En este octavo capítulo de 'Masters of sex' titulado "Surrogates" dos nuevos personajes vienen a entretener a los médicos de la serie. Por un lado Nora (Emily Kinney), antigua vecina de Masters y ya convertida en toda una mujer se ofrece de voluntaria para el nuevo programa de la clínica, y por otro lado el médico Jonathan Laurents (Rob Benedict) se descubre tan "amante de la música clásica" como el Doctor Scully.
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De sustitutos
Que el matrimonio de Bill y Libby está más que terminado no es un secreto para nadie, tampoco para ellos, y sin embargo ahí siguen, compartiendo techo, e incluso lo más sorprendente, compartiendo habitación, y lo más sorprendente aún, se siguen hablando para comunicarse cosas más allá de la vida de sus hijos (ausentes los tres en este capítulo por cierto). Pero entre Billy y Libby ya no hay nada, creo que ni amistad, ni siquiera odio, tal vez algo de indiferencia y un poco de "el que dirán".
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La razón por la que siguen casados es un misterio y Libby dirá que es por sus hijos, pero más parece que es por tradición y conformidad. Como si no hubiera nada mejor a lo que aspirar, que un matrimonio de cartón piedra. Esa actitud de Libby me ha reventado toda esta temporada, pero ahora la empiezo a entender. Y es que en este capítulo han dado un paso importante, aunque claro, nunca desde una conversación sincera, profunda y lógica ¡Eso nunca! Si no desde las insinuaciones. ¡¡Benditas insinuaciones!! Y es que da la sensación de que Bill le ha dado "permiso" a Libby para que busque un "sustituto" de lo que él no le da. Lo que no sabemos si sabe Bill es que Libby ya se tomó la revancha hace unos años (con Robert) y en la actualidad (con Paul) y que en todo caso Libby no buscaría un sustituto para él, ella buscaría un sustituto para Robert, su buen "amigo" Robert.
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Por fin sabemos que ha sido de Robert, el amante pro derechos humanos que enamoró, o calentó a Libby al final de la temporada pasada. Robert ha muerto. ¿Por qué? ¡¡¿Por qué?!! ¡Ni siquiera tuvo una muerte heroica! Mi opinión es que los guionistas se la tienen jurada a Libby, y quieren que deje a tres hijos huérfanos. Devastador ese: "Ya no puedo dar más de mi, ya lo he dado todo".
Libby está vacía, su particular visión del sueño americano de su época, ama de casa ejemplar casada con un médico y madre de tres preciosos hijos se ha convertido en una pesadilla. Y aquello que encontró y la hacía completamente feliz, lo perdió de la noche a la mañana y sin posibilidad de replica. A Libby solo le quedan las apariencias, y cada día eso se vuelve más difícil también. A ver si ahora que sabemos la verdad intentan dar salida a Libby como el personaje complejo y con posibilidades que es, porque está temporada ha aportado poco, y su lío con Paul la verdad, me da pereza. Aunque eso puede ser por la indiferencia que me da Paul.
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Sea como sea el avance que nos aporta este capítulo es que el triangulo Libby/Bill/ Giny, que hacia tiempo que ya no se aguantaba del aburrimiento, está directamente roto. Libby y Bill son como mucho compañeros de piso mal avenidos aunque no parezcan dispuestos a hacerlo oficial. Este triangulo clásico ha sido sustituido por otros dos. Por un lado el Bill/Giny/Dan, en estos momentos Bill se ha convertido en Libby la primera temporada, penica que no me ha dado (¿quién me lo iba a decir?) cuando va a darle la sopa a Giny y esta le despacha con toses falsas mientras Dan está en la cocina (aunque tal vez la aparición de Nora cambie el curso de la historia), y por otro el Paul/Libby/recuerdo de Robert que va a acabar mal, lo mires por donde lo mires, porque Paul busca una sustituta para su mujer, prácticamente en estado vegetativo y Libby busca un sustituto para su amante muerto. Mucho "vodevil" veo yo aquí.
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En otro orden de cosas destacar la forma tan simple y genial en la que nos contaron la espiral de decadencia en la que está inmerso el Dr. Austin Langham, espiral que por otro lado se veía venir desde que empezó la serie. Prestigioso médico en otra época, dueño de un bar de striptease sin licencia para vender alcohol en la actualidad, última opción de una pareja de lesbianas que quieren desesperadamente tener un hijo. Esta historia, también triangular, que no sabemos si acabara con la concepción de un hijo o no, nos ha traído uno de los puntazos del capítulo. Bill se pregunta si la falsa pareja ha intentado concebir gracias al espíritu santo, teniendo en cuenta que Austin tiene tres hijos de su "anterior" matrimonio sería un puntazo. ¡¡Pillada de las buenas!! Aunque Betty tiene razón, Bill no es quien para ponerse moralista. ¡¡Solo faltaba!!
¡¡El Dr. Scully ha vuelto!!
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