Al poco de sentarse el Gobernador Jeb Bush en la silla de entrevistado del primer 'The Late Show with Stephen Colbert', Colbert se confiesa: "antes hacía de un narcisista conservador, ahora sólo de narcicista". Una inocente declaración que resume perfectamente el nuevo Late Show de CBS que hereda la silla del mítico de David Letterman con un programa que nada tiene que ver con lo que hacía su predecesor.
Durante años, Stephen Colbert llevaba interpretando en su espacio de Comedy Central a un personaje, que se llamaba como él. Cuando fichó por CBS para suceder a Letterman prometió enterrar al personaje para que pudiésemos descubrir su verdadero yo. Afortunadamente, visto el resultado del primer programa, el entierro ha sido parcial. Stephen Colbert sigue siendo Stephen Colbert. Y 'The Late Show' tiene más de 'The Colbert Report' que de cualquier otro late show de sus características.Sí, Colbert ha heredado la banda (con un prometedor Jon Batiste), las actuaciones musicales y las entrevistas más largas, pero ha sabido trasladar lo que llevaba años haciendo a una cadena generalista con la intención de conquistar a un público más amplio. El impresionante cambio del teatro Ed Sullivan de Nueva York con un escenario de dos alturas no impide mantener la esencia de lo que ya estábamos acostumbrados: el culto a su persona. La cara de Colbert proyectada más de 20 veces en el techo, su memorabilia en las estanterías del decorado y, sobre todo, un público entregado al que le daba igual George Clooney, estaban ahí para ver a Colbert. Y gritar su nombre.
Colbert bromeó sobre Donald Trump en su primer programa
Un brillante monólogo de apertura con agredecimiento a David Letterman pero, no nos engañemos, sin nada de su precedesor. 'The Late Show' no sólo cambia de presentador, también de productora (Jon Stewart es ahora productor ejecutivo) y de equipo, procedentes en su mayoría de 'The Colbert Report'. Colbert nunca ha sido un gran entrevistador, y en este primer programa George Clooney era el convidado de piedra, aunque el humorista estuvo más incisivo con Jeb Bush intentando alejarse, lo justo, de su alter ego. Cobert es sobre todo un increíble humorista que controla a la perfección el ritmo, los tiempos y un animal televisivo de raza. Donald Trump era el gancho fácil para un primer programa y Colbert no lo desaprovechó regalándonos tal vez los mejores minutos televisivos desde que se alejó de la pequeña pantalla hace nueve meses para preparar este programa.
Stephen Colbert es inteligente, fresco y mordaz y el nuevo 'The Late Show' un soplo de aire fresco al acartonado catálogo de late shows de la televisión estadounidense. Seguramente sea pronto para decirlo, pero Colbert apunta muy muy alto.