En un esfuerzo por ofrecer testimonios de todos los personajes y temas de actualidad se sentó en 'Al rincón de pensar' de Risto Mejide, Paco Arcadio, un combatiente contra el estado islámico. Bajo este seudónimo y con su presencia sorprendió a un presentador que se mostró algo desconcertado: "Es la primera vez que no veo una cara, solo unos ojos".
Con este nuevo invitado se sentaba un precedente, y Mejide tenía claro que todas sus palabras serían analizadas al milímetro: "Cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contra, tienes que filtrar muy bien lo que me vas a decir. Eso sí, te lo voy a preguntar todo".
"La legalidad está para cumplirla, pero también para cambiarla"
El presentador, que a lo largo de la entrevista se mostró muy reticente con la idea de la insurrección armada, quiso averiguar qué había detrás de la decisión de Arcadio para dejarlo todo y acudir a luchar contra el estado islámico: "Cuando tienes una vida bien, es muy fácil decir que la violencia no justifica la violencia. Pero cuanto te pones en situación todo es distinto. Llevo mi militancia marxista-leninista hasta las últimas consecuencias porque no me iba a dar la felicidad quedarme en el sofá".
Un debate sobre la legalidad
Si hubo un aspecto en el que presentador y entrevistado chocaron fue en la forma que el combatiente defendía de liberar a la sociedad reprimida. Mientras Mejide le dejaba clara su discrepancia, él agitaba la bandera del cambio: "La legalidad está para cumplirla, claro. Pero también para cambiarla. ¿Estás luchando contra gente que respeta la legalidad o contra gente que solo busca cortarte la cabeza y colgarla?".
Arcadio tiene muy claro que la ayuda de los combatientes voluntarios es esencial para que el pueblo kurdo recupere lo que considera su "libertad perdida": "Hay diferentes tipos de apoyos. Lo que hay que hacer es apoyar a esta gente que ha encontrado una alternativa al imperialismo occidental. Están luchando por su libertad, son gente con una vida que deciden dejarlo todo. Las condiciones son diferentes allí que aquí, por eso se ha dado la insurrección armada".
"Esta gente ha encontrado una alternativa al imperialismo occidental"
Un único enemigo: el estado islámico
La lucha activa de Arcadio le ha granjeado un serio enemigo, el Estado Islámico, contra el que actualmente pelea: "El precio de mi cabeza es 150.000 dólares. Acepté todas las consecuencias: cárcel, captura, lesiones... No voy a permitir que esa gente se jacte de cómo me ejecuta. Para mí esa gente solo se merece una bala de plomo en la cabeza".
Tal ha sido su implicación en el que conflicto, que para él es un orgullo haber marchado hacia allí: "Yo allí no iba a comer lentejas, allí la gente no juega a nada. Se debate una guerra muy seria entre sus vidas. Para mí es un orgullo, ojalá hubieran millones de jóvenes para dar la vida allí. Pena es ver a la juventud ahogada en alcohol y que no tiene más miras que tener un buen trabajo o una casa".
"El precio de mi cabeza es de 150.000 dólares. No permitiré que se rían de cómo me ejecutan"
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Y a pesar de todo el entrenamiento, no se han podido evitar las pérdidas: "He sobrevivido porque no antepuse los principios a la vida. Algún compañero mío ha desobedecido una orden y ya no volvió. Ni siquiera los ves. Llegan, disparan y se van". A diferencia de sus acciones, sus enemigos sí parecen disparar a matar: "Yo no tengo bajas confirmadas. No he podido confirmar que he matado a alguien. Muchas veces los disparos son disuasorios. Les ves llegar desde lejos y disparas para que retrocedan. Los del estado islámico son unos cobardes".