La dura historia de Quique Peinado ('Zapeando') y su relación con el cáncer

Hay pocas enfermedades que generen tanta conciencia social como el cáncer, todo el mundo conoce a alguien que ha pasado por él o que no lo ha superado. La lucha para acabar con la enfermedad se ha convertido en una pelea de todos, un "todos contra uno" en el que cada vez se está más cerca de acabar con una lacra que se presenta al menos una vez en la vida en el 25,1% de las personas menores de 75 años, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica.

Quique Peinado, uno de los colaboradores de 'Zapeando', ha roto su habitual sentido del humor para escribir en el diario El Mundo una columna llamada "Héroes aunque se rindan". En ella, Peinado habla de la historia de su familia con el cáncer: su madre, su padre, primas y tíos han caído en las garras de la enfermedad, algunos incluso no pudieron superarla.

Quique resalta la tremenda importancia que para él tuvieron todos sus familiares que lucharon contra la enfermedad, quienes son héroes para él, pero se atreve a hablar de algo que está lejos de los reportajes televisivos, lejos de los anuncios de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y lejos de las historias emotivas que se ven en el cine. Se atreve a hablar de los que se rindieron.

Los héroes de los que nadie habla

Quique cuenta la historia de un amigo suyo, quien vivió con un cáncer de colon durante mucho tiempo, con una bolsa pegada a la piel que desalojaba el contenido de sus intestinos: "Tras aguantar mucho, y aunque los médicos le dijeron que aparentemente no había solución pero que la vida siempre se puede alargar un poco más, decidió que ya era suficiente, escribió un mail a sus amigos despidiéndose y diciendo que no quería luchar más y esperó la muerte".

Peinado tiene razón al decir que los medios de comunicación solo mostrarían las historias de su familia, no la de su amigo, en una sociedad que "solo mata o engrandece" y que incluso puede llegar a hacer sentirse culpable a toda la gente que ha decidido libremente dejar de luchar porque el dolor no le merecía la pena. Porque ellos, también, son sus héroes.