En esta ocasión tocó realizar la entrevista en la casa de Bertín Osborne, porque la de Motos está en obras. Una entrevista en la que se conoció el lado más íntimo del presentador. La razón de su apellido: "mis antecedentes son gitanos. Debió haber un gitano cachondo que debió de ponerle a su familia Motos. A mí me gusta todo lo que lleva emoción y las motos emocionan".
La infancia de Pablo dista mucho de su momento actual: "No éramos humildes, éramos lo siguiente. Mi padre trabajaba por la mañana de cocinero en el hospital de Valencia, por la tarde en una fundición, y los fines de semana yo hacía de niño que da pena y vendíamos unas revistas de patrones de ganchillo".
Las travesuras de Pablo Motos
"O eres el listo de la clase, o eres el listo del recreo...", comentó Pablo Motos, y ambos coincidieron en que eran los listos del recreo. "Nuestros padres no sabían qué hacer con nosotros", confesó Motos que aseguró que era muy travieso de pequeño. De hecho el presentador no tuvo miedo en contar alguna de sus gamberradas de pequeño: "Yo una vez pensé: "Si tiro la tele me comprarán una en color, cuál será el castigo... cuarenta segundos de azotes". Así que lo hice y me la compraron, por eso yo nunca he tenido hijos, por el karma".
Los castigos para él no eran un problema y es que "me gustaba que me encerraran en el trasero, me hice una casa". El presentador ya creaba sus propios juegos y retos desde su más pronta edad. Eso sí, todo acabó cuando "una vez hice una gran gamberrada, nos cogió la policía, hubo un interrogatorio y ese día dije que ya no más... fue por una gamberrada en una discoteca". Tras esto vivió un gran cambio gracias a la música: "Me salvó un pijo, me pidieron que diese clases de música y yo quise ser como él, tener su vida. En ese momento yo era un tío sin ningún estilo intentando tener alguno. Era bastante patético, pero eso fue un cambio en mi vida".
Pablo Motos de pequeño
El universo de las drogas
"Empecé a ganar dinero y todo el mundo me quería, era el profesor de guitarra", ahí comenzó la etapa buena del presentador. Aunque nunca se vio involucrado en tema de drogas, ni tuvo antecedentes, confesó que algunos de sus amigos tomaron malos caminos tras él apartarse: "Mis amigos no acabaron bien, alguno por ahí se salvó, uno acabó muerto en una cuneta de mala manera tras una persecución. Fue uno de los días más duros para mí, tocaba la guitarra con él y con una mirada nos decíamos todo".
Motos desveló que se hizo disc jockey para ligar y que cuando trabajas en eso "la gente se quiere acercar a ti con las drogas". "Así como he metido las patas en muchas ocasiones, en eso nunca. Lo probé una vez y dije 'esto no es lo mío'", explicó y Bertín añadió que a él le pasó lo mismo. Ambos sintieron que al no querer adentrarse en ese mundo vieron como muchos les daban a entender que eran "el bulto sospechoso que les incordia, que no eres cool". Por ese motivo Pablo inventó una excusa para no adentrarse en ese universo: "Qué más quisiera yo, pero es que soy alérgico", decía. Y hasta el día de hoy asegura que no las ha vuelto a probar.
El salto al éxito
"Por la mañana era director y presentador de Radio Requena y por la tarde un limpia cristales", así describe sus inicios Motos, un momento en el que el comprobó los dos lados del éxito. Tras esto "empecé con Julia Otero y pasé de ser un tío gamberro a un tío transgresor, entré en el mundo de Loewe".
En ese programa tuvo un técnico de sonido ciego que le enseñó, paradójicamente, a ver la vida de otra forma. A parte de eso, unos niños a los que entrevistó con fibrosis quística le impactaron tanto que dese el comienzo de su triunfo se aseguró donar dinero a fundaciones que se dedican a tratar este problema: "La vida es una interferencia, tienes que triunfar, tener un coche, molar más que los demás... lo único que importa son las personas".
Bertín Osborne y Pablo Motos
El comienzo de 'El hormiguero'
"Nadie entendía el programa, pero me dejó hacerlo gente muy valiente", comentó Motos. "Yo he seleccionado desde la primera persona que recoge en el taxi a los invitados, porque tiene que ser muy buena esa persona que les lleve arriba", el presentador aseguró que cuida mucho todos los detalles. "Ha sido una creación hecha junto con el esfuerzo de mi socio Jorge Salvador", explicó.
Preguntado por si es un buen jefe contestó: "La gente me quiere en las fiestas. Cuando la gente va pedo es un buen termómetro, porque, o se alejan de ti, o les apetece hablar contigo. Mis compañeros me tienen mucho cariño, pero no soy fácil como jefe. Cuando empieza el programa yo les digo que no conozco a nadie".
Sobre las críticas: "Me dejó de importar la opinión la primera vez que me hicieron daño. Me llamaron 'mamarracho'. El que me quiera que me quiera, y el que me tenga que odiar que me odie cuanto antes".
La segunda, tras operarse de los dientes, debido al nerviosismo que tenía por ver doble, durante una noche apretó tanto estos que al día siguiente amaneció con ellos torcidos y tuvieron que arreglárselos de nuevo. Para colmo, y a pesar de las advertencias de su mujer, decidió meterse bótox, cuyo resultado no agradó demasiado al presentador
Pablo Motos, en 'En la tuya o en la mía'
Lo más leído
"Mi mujer tiene dos hijas. Una esta de guionista, y otra de atrezzo. Mi esposa es la coordinadora de guion, en verano nunca discutimos, pero en invierno hay fuego", desveló Motos. Un programa por el que pasan muchas estrellas, pero la que dejó sin respiración a Pablo fue Jennifer Aniston.