajes adultos, complejos, cargados de traumas, mentiras y tabúes, aunque dos de ellos se hayan tirado la mitad de sus vidas dedicados justamente a liberar a los demás de traumas, mentiras y tabúes, con una buena colección de hijos y dispuestos a salvaguardar sus mentiras, pase lo que pase. Tristemente, por muy interesante que parezca, no creo que eso sustente otra temporada entera. Así que antes de juzgar a mayores, voy a ver si las nuevas adquisiciones no se limitan al ex y la hija rebelde, que realmente ni siquiera son nuevas adquisiciones.