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Una de las particularidades de 'Anatomía de Grey' siempre ha sido la capacidad de emocionarnos hasta el punto de hacernos saltar las lágrimas para un segundo después provocar en nosotros la carcajada. Y esa combinación perfecta entre comedia y tragedia sigue vigente después de doce temporadas, sobre todo gracias a unas interpretaciones que hacen que todavía sigamos creyendo en unos personajes cuya humanidad logra traspasar la pantalla.
En este cuarto capítulo de la duodécima temporada de 'Anatomía de Grey' titulado "Old Time Rock and Roll", Maggie despierta tras una noche apasionada pero pagando las consecuencias de sus actos. Mientras tanto, Meredith reflexiona sobre su situación sentimental y Amelia pone a prueba a Edwards con una paciente que le devolverá a su pasado. Por su parte, el equipo médico del hospital hará frente a la llegada de una avalancha de ancianos que han resultado heridos en un accidente de autobús.Noches de desenfreno, mañanas de arrepentimiento
Maggie despierta en su cama acompañada de una fuerte resaca y de DeLuca, después de haber pasado una apasionada noche juntos. Al ser consciente del encuentro sexual entre ambos y conociendo la forma de ser de Maggie, era de esperar que se arrepintiera de todo lo sucedido, sobre todo escuchando los comentarios jocosos de Amelia y Meredith. ¿De verdad pensaba que no se iban a enterar? ¿De verdad creía que no iba a sufrir un interrogatorio?
Después de haber conseguido cierta confianza con Meredith (no olvidemos que es su hermana) Maggie decide hablar de la noche perfecta de sexo que tuvo con DeLuca, esa que no puede quitarse de la mente ni un instante y que le ha dejado el cuerpo destrozado. En ese instante Meredith se da cuenta de que no ha pensado en el sexo desde la mañana en la que murió Derek y es ahí cuando se percata de que es una mujer viuda y que para ella se terminó la pasión y el amor.
Finalmente, tras varios desencuentros en el hospital con DeLuca, Maggie se disculpa con el chico y llegan al acuerdo de que no ha pasado nada entre ellos pero, ¿alguien se lo cree? Está claro que entre ambos existe una química especial y esta historia ya la hemos visto muchas veces, ¿cuánto tardarán en volver a enrollarse? Efectivamente sólo hacen falta unos segundos para que ambos vuelvan a dejarse llevar por la pasión y la tensión sexual.
Forzar la máquina
Amelia quiere que una paciente de neurología que acaba de ser operada reciba un tratamiento experimental consistente en obligarle a levantarse de la cama y caminar, ya que los estudios dicen que cuanto antes consiga moverse la recuperación será más rápida y efectiva. Sin embargo, Edwards no está nada de acuerdo con el procedimento, sobre todo cuando en la primera sesión la chica no soporta el intenso dolor. Aún así, Amelia le pide encargarse de dirigir las siguientes sesiones del tratamiento.
Siguiendo las órdenes de su jefa, Edwards continúa con la rehabilitación prematura de Rachel, pero no aguanta más ver a la joven sufrir cada vez que intenta que se levante y dé un paso, así que le cede el puesto a Jo, pero cuando Amelia lo descubre no puede creer que Edwards haya abandonado a un paciente en medio de un tratamiento. En una conversación que resulta más una reprimenda típica de una niña de colegio que no hizo los deberes, Edwards explica que no puede encargarse de la paciente porque de pequeña ella sufrió algo similar cuando solo tenía cinco años.
Al acabar la conversación Jo le reprocha a Edwards que haya utilizado una mentira de semejante calibre para quitarse de en medio a Amelia pero, ¿realmente ha contado una mentira u ocurrió de verdad lo que dice? Sin cortarse un pelo, Jo decide dejar de lado la amistad y contarle a Amelia que la historia de Edwards era falsa, cosa que, lógicamente, enfurece a la neuróloga.
Rápidamente Amelia le cuenta a Webber, en calidad de jefe de residentes, que Edwards ha tenido la desfachatez de mentirle a la cara para librarse de atender a una paciente. Sin embargo, Webber le confirma que la historia es verídica y es ahí cuando Edwards confiesa que nunca cuenta la historia a nadie porque es remover el dolor del pasado y Jo no sabía nada porque sólo logra contárselo a gente que se ha ganado su confianza. Todo esto nos demuestra que entre Jo y Edwards nunca hubo una verdadera amistad.
Finalmente Edwards retoma las sesiones con Rachel y aunque sabe que la joven lo está pasando realmente mal, consigue que cumpla la meta fijada y logre caminar, empezando así su recuperación. Desde fuera Amelia observa atentamente todo lo que sucede y al concluir Edwards y ella se funden en un abrazo que Amelia aprovecha para disculparse por no haber confiado en su palabra después de tanto tiempo trabajando codo con codo.
Nunca es tarde para el amor
El Gery-Sloan Memorial Hospital recibe la llegada de una gran cantidad de ancianos que han resultado heridos de distinta gravedad en un accidente de tráfico cuando se dirigían en autobús al puerto para embarcar en un crucero. Especialmente llama la atención de una pareja que, a pesar de su avanzada edad, mantienen una relación envidiable, de esas que demuestran que el amor verdadero existe.
Mientras la mujer es atendida y operada de urgencia, Arizona se topa por casualidad con el señor que preocupado por su novia le pregunta a la doctora. Entre ambos se produce una emotiva y agradable conversación en la que el hombre le enseña un precioso anillo y le cuenta que le pensaba pedir matrimonio a su chica en una cena romántica en el barco, precisamente justo en el mismo lugar donde la conoció cinco años atrás, cuando la vio y directamente se enamoró.
Cuando Arizona regresa con el hombre para que le termine de contar la historia, lo encuentra muerto. La doctora no logra entender cómo ha pasado y rompe a llorar, en ese momento April se encuentra con ella y en la conversación Arizona le explica que gracias a ese paciente se ha dado cuenta de que el amor sigue ahí fuera, que aunque creamos que ya pasó nuestro tren todavía tenemos la posibilidad de volver a enamorarnos, de encontrar al verdadero amor de nuestra vida porque nunca es tarde para amar.
Seguir los pasos
Otro de los pacientes del accidente atendido por el equipo médico no logra sobrevivir y uno de los internos se encarga de contarle al hijo del fallecido lo ocurrido, pero con tan poco acierto que provoca la ira del hombre. Gracias a esto Owen decide ponerles a prueba y obligarles a practicar dando malas noticias a los familiares de los pacientes que no consiguen mantener con vida.
Después de una serie de indicaciones, Hunt asigna a cada uno de los internos una familia para que les comuniquen el fallecimiento de sus allegados. Algunos lo hacen con más acierto que otros, pero cuando Meredith se entera de la táctica de Owen para que aprendan decide darles una charla muy emotiva que claramente hace referencia a su historia, a aquella noche en la que la policía se presentó en la puerta de su casa para llevarle al hospital donde le comunicarían que Derek había muerto.
Toda fiesta siempre tiene una sorpresa
Meredith, Amelia y Maggie organizan una fiesta en casa para todos sus amigos y compañeros. Alex quiere que Jo le acompañe para que especialmente las chicas le conozcan fuera del hospital y dejen de verla como a una residente, aunque a Jo no le entusiasma la idea porque siempre van a ser sus jefas. Sin embargo, Edwards piensa que debería aceptar la invitación porque es una oportunidad única, tiene al alcance de su mano unirse al círculo que controla todo el hospital, ¿por qué iba a desaprovechar la ocasión?
Por su parte, Arizona se pregunta si Callie llevará a la fiesta a Penny, su nueva novia, mientras que April se cuestiona si Jackson asistirá después de todo lo que sucedió entre ellos ya que todavía no puede creer que le haya pedido el divorcio. Con la ayuda de April, Arizona logra averiguar que, aunque no tenía pensado invitar a su nueva chica, Callie finalmente decide que puede que sea la ocasión perfecta para que sus amigos y compañeros conozcan a la chica que le ha hecho volver a creer en el amor, sobre todo si a Arizona no le incomoda su presencia.
En un ambiente caldeado por la tensión existente entre Jo y Edwards después de que la primera le traicionara y con Arizona nerviosa por la llegada de la nueva novia de su ex mujer y con April ansiosa por saber si Jackson acudirá o no, Callie se presenta a la fiesta con Penny y cuando Meredith abre la puerta para recibirlas descubre, para sorpresa de todos, que la mujer es una de las enfermeras que atendió a Derek la noche que falleció. ¿Conseguirá Meredith aceptar a Penny sabiendo que es una de las responsables de la muerte de su marido?