La médium Billie Dean Howard (Sarah Paulson) ya informaba en la primera temporada de 'American Horror Story' de que había lugares como prisiones y manicomios en los que se acumulaban energías negativas. Tras dos capítulos emitidos, claramente el hotel Cortez también es uno de esos sitios en los que abundan seres cargados de malas vibraciones.
En medio de más videoclips pop de los 90 y de un desfile de modelos en el que no ha faltado la mismísima Naomi Campbell, la serie ha ahondado en "Chutes and Ladders" en la historia del hotel y en su mitología, de la que todavía tenemos mucho que descubrir.
James March, ¿el asesino de los diez mandamientos?
El segundo episodio de 'American Horror Story: Hotel' ha servido para presentar a James March (Evan Peters), el magnate que durante los años 30 ordenó construir el hotel Cortez, repleto de escondrijos y laberintos, para así poder dar rienda suelta a sus ansias de matar, siempre siguiendo los diez mandamientos. Al ser descubierto, posiblemente por el chivatazo de su esposa, que todo apunta a que sería la Condesa (Lady Gaga), March decidió suicidarse junto a su cómplice y criada (Mare Winningham), una adicta a las sábanas y el amoniaco. En la actualidad, ambos espíritus campan por el Cortez, por lo que al igual que en "Murder House", Peters se aleja de sus últimos personajes y vuelve a interpretar a un malvado fantasma.
Evan Peters es James March en 'American Horror Story: Hotel'
Descubrir esta historia sólo le causa más quebraderos de cabeza a John (Wes Bentley), el policía, que cree que podría tener relación con los casos sin resolver que está investigando. Sus compañeros de comisaría no tardarán en catalogarlo de chiflado.
Tristan, nuevo toyboy de la Condesa
"Chutes and Ladders" también ha servido para conocer más sobre los vampiros gracias a dos acontecimientos que han tenido lugar. Por un lado, la Condesa ha decidido dar puerta a Donovan (Matt Bomer), sustituyéndolo por Tristan (Finn Wittrock), un modelo un tanto rebelde y alocado, a quien ha convertido en "inmortal". Así, de sus conversaciones hemos descubierto que la primera nació en 1904 y que, a pesar de no envejecer, son tan mortales como cualquier otra persona, así que deben andar con ojo avizor. Entre otros mitos, han dejado claro que no es necesario dormir en ataúdes, que el Sol les debilita pero no les mata y que no muerden, sino que rajan y chupan la sangre. Para que una persona se convierta en vampiro, es tan fácil como beber de la sangre de un vampiro.
Finn Wittrock es Tristan en 'American Horror Story: Hotel'
Sobre los niños perdidos de la Condesa, parece que ya nos han mostrado cuál es su finalidad. La sangre de unos niños puros está mucho más rica que la de cualquier persona con más años de vida a sus espaldas, por lo que, de alguna forma, sirven de filtro. Los críos succionan la sangre de las víctimas y, posteriormente, les extraen la sangre por vía venosa. Una sangre que sirve de desayuno para comenzar el día con fuerzas.
La familia Lowe, cada vez más desestructurada
Por otro lado, Scarlett, la hija de John y Alex (Chloë Sevigny), con el alma detectivesca de su padre, ha encontrado en el Cortez a su hermano Holden -igualito desde su desaparición- durmiendo en un ataúd junto a otros niños. Creepy.
Mare Winningham, una criada obsesionada con sábanas y amoniaco
Alucinada con su descubrimiento, Scarlett decide escaparse de casa para comprobar si su hermano ronda por el hotel en el que se hospeda su padre. Y así es. En la sala de videojuegos y caramelos, la hija de John decide hacerse una foto junto a Holden para demostrarles a sus padres su hallazgo, pero, tras un intento de mordisco, la foto sale movida, una excusa para que sus padres sostengan que eso sólo es su deseo y que tiene que pasar página. Obviamente Alex, más al margen del hotel, jugará un papel incrédulo, mientras que John, cada vez más absorbido por el Cortez, terminará poniéndose de parte de su hija en los próximos episodios, y es que ya ha visto a su hijo por los inmensos pasillos en un par de ocasiones.
Sobre Sally (Sarah Paulson), el alma en pena que ronda por allí, también se van conociendo más detalles. Parece capaz de traer a algunos de vuelta a la vida con un soplido de aire: es el caso del personaje de Max Greenfield, que termina en el interior del colchón de una cama.
La falta de ideas y el síndrome FX se instalan en el hotel
Parece que poco a poco la temporada empieza a coger forma, aunque los episodios son excesivamente largos para lo que realmente cuentan. Si se ahorrasen escenas redundantes, tantos videoclips y escenas que son la nada y que sólo sirven para el lucimiento de sus actores, podrían quedar unos fantásticos -en lo suyo- episodios de 45 minutos. Parece que el síndrome FX, que ya afectó a 'Sons of Anarchy', está dañando seriamente a 'American Horror Story'.
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Por otro lado, parece que Murphy y Falchuk se han quedado sin ideas originales, teniendo que volver a recurrir a los fantasmas, ya utilizados en "Murder House" y a los vampiros, de los que el creador de la serie siempre había asegurado que no tendrían cabida en ella.