MIGUEL PLATÓN

Un directivo de Telemadrid dice que la "principal seña de identidad de la izquierda" es la "ignorancia"

Miguel Platón niega en su blog que el Valle de los Caídos fuera construido por presos políticos obligados a trabajar en condiciones "extremadamente penosas".

Por Unai Gracia El 18 de Julio 2015 | 18:41

En un blog registrado en la página web de Telemadrid, uno de sus directivos ha hablado sobre la polémica que gira en torno a la construcción del Valle de los Caídos. El hombre se basa en un libro con los fondos documentales del Archivo General de Palacio escrito por el profesor Alberto Bárcena Pérez, académico de la Universidad CEU-San Pablo. "Con este libro ha rendido un excepcional homenaje a la verdadera memoria histórica de España", dice el directivo, que alude a una izquierda sectaria "cuya principal seña de identidad es la ignorancia".

"Desde hace tiempo, en algunos libros y en buena parte de los medios de comunicación, predomina una leyenda 'progre' sobre el Valle de los Caídos, según la cual este último fue construido, en condiciones extremadamente penosas, por presos políticos condenados a trabajos forzados", comienza a decir Miguel Platón, autor de la entrada.

"Dichas condiciones habrían causado un número intolerable de muertos durante los casi veinte años que duró la obra", continúa. Según cree el directivo de Telemadrid, ninguna de estas acusaciones posee veracidad alguna. "La realidad es que nadie fue obligado a trabajar en las obras del Valle de los Caídos, en las cuales había una parte de trabajadores libres y otra de presos", dice y señala que había tanto presos políticos como presos comunes. Estos reclusos se beneficiarían, además, "de una redención extraordinaria de penas, cobraban el mismo salario que el resto".

Un directivo de Telemadrid: "La realidad es que nadie fue obligado a trabajar en las obras del Valle de los Caídos"

Los presos solicitaban continuar en "la obra excepcional"

Platón asegura en su escrito también que "en buen número de casos solicitaban continuar en la obra después de haber cumplido la condena. Incluso se dieron casos de obreros que llevaban a las familias durante los meses de verano".

"El trabajo en una obra tan excepcional era exigente, pero en modo alguno fue causa de una elevada siniestralidad laboral", suma en su escrito. De hecho, asegura que ocurrió todo lo contrario: la tasa de accidentes "fue sensiblemente menor que la habitual de la época. En diecinueve años solo murieron entre catorce y dieciocho trabajadores, alguno de ellos en accidente de tráfico, durante los ocho primeros años, cuando era mayor el número de presos políticos, no hubo una sola baja".