Canal DeCasa emite desde el pasado mes de julio 'Mis hoteles favoritos', un interesante programa de producción propia que muestra algunos de los hoteles más increíbles, insólitos y singulares del mundo de la mano del presentador y cronista de alta sociedad Esteban Mercer. El espacio invita a los espectadores a disfrutar de hoteles de ensueño que destacan por su glamour, su impresionante ubicación, su singular construcción o la espectacularidad de sus habitaciones.
"Lo que más miedo me daba eran los retos que planteaban las visitas a algunos de estos hoteles", reconoce Esteban y es que 'Mis hoteles favoritos' además de abrirnos las puertas de los complejos más impresionantes del planeta también nos descubre las actividades que organizan para sus selectos huéspedes.
"Creo que si no viviéramos la experiencia completa, no podríamos contarlo", asegura, es por ello que el programa no falsea nada. Si hay que dormir una noche a una temperatura de -5ºC en el Ice Hotel se duerme y si hay que lanzarse en paracaídas se lanza. "Vamos a un sitio con el tiempo muy limitado y mi obligación como presentador es impregnarme de todo, ser una esponja, captarlo todo".
¿Cómo acabas recorriendo el mundo para rodar un programa como 'Mis hoteles favoritos'? ¿cómo cae este proyecto en tus manos?
De alguna manera es la continuación de 'House & Style', un programa muy icónico de la cadena que se adentraba en las casas de las personalidades más importantes de España, un programa de estilo de vida. 'Mis hoteles favoritos' es fruto de una conversación casual con el director. Viajar hoy en día es algo relativamente fácil y sencillo y viajar a los sitios más increíbles del planeta y a los hoteles más selectos también es posible. Nosotros vamos a hoteles de gran lujo y también a otros más sencillos. Algunos ofrecen la posibilidad de pasar la noche por 200 euros, y otros como en Abu Dhabi la noche en una suite asciende hasta los 30.000 euros. Creo que la gente que esté planeando un viaje tiene que ver este programa... sí o sí.
Esteban Mercer, presentador del programa 'Mis hoteles favoritos' de Canal DeCasa
¿Qué hubiese pasado si Canal Decasa en lugar de haberte planteado recorrer los hoteles más lujosos y espectaculares del mundo, te hubiera propuesto recorrer los peores hoteles? ¿te hubiese costado aceptar la propuesta?
Tengo que confesar que 'Mis hoteles favoritos' no lo acepté rápidamente porque sabía que era un mundo enorme, y suponía una inversión de tiempo brutal. Pero lo que más miedo me daba eran los retos que planteaban las visitas a algunos de estos hoteles, como por ejemplo lanzarme a un río de agua helada a -20ºC, lanzarme en paracaídas, subirme a un helicóptero, ponerme debajo de una catarata... Sabía que había experiencias que tendría que vivir y que me daban mucho miedo. Así que me lo tome como un reto, y la verdad es que lo estoy disfrutando muchísimo porque todavía continuamos rodando.
Con respecto a un programa sobre los peores hoteles te digo que lo hubiese aceptado igualmente porque a mí lo que me apasiona es vivir experiencias. Me dedico a esto precisamente para poder cada año experiencias nuevas. No quiero que solo se me identifique con el lujo y el glamour. Me gustaría que me pusieran retos más complicados todavía y que me grabaran viendo cómo los supero... o no los supero, que también me podría haber pasado.
En televisión todo se edita y se falsea. ¿Cuál es la verdad de 'Mis hoteles favoritos'? ¿el equipo del programa ha vivido realmente las experiencias que se muestran? ¿habéis podido disfrutar plenamente de las comodidades de esos hoteles?
Es fundamental que se sepa que es una superproducción, 100% española, de un equipo reducido que ha trabajado en la producción del programa como bestias para conseguir lo que podría ser "las siete maravillas del mundo en hoteles" y reflejarlo en la pantalla. Creo que si no viviéramos la experiencia completa, no podríamos contarlo. Por ejemplo, todo el mundo me pregunta si en el Ice Hotel dormí en la habitación, si verdaderamente pasé toda la noche a -5ºC, y sí, claro que lo hice. Vamos a un sitio con el tiempo muy limitado y mi obligación como presentador es impregnarme de todo, ser una esponja, captarlo todo y poder transmitirlo al director, al cámara, al espectador... de la mejor manera. Y eso solo se puede conseguir si los que vamos en el grupo disfrutamos o sufrimos todo lo que el hotel ofrece. No se puede falsear, tiene que ser experiencias vividas.
Posado de Esteban Mercer
Esta concebido como una temporada de 15 entregas, a lo largo de 15 paises diferentes del mundo. Se dice rápido... Ahora en agosto hemos parado por vacaciones pero en septiembre volvemos a retomarlo con nuevos países. Como ha tenido tanto éxito, el programa pasará a emitirse a diario en tres horas distintas. Yo creo que continuará. Estamos descubriendo todo un mundo y la gente lo ha entendido muy bien. Es una forma nueva de contar la experiencia de viajar. Como presentador ha sido una experiencia increíble.
El precio por noche en los hoteles mostrados hasta la fecha oscila entre los 200 y los 30.000 euros. ¿Qué tipo de gente puede permitirse hospedarse en estos hoteles? ¿quién puede pagar esos precios? ¿se ven familias enteras?
¿Uno cuando paga un dineral así acaba durmiendo o hace de todo para aprovechar al máximo la cantidad desembolsada?
En el Emirates Palace no me quería dormir, quería disfrutar de la experiencia de estar en esa habitación en la que, seguramente, no vuelva a estar en la vida, pero estaba tan agotado que me quedé dormido a los 5 segundos. Estos hoteles lo que hacen es vender experiencias, así que dormir es lo de menos. Conozco a gente de un nivel adquisitivo muy alto, que están acostumbrados a una serie de lujos que el resto de las personas de a pie no podemos ni imaginar. Por ejemplo, tener un mayordomo o dos en el hotel, las 24 horas al día, dispuestos a hacer todo por ti resulta normal para algunos, para mí no. Vienen y te ayudan a vestirte, te limpian los zapatos, te deshacen la cama, te sirven la copa en la habitación, te cortan el jabón... todo esto son experiencias que para mucha gente son normales y cuestan mucho dinero.
El canal ya mostró en su momento los hoteles en España y ahora lo hace a nivel internacional. ¿Resulta fácil obtener los permisos pertinentes y poder grabar en ellos? ¿lo suelen ver como una manera de mostrar y vender sus instalaciones y servicios?
¿Fue más sencillo grabar tu anterior programa, 'House & Style'? ¿son hoy día los famosos más abiertos a enseñarnos sus casas o prefieren hacerlo vía exclusiva en una revista?
Tengo la suerte de que mis amigos famosos siempre han sido conmigo extremadamente generosos. Nunca me han puesto grandes impedimentos en ese sentido. Que alguien enseñe su casa es muy difícil porque al final están mostrando su intimidad y la inmensa mayoría no lo hacen ni para presumir, ni promocionarse, sino porque su casa es el mejor reflejo de lo que son ellos mismos. Al final, una casa es un reflejo de lo que es cada uno o lo que uno le gustaría ser. Tú entras en la casa de alguien, sobre todo si eres periodista, te fijas en cuatro cosas y sabes perfectamente cómo es la persona que la habita aunque sea firma de un decorador. En los hoteles pasa algo parecido, en cuanto llegas y lo ves ya sabes lo que quiere darte. Ya la forma de recibirte en recepción, en cuanto haces el check-in, te indica la forma en la que te van a tratar. En Nueva York fue donde más nos costo rodar por la privacidad y la seguridad, se ponen muy pesados.
Es un gesto de generosidad, de corazón. Cuando son famosos dependen del público, y el público quiere saber. A mí, por ejemplo, me hubiera encantado estar en la casa de Liz Taylor, una mujer icónica, y saber como vivía. Que un famoso o alguien relevante nos habrá las puertas de su casa, de su vida, es de alguna forma compartir con sus seguidores cómo es esa persona en realidad. Cuando uno muestra su casa se queda prácticamente desnudo. La gente no lo hace para aparentar, y los que lo hacen, lo hacen de otra manera, tienen sitios donde les pagan. Un rodaje es una cosa muy dura, son muchas horas, y podemos llegar a ser incluso pesados. El hecho de que al final nos abran su casa es todo un triunfo. También hay gente que nunca mostraría su casa y eso es muy respetable.
Esteban Mercer disfrutando de las vistas
Las sábanas. Me fijo mucho en ese tipo de cosas, como en las toallas. En general, todo lo que hace que un hotel sea confortable. Hay algunos que son muy lujosos pero extremadamente incómodos. La historia de los baños es para hacer un programa aparte [risas].
¿Uno cuando va a esta clase de hoteles se lleva algún "souvenir" para casa de recuerdo?
No [risas], no quiero dejar a la cadena ni a la productora mal. Pero es cierto que hay muchas tentaciones, porque son habitaciones magnificas. Los albornoces, por jemplo, te los llevarías todos. Pero he de reconocer que, en ese sentido, me he portado muy bien.
¿Qué experiencia te gustaría repetir: rodar en nuevas casas o en más hoteles?
Creo que el de los hoteles puede dar muchísimo de sí, además es un formato de éxito. Para ser un programa de verano ha tenido un éxito muy bueno, es algo que te engancha y a la gente que viaja le gusta mucho. Si podemos recorrer el mundo a través de sus hoteles sería fantástico, no le veo fin. Y con respecto al programa de las casas, creo que hemos hecho un parón porque lo necesitábamos, aunque estoy seguro que tarde o temprano se retomará porque es un formato muy nuestro, muy icónico.
¿Qué tiempo os lleva grabar cada una de las entregas de 'Mis hoteles favoritos'?
Depende, no imaginarías lo apretados que vamos de tiempo. Yo tengo que compaginar esta tarea con mi trabajo como periodista en Mallorca y no puedo estar muchos días fuera. Hay muchos viajes que se hacen más largos porque las distancias son enormes. Imagínate ir a Perú, son 15 horas de vuelo, y prácticamente necesitas un día de ida y otro de vuelta. Normalmente solemos hacer un hotel durante 2-3 días.
Por curiosidad, si el hotel de Abu Dhabi cuesta 30.000 euros la noche, ¿habéis llegado a hacer el calculo de lo que cuesta la hora?
No, pero estaría bien hacerlo. De todos modos, lo interesante realmente no es saber lo que cuesta por hora sino saber a cuánto salen los extras, ya que en Abu Dhabi hay poco que hacer, así que vives en el hotel y eso sube la factura. Dentro del hotel hay muchísimo que hacer, y todo lo que hay es de un lujo extremo. Que te sirvan el capuccino rociado con oro en polvo te da una idea de lo que es. Yo no sé lo que costará, pero igual son 50 euros.
Esteban Mercer en un hotel
¿Qué te sorprendió, por ejemplo, del Ice Hotel? Si entendemos que un hotel es al final un alojamiento de lujo, ¿podría decirte que este hotel cumple ese requisito?
Habría que definir primero cuál es el concepto del lujo. El lujo es que todo esté en armonía, que no falle nada, que esté todo perfecto. El Ice Hotel es un hotel, sin duda, de megalujo. Lo primero que me sorprendió fueron las dimensiones. No sé por qué me esperaba que fuera más pequeño, pero es enorme, de una sola planta, pero la parte de hielo y nieve son grandísimas. El trato de la gente es especialmente bueno.
Resulta curioso pero cuando cierras el saco de dormir de ese hotel, de repente, con el cambio de temperatura te asas y te mueres del calor. Ese momento de agobio, pasa mucho, es un cambio muy brusco. Eso me sorprendió. Hay mucha gente que paga por vivir la experiencia y no consigue vivirla completamente. Me sentí muy orgulloso de mí mismo porque yo lo conseguí.
Como cronista de Mallorca, ¿cómo dirías que está hoy día la isla de de casas y de hoteles? ¿hay que salir al extranjero para mostrar realmente cosas sorprendentes o podría hacerse un programa centrado únicamente en allí?
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Todo el mundo sabe que en Mallorca hay hoteles increíbles. A mí me encantaría hacer un programa de los hoteles mallorquines y mostrar lo que vendemos al turista. Ahora está a tope, en el punto álgido del verano, lleno de famosos con los que convivo a diario. Es uno de los veranos más divertidos, no sé lo que ha pasado. Hay un trasvase muy grande entre Mallorca e Ibiza, yo me he ido moviendo y he coincido con mucha gente en los dos lados. Mallorca, como siempre, es una isla volcada al turismo, así que imagínate si sabemos de esto.