La nietísima por excelencia de España se ha dejado ver en todo tipo de programas de televisión, ha abierto su corazón en numerosas ocasiones, pero a Bertín le ha abierto su casa. En este lugar, lo primero que le ha llamado la atención al presentador ha sido que Carmen tiene un cuadro "de un culo" encima de su abuelo. "No creo que eso fuese lo que más le preocupara", ha bromeado ella.
Carmen es la nieta de Franco más conocida, y aunque ahora vea eso con otros ojos, en ese momento, en su infancia, para ella era algo normal lo que estaba viviendo. "A mi abuelo solo lo veíamos a la hora de tomar el café, hasta que ya fuimos mayores y comíamos en el comedor", ha confesado. Hasta los 9 años no fue al colegio, "no sé si por problemas de seguridad o por qué, en ese momento no me lo planteé, no era raro".
La película de Franco
"Mi abuelo dirigió una película con un pseudónimo: 'Raza'", ha desvelado Carmen. Y hablando de abuelos ha expresado el gran cariño que le tenía a su abuela, alguien que siempre entendió su forma de ser y decía: "Lo que haga Carmen está bien hecho".
"Mi abuelo nunca se metía en nada", lo único en lo que, según ella, se entrometió fue en que una vez ella se puso un bikini y él dijo: "¿Aquí los bikinis que los compráis a peso?, "como diciendo que eran muy pequeños".
"Mi primer beso debió de ser con Jaime Rivera con 14 años", y es que Carmen era "precoz de narices", tal y como ha dejado caer Bertín. Una mujer que desde muy pronto fue muy revolucionaria, incluso en el colegio de monjas al que la mandaron a Irlanda para tratar de controlarla, estas estaban sorprendidas de su forma de ser y a veces hasta escandalizadas.
Bertín Osborne en la casa de Carmen Martínez Bordiú
Su relación con Alfonso de Borbón
"Mis padres me llevaron a un viaje por los países nórdicos para quitarme de en medio y de pronto me dejaron salir con una persona, y Alfonso que tenía ganas de casarse dijo que era la adecuada. Y pensé que así lograría salir de casa", mientras que para su familia era el reconocimiento oficial que no tenían, para ella significó algo completamente distinto. "Fíjate lo que me importaba la boda que el día antes estaba bailando flamenco...", ha confesado.
De la gente que asistió a su boda ella no prestó mucho atención, "era mi mundo, a mí no me sorprende. Lo recuerdo como un día distinto". Así como muchas personas definen ese día como un día especial, para ella solo fue "un día diferente" en el que no asistió a su boda el abuelo.
Se veía mucho con los Reyes, iban al cine, iban al teatro... Cuando se separó asegura que la Reina se preocupó por ella, pero el tiempo ha hecho que esa relación se enfríe porque ella tampoco ha intentado retomar su "amistad".
Primera separación
Finalmente llegó la ruptura de su primer marido. Alfonso sufrió mucho con la separación de los padres, y para él este momento fue terrible: "Él ya sabía que yo había conocido al que fue el padre de mi hija, mi segundo marido, y él me decía que fuese a París, pero que volviese. Yo no podía vivir un paripé, si se había roto era mejor recoger los trastos y marcharse".
La madre de Alfonso hablaba a veces sin saber, ha declarado Carmen, incluso utilizaba la palabra "ninfómana", pero según esta su suegra no debía de saber lo que significaba bien, "era una mujer muy amargada".
La muerte de su hijo mayor
"Alfonso era una persona despistada. Me llamo el Rey y me dijo que mis hijos habían tenido un accidente. No me dijeron que estaba muerto, pero hay algo que una madre siente. Mi padre fue el que tomó la decisión de desenchufar", ha explicado.
"Tú puedes vivir sin un brazo, sabes que te falta, pero puedes vivir. Vive dentro de ti. Yo sé que a través de los pájaros, en un sitio insospechado viene un pájaro y se posa y yo sé que es mi hijo, no el tipo de pájaros que ves volar, el que viene y se queda", ha contado Carmen ante la atónita mirada de Bertín.
Carmen ha dejado clara su indiferencia ante la religión: "He tenido épocas con fe y sin fe, siempre he tenido una visión particular de las cosas, no tuvo nada que ver la muerte de mi hijo, yo creo que todo ocurre aquí. ¿Sabemos de dónde venimos? ¿Sabemos a dónde vamos?·.
Carmen Martínez Bordiú, en 'En la tuya o en la mía'
Su sexualidad
Su relación con José Campos duró casi 8 años y acabó siendo de amigos, aunque actualmente no se habla con el, "mientras me deban dinero, yo no hablo. No tengo problemas con nadie, pero tampoco soy idiota".
Por su vida han pasado cinco hombres, y es el último, Luis Miguel Rodríguez, el que le ha hecho sentirse que está enamorada de verdad. Sin embargo, y aunque su vida siempre ha estado marcada por hombres y no tiene ninguna duda de que es heterosexual, ha declarado que cree que todo el mundo es bisexual, "pero no lo digo yo, lo dicen los médicos, de hecho en la antigüedad era cuando estabas con hombres y mujeres, remóntate...".
"El sexo es una forma de unión de la vida y la muerte cuando llegas al summum", ha confesado, dejando claro que es para ella una liberación. "Siempre ha habido una parte como que quedaba mal decir que tenías sexo porque te gustaba el sexo, siempre tenías que inventar algo", ha relatado. Aunque ha confesado que elaboró un listado con los nombres de los hombres con los que se ha acostado pero el papelito "era bastante corto".
En ese momento el presentador ha aprovechado para adentrarse en uno de los temas que más rumores ha generado durante los últimos años, la sexualidad de Franco. Carmen ha contestado contundente: "Mi abuelo, yo creo, que no tenía tiempo de pensar en el sexo, el poder ya es una droga....".
El legado su apellido
Para ella su apellido, al igual que su dinero no es un problema. Reconoce que no trabaja duramente como otras personas, pero es consciente de esta situación y le duele la situación que está viviendo España actualmente. Entiende también que haya que haya gente que odie su apellido, "yo lo entiendo todo". Excepto a su padre, con el que no mantuvo una buena relación: "Mi padre, a veces, hubiese estado mucho más guapo callado".
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Se trata de una mujer que tiene un cuadro de Naomi Campbell desnuda en su salón. Y que tal y como ha querido dejar claro, para ella lo más importante siempre ha sido la libertad sin que te juzguen, algo que sus hijos no han hecho nunca. No se arrepiente de nada de lo que ha hecho, ya que considera que si tuviese que pensar las consecuencias de las cosas, no saldría de su casa.