La Academia de la Televisión, en pleno proceso de refundación, y la editorial Gedisa se han unido para editar el primer anuario de OBITEL (Observatorio Iberoamericano de Televisión), en donde se realiza un pormenorizado estudio de las emisiones televisivas de ficción de los nueves mercados más importantes del ámbito iberoamericano. Al frente de OBITEL se encuentra Lorenzo Vilches, catedrático de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, en donde también es director desde 1991 del Máster Internacional de Escritura para Cine y Televisión. Ha sido autor de una decena de libros como 'La lectura de la imagen' (1983) y 'La migración digital' (2001) y actualmente dirige la publicación digital Guión Actualidad.
Lorenzo Vilches presentó el primer anuario OBITEL en el marco del curso de verano "Televisión e ficción", organizado por CEFILMUS (Centro de Estudios Fílmicos da Universidade de Santiago) y celebrado entre el 16 y el 19 de julio de 2007 en Santiago de Compostela. Allí dedicó unos minutos a responder a las preguntas de FórmulaTV.com.
OBITEL (Observatorio Iberoamericano de Televisión) nació en 2005 y forman parte de él investigadores de España, Portugal, Estados Unidos, Chile, México, Argentina, Colombia y Brasil. ¿Qué motivo su nacimiento y cuáles son sus objetivos?
La ausencia de, precisamente, un observatorio sobre la televisión iberoamericana y especialmente sobre la ficción. Aunque entiendo que hacer una red como la nuestra no es fácil. El gobierno español y los gobiernos latinoamericanos se reúnen periódicamente para hablar de cosas como el espacio común cultural o audiovisual. Pero, aparte de una agencia de ayudas económicas para unos cuantos proyectos cinematográficos, nadie se molesta en estudiar el mercado de los productos más rentables de la televisión internacional, la ficción.
Nuestros objetivos son dos principalmente: investigar para publicar un Anuario y ofrecer conocimiento a la industria de la ficción iberoamericana.
Anteriormente estuvo ligado a EUROFICTION, un observatorio dedicado a la producción de ficción televisiva en el ámbito europeo. ¿Por qué cree que ahora es más interesante mirar lo que está ocurriendo en el ámbito iberoamericano?
Si alguna vez hubo un tímido mercado europeo, éste ha prácticamente desaparecido. Eurofiction nació impulsado por un pequeño grupo de investigadores europeos que constatábamos el lento declive de la importación norteamericana de ficción televisiva en los cinco grandes países productores de audiovisual: Alemania, España, Francia, Italia, Reino Unido. Y al mismo tiempo el despertar de una industria nacional como era el caso de España. Algunos investigadores estaban incorporados en grandes centros de investigación como el British Film Institute y el Institut Nacional del Audiovisuel. El resto pertenecíamos al ámbito universitario pero todos ya investigábamos la televisión, especialmente la ficción y prestábamos asesoría a televisiones.
Quiero decir que se trataba de algo científica y organizativamente sólido. Pero faltó la materia prima. O sea, la circulación de ficción en el mercado europeo. En mi opinión era irrelevante continuar en estudiar separadamente cada país, puesto que las televisiones europeas no estaban interesadas en el intercambio europeo, y no digamos coproducir.
Los estudios de OBITEL se centran en la ficción frente a otros géneros como los talk-shows o la telerrealidad. ¿Cuál es el motivo de ello?
La ficción tiene una importancia doble, una económica y otra cultural. La ficción es el producto más rentable de cualquier televisión, es el buque insignia de los prime time y sabe anclarse sólidamente durante durante el day y night time. Pero también, la ficción es el resultado de una forma de ser mexicano, brasileño o hispano. La ficción es principalmente una cesta cultural en donde confluye la lengua, principalmente el castellano, y el imaginario de un país. La historia, la fonética y las formas de encararse con el presente forman las cuerdas que sostienen la ficción nacional. La ficción nacional es siempre más rentable que la importada. Por algo será.
La Academia de la Televisión, en colaboración con la editorial Gedisa, acaba de editar el primer Anuario de OBITEL, que ofrece una visión panorámica del año 2006 en la ficción televisiva iberoamericana. ¿Nos podría resumir sus principales conclusiones?
Lo primero que llama la atención, en una lectura general de la producción y circulación de la ficción de estreno en el mercado de las televisiones iberoamericanas durante el año 2006, es la tendencia a una cierta estandarización de modelos dentro de una extrema diversidad de países: equilibrio entre la oferta de producción nacional e iberoamericana, desplazamiento de la ficción norteamericana a horarios menos competitivos, reforzamiento de todas las franjas horarias de programación (no sólo del prime time) con oferta de ficción nacional e iberoamericana, predominio de formatos de duración corta para favorecer la cita diaria con los públicos nacionales, y, last but not least, el gran despliegue comercial de la adaptación de formatos, que se revela como una saludable alternativa a las dificultades que encuentran las coproducciones de la región, dentro de un mercado tradicionalmente dominado por la circulación de productos enlatados.
La coincidencia de modelos televisivos se refleja también, en el aspecto negativo, en las carencias estructurales del mercado de la ficción: la falta de entusiasmo por la coproducción internacional tras los primeros escollos encontrados en la audiencia; la notable ausencia de productos europeos, salvo las contadas producciones de España y los formatos adaptados; y la escasa diversidad de formatos que vayan más allá de la serie dramática y la telenovela: telefilme o TV-movie, miniseries o formatos híbridos. Con todo, Latinoamérica ha dejado de ser un monocultivo de la telenovela: las series son cada vez más frecuentes en todos los países del área.
Al comienzo de la etapa de liberalización del mercado de la televisión en España las telenovelas argentinas, venezolanas o mexicanas se podían ver en prime time, algunas incluso eran el producto de coproducción. Luego, con el despegue de la industria nacional que coloca sus productos en el horario noble, las telenovelas pasaron a las mañanas y posteriormente a las tardes también. Esta es la razón principal de la conformación de las actuales parrillas de programas en España.
Fenómenos como 'Betty, la fea', que ya cuenta con populares versiones en Estados Unidos y España, están demostrando la pujanza de la televisión producida en Iberoamérica. ¿Qué cree que explica el éxito de la serie y sus diferentes versiones?
Las series locales dominan en las parrillas españolas, logrando conectar con el público de una manera que parece imposible para el cine patrio. Una parte del anuario OBITEL se ocupa de las emisiones cinematográficas en televisión. ¿Es una tendencia en todo el ámbito iberoamericano? ¿Por qué cree que ocurre?
El cine actual se encuentra en una fase sostenida de decadencia. Falto de ideas y de creadores, se encuentra con el mundo de la ficción televisiva que está en plena transformación y conociendo aún sus recursos tecnológicos y narrativos. Por otra parte, el cine que vemos en televisión es el resultado de su pase por unas 3 ventanas de exhibición anteriores: la sala de cine, el DVD y el canal de pago. Con suerte, las películas que echan en la tele tienen unos cuatro años. Si la película es buena, ya la has visto en sala. Si es mala, ¿para qué resistir hasta altas horas de la madrugada con un machaque sin piedad de cortes publicitarios impíos? Por otro lado, nadie ve cine por hacer país.
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