La tarde de 22 de julio se convirtió en un hervidero de críticas hacia la periodista Isabel San Sebastián. Esta, durante un debate en 13tv sobre si se debía pagar o no el rescate a los periodistas secuestrados, dio una opinión que indignó a numerosos espectadores, entre otros a Sor Lucía Caram.
La periodista dejó claro que no le parecía digno que se pagase por el rescate, y que se debía de seguir el modelo de Estados Unidos en el que no se da dinero a asesinos. Dejó caer que habían sido los periodistas los que se habían metido en la boca del lobo sabiendo lo que había en Siria y que al final habían puesto a España en un dilema moral.
Sor Lucía Caram, contra Isabel San Sebastián
La indignación de los espectadores contra Isabel San Sebastián
Sor Lucía Caram ha sido uno de los rostros conocidos que ha dejado clara su postura al respecto:"Si fuera su hijo o su hermano, no diría lo mismo". Pero no solo ella, también Quique Peinado que critica que defienda la vida posicionándose en contra del aborto y después no apoye salvar la vida de estos tres periodistas:"A Isabel San Sebastián la vida de un embrión sí, pero la de tres periodistas pues hombre".
A parte de ellos han sido numerosas personas las que han querido reflejar su oposición al argumento que Isabel San Sebastián dio en 'El cascabel' de 13tv, que incluso no gustó a alguno de sus compañeros y le recriminaron sus declaraciones.
La respuesta de Isabel San Sebastián
Tras las críticas Isabel San Sebastián no ha dudado en responder y aclarar sus comentarios en el programa en su espacio en el diario ABC. Lo ha hecho bajo un tweet en el que ha dicho: "Aquí está mi opinión, argumentada. Fin de la polémica por mi parte y bloqueo más reporte a quién insulte".
La periodista ha vuelto a reflejar su negatividad a que se pague por salvar a los periodistas ya que como ocurrió con Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, seguirían con vida pero habiendo pagado a unos asesinos, a diferencia de lo que ocurrió con James Foley que murió degollado. "La razón por la que unos están vivos y el otro muerto es evidente, aunque tampoco sea de buen tono exponerla con claridad: España paga por sus nacionales, mientras que Estados Unidos rehúsa negociar con terroristas, aunque esté en juego la vida de un reportero, hermano, para más señas, de un marine americano desplegado en Irak. Aquí nadie lo admitirá nunca oficialmente, pero, como ha anunciado Rajoy, 'el Gobierno hará todo lo posible para traer de vuelta a casa' a esos compatriotas, lo que equivale a reconocer que cederá a la extorsión. Es la demanda abierta de una amplia mayoría social, horrorizada ante la posibilidad de que uno de los secuestrados fuese su hijo o su hermano, y a pocos parecen incomodar las implicaciones de esa capitulación".
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Continúa su explicación aclarando que: "No seré yo quien juzgue si se trata o no de la decisión correcta. No me corresponde ese juicio y me sumo al deseo de una pronta liberación. ¡Por supuesto! Creo, eso sí, que debemos mirar de frente a la verdad, asumiendo el dilema ético que esconde y recordando otros casos en los que la firmeza del Estado ante el terror supuso el asesinato alevoso de un joven concejal llamado Miguel Ángel Blanco y el final de los secuestros perpetrados con fines políticos. Debemos mirar de frente a la verdad y llamar a las cosas por su nombre, porque cuando toda una nación, empezando por sus dirigentes, abdica sus principios ante una amenaza de esta naturaleza, el negocio terrorista prospera. La paz que se compra a cambio de dignidad acaba siempre convertida en indignidad y guerra".