Serie relacionada
La semana pasada se estrenaba la duodécima temporada de 'Anatomía de Grey' mostrándonos cómo la vida de nuestros protagonistas continúa a pesar de la baja de uno de los personajes más importantes. En este segundo capítulo titulado "Walking Tall', Bailey se enfrentará a su nuevo cargo como jefa del hospital mientras Meredith y el resto sufren su peculiar carácter. Por su parte, April sufrirá un revés que le apartará del resto de sus compañeros. Mientras tanto, el equipo médico tendrá que unir fuerzas para salvar la vida de una paciente muy importante.
La responsabilidad de una jefa
En su primer día como jefa del hospital, Bailey llega muy nerviosa al centro porque teme no estar a la altura de su cargo y de la confianza puesta por la junta que, a su vez, son sus amigos y compañeros de trabajo. Además, no quiere que piensen que da un trato de favor a algunos, mucho menos a Warren, su marido. Nada más llegar comienza a dar órdenes a todo el mundo, tanto se centra en dirigir, que incluso pasa por alto que le habían preparado una fiesta sorpresa dándole la enhorabuena por su nuevo cargo.
Pero su actitud dictatorial no queda ahí, para disgusto y nerviosismo del resto del equipo médico del hospital, Bailey, que vuelve a recuperar su apodo de "La Nazi", ha decidido reorganizar a su antojo las cirugías y los pacientes del resto de los doctores, destrozando así los planes y la organización. Frustrados por no poder trabajar a su modo, sus compañeros no hacen más que criticar la actitud de Bailey, sin importar que delante esté el propio Warren.
Finalmente Bailey se da cuenta de que ha comenzado su andadura fatal hasta el punto de confesar a Webber que no puede con el puesto de jefa. Sin embargo, nadie como Richard para aconsejarle y tranquilizarla. Es normal que el primer día no haya ido del todo bien, pero lo que tiene que hacer es confiar en su equipo y buscar a alguien que crea en ella y le ayude. Dejar que cada uno haga su trabajo y buscar la confianza de todos para remar juntos por el buen funcionamiento del hospital. ¿Logrará Bailey dejar su fuerte carácter a un lado?
Nadie dijo que fuera fácil
Tras regresar a su antigua casa y empezar su vida de cero, Meredith ha comenzado a impartir clases a los nuevos estudiantes que llegan al hospital para hacer su período de prácticas, sin embargo, rápidamente se da cuenta de que esa tarea le quita demasiado tiempo y quiere dejarlo. Cuando se lo comunica a la nueva jefa, a Bailey, en lugar de ayudarle, le da más tareas dejando todos sus pacientes en manos de la doctora Grey.
Con la única ayuda de Edwards, que sabe muy bien cómo conseguir favores diciendo que todo es para la jefa (una mentira muy astuta que bien fastidia a Jo porque no se le ha ocurrido antes a ella), Meredith consigue atender a sus pacientes y a los de Bailey, al mismo tiempo que da sus clases y cuida a sus tres hijos. Sin embargo, parece que la nueva jefa no sabe apreciar el esfuerzo de Grey, hasta que le sorprende pidiéndole que sea la nueva jefa de cirugía general, puesto que Meredith acepta gustosamente.
Puede que haya sido un poco cruel poner a Meredith entre las cuerdas con tanto trabajo pero está claro que Bailey es consciente, como bien le ha dejado claro a Grey, de que necesita una mano derecha que le apoye y no hay nadie mejor en todo el hospital que Meredith, esa tímida joven que llegó diez años atrás para convertirse en la estupenda cirujana que es hoy en día. Bailey ya sabía por entonces que iba a llegar muy lejos y por eso ha tomado esa decisión. Juntas forman muy buen equipo y seguro que nos regalan estupendos momentos en lo que queda de temporada.
Un caso de altura
El principal caso médico de este episodio corresponde a una mujer que se presenta en el hospital después de haberse mareado y desmayado. Aparentemente, los médicos novatos no ven nada pero Bailey descubre, gracias a la altura desmesurada de la paciente, que tiene un tumor que provoca que el nivel de hormonas de la mujer sea anormal. Encontrado el problema, la solución es sencilla, una operación para extirpar el tumor y otra cirugía para arreglar las vértebras que se fastidiaron en la caída por el desmayo.
Sin embargo, el caso se complica cuando la paciente comunica que se tiene que marchar porque tiene que presentar un proyecto que hará que Internet llegue a África, lo que permitirá a los médicos de allí tener toda la información al alcance, al mismo tiempo que miles de niños podrán tener mayor accesibilidad a una educación. Sin duda alguna se trata de una paciente a la que tienen que salvar la vida porque su trabajo ayudará, al mismo tiempo, a salvar la vida de millones de personas en África.
Con un máximo de cuatro horas o sino se marcha del hospital, Bailey obliga a todos los especialistas a crear un plan de trabajo para hacer ambas operaciones al mismo tiempo. La presión a la que son sometidos les impide trabajar a gusto y hacer las cosas bien. Sin embargo, no tienen más tiempo cuando la paciente se vuelve a desmayar cuando se largaba después de haber transcurrido las cuatro horas de plazo.
Finalmente, aunque durante la operación surgen complicaciones, logran quitar el tumor, reparar las vértebras y estabilizar a la paciente, pero sin saber las secuelas que le quedarán tras la intervención. Bailey decide disculparse con sus compañeros y les agradece todo su esfuerzo, a la vez que se culpabiliza de los resultados. Para su fortuna, la paciente despierta y parece estar perfectamente bien, por lo que podrá seguir trabajando.
Amores que matan
Después del beso a la entrada de su casa, Amelia se cuestiona su relación con Owen. No sabe muy bien lo que son ni lo que están haciendo y se siente como una auténtica quinceañera. Además, no hace más que evitar a Owen cuando se lo encuentra por los pasillos del hospital. Al final, el propio Owen es el que se lanza y decide hablar con Amelia, dejándole claro que lo que sienten ambos es lo mismo: una atracción irresistible. ¿Tanto les cuesta formalizar su relación?
Por su parte, April regresa a su trabajo en el hospital hasta que se dan cuenta de que tiene la espalda llena de sarpullidos y no queda otro remedio que dejarla en aislamiento hasta descartar que sea algún tipo de enfermedad contagiosa. Durante el tiempo en la burbuja, April recibe la visita de varios compañeros que la usan de paño de lágrimas, pero Avery sólo se presenta para examinarla, sin darle la oportunidad de mantener una conversación.
Cansada de esperar y de no poder ir en busca de su marido, April envía a Jackson un mensaje de urgencia. Creyendo que su mujer está a punto de morir, Avery corre hasta el lugar, donde encuentra a April perfectamente bien. Ambos comienzan a discutir y Jackson le aclara que la relación se rompió en el momento que ella antepuso sus intereses a los del matrimonio. Pero April no piensa rendirse y va a luchar por salvar la relación, cosa que para Avery demuestra, una vez más, que su mujer sólo actúa pensando en lo que ella quiere sin tener en cuenta sus preferencias. ¿Habrá reconciliación o ya es algo imposible de salvar?
