Serie relacionada
Popularidad: #641 de 3.495
- 5
El segundo capítulo de la tercera temporada de 'Masters of sex', nombrado "Three's a Crowd", también se podría llamar "El del embarazo exprés", y es que Virginia decide seguir adelante con el embarazo y da a luz a una niña, todo en menos de una hora.
Quien roba a un ladrón
Ya comenté el otro día las dudas que me ocasionaba que Bill hubiera podido dejar embarazada a Virginia, así sin más, pero he de reconocer que mi problema es que no supe ver el cuadro al completo. En los primeros minutos del capítulo Giny deja caer la segunda bomba con respecto a este tema. El hijo que espera no es de Masters (su amante habitual) si no de George (su eterno ex-marido). Parece ser que el disgusto de que su hijo mayor se fuera a alistar en el ejército llevó a un calentón momentáneo que acabo llamándose Lisa Johnson.La relación de Bill y Virginia ni es lícita, ni de dominio público (o eso les gustaría) y no me queda muy claro si alguna vez han intentado aclarar su situación, o si se han planteado normalizarla, pero está claro que a Masters le pica, pero no le queda otra que cerrar la boca, ya que el que está casado, después de todo, es él. Aunque lo de cerrar la boca es una forma de hablar. La hipocresía reinante en la sociedad de la época y que en los primeros tiempos amenazó las investigaciones de Masters, se hace más que patente otra vez, cuando todo el mundo parece tener que decir algo acerca del embarazo de Virginia.
Lo más curioso de todo, es que la más interesada en decir algo, es seguramente la que menos tiene que decir. Libby se hace representante de la decencia o de lo que ella considera lo correcto, porque si en un principio todos pensamos que el niño era de Masters, ¿Qué iba a pensar ella? ¿Que iban a pensar los vecinos? Así que se ofrece a organizar la boda de Giny con su ex-marido, siempre con la sana intención de acallar bocas y tras que Masters dejara un buen cheque en manos de George, que pasaba de una boda de paripé.
Conclusiones
En 'Masters of sex' son así de estupendos y han decidido que un "tres son multitud" se soluciona invitando a un cuarto. La hipocresía de los personajes y de la época en la que viven, de la que ya he hablado, subyace en la necesidad imperiosa de que Giny no sea una mujer de moral "relajada" madre soltera, así que se la casa, y ya está. Eso sí, por el camino nos dejan dos potentes escenas solapadas, para que no sé nos olvide, una la de la falsa boda de Giny y George en casa de los Masters y otra la de la firma de su contrato de bodas de mentira, esa misma mañana, con unas condiciones de todo menos románticas. El punto es dejarnos ese regustillo amargo en el estómago, al ver que dos personas claramente están haciendo algo que no quieren hacer, por el motivo equivocado. Sin embargo Libby sonríe, porque las apariencias están cubiertas, y todo parece como debería parecer.
Otra cosa destacable de este capítulo, por lo inusual, es cuando Masters nos cae bien. Después de esto queda claro que Billy ama a Giny, por lo menos todo lo que es capaz de amar, que no es demasiado. El hombre es capaz de cantar a Virginia para distraerla mientras está de parto, a decirla seguramente las palabras más bonitas que han salido nunca de su boca, donde nos dice lo que Giny es para él y debería de ser para el mundo o por lo menos para sus hijos, y sobre todo sabe hacerse a un lado cuando le toca.
El triangulo se decanta de parte de los hijos. Giny quiere una nueva oportunidad para ser una buena madre y Masters tras 10 años de embarazo, por fin ha dado a luz a su libro.
En el próximo episodio de 'Masters of sex'
En el tercer capítulo de la temporada, "The Excitement of Release", Virginia y Masters siguen con su aventura, como si nada hubiera pasado, ante el escrutinio de Libby y reciben la visita de un viejo amigo.