Risto Mejide conversará el próximo martes 29 de septiembre en 'Al rincón' con dos personas muy diferentes, tanto en su personalidad como en su ámbito profesional. Quizá el testimonio más impactante será el que protagonice Paco Arcadio, español que lucha contra el terrorismo de ISIS en territorio iraquí, quien llega a confesar que por su cabeza hay una recompensa de hasta 150.000 dólares.
La otra protagonista del late night de Antena 3 será la diseñadora Agatha Ruíz de la Prada. Muy fuerte y con carácter, Agatha repasará los aspectos más destacados de su trayectoria personal y profesional junto a Risto Mejide.Risto Mejide junto a Paco Arcadio en 'Al rincón'
Risto regresó con una oda a los refugiados
Pese a los titulares y declaraciones que dieron Raül Romeva, Xavier García Albiol o Albert Rivera, el programa llamó la atención por la oda que Mejide dedicó a los refugiados. Como es habitual, el publicista abre la emisión con una reflexión profunda. En este caso, eligió la crisis migratoria que atraviesa Europa rompiendo una lanza a favor de los refugiados. "¿Quién soy yo para decirte que no vengas?", comenzó.
Abogó por la igualdad: "Si tu familia y la mía tienen exactamente el mismo numero de cromosomas, las mismas esperanzas, los mismos miedos", para ponerse en su piel: "Yo también lo arriesgaría todo, cruzaría mares y fronteras y países y lo que hiciera falta". Expuso las razones por las que deciden buscar un futuro mejor ante el hambre que pasan o el presente de conflicto y guerra en el que viven.
No solo expresó su solidaridad hacia los refugiados, también criticó duramente la actitud de Occidente ante esta situación: "Aquí hacemos ver que nos importas mucho, pero solo cuando nos molestas". Según las palabras de Risto, la hipocresía imperante causa muertes pues "el futuro es un bien de consumo y los aranceles se cobran en vidas humanas". Además pidió perdón ante una realidad "vergonzosa": "Si lo único que hemos hecho por ti es hacer ver que no existes. Si lo único que sabemos de ti es un número cuando ya no estás". Finaliza con la misma y difícil pregunta, "¿quién soy yo para decir que no vengas?".