'The Leftovers' 2x04 Recap: "Orange Sticker"

No es mucho lo que ocurre este 2x04 - 'Orange Sticker'. La trama vuelve a centrarse en las vivencias de Kevin Garvey y Nora Durst, justo después del misterioso terremoto en Jarden con el que terminaba el episodio 2x01. Tal vez se repita un patrón, alternando capítulos de Kevin y Nora y de Laurie y Tom.

El nombre del capítulo ("Orange Sticker") hace referencia a una pegatina naranja que todos los habitantes de la ciudad tienen en la puerta de su casa corroborando que no ha habido ninguna desaparición en dicho hogar.

Kevin tiene serios problemas de sonambulismo

El capítulo empieza con Nora perdiendo la cabeza despertándose en medio de la noche con el terremoto. No encuentra a Kevin y cree que le ha perdido en una nueva Ascensión, al igual que su marido y sus hijos. Por capítulos anteriores, sabemos que Kevin es sonámbulo y ha aparecido en un lago seco.

En conversaciones con la imaginaria Patty, Kevin descubre que durante su sonambulismo ha intentado suicidarse tirándose al lago con un bloque de cemento atado al pie. Sin embargo, ha tenido la gran suerte (¿de verdad es casualidad?) de que el lago se vacíe en el terremoto que dio a la desaparición de la joven Evie Murphy.

¿Tendrá algo que ver la localización del lago en el que se despierta Kevin y desaparece Evie con el lago del principio del episodio 2x01, donde se veía una secuencia de una mujer de la edad de piedra que moría con un bebé en brazos? A juzgar por la pista de que la Ascensión tiene en cuenta la situación geográfica, lo más probable es que sí.

Jill y Michael

No se le está dando mucho protagonismo a Jill durante esta temporada. Aunque en el capítulo 2x02 tiene unos minutos de atención al encontrarse con Tom ha quedado relegada a un segundo plano. Durante la primera temporada veíamos a una Jill rebelde que quería llamar la atención y que estaba siendo corrompida por Aimée. Desde los hechos de Mapleton, está más relajada y ha adoptado una actitud más pasiva, aceptando lo que le depare el futuro y cuidando de su nueva hermana Lily.

Sabíamos que a Michael Murphy le gustaba su nueva vecina, pero no sabíamos muy bien si a la joven le despertaba algo de interés. Jill pide a Michael que le arregle un grifo roto por el terremoto (¿alguien dijo tópico?) y hace varios intentos de entablar conversación (o algo más) con él.

Sin embargo, ahora parece ser Murphy quien no quiere socializar: está preocupado por la desaparición de su hermana Evie y teme no verla más. Tal es su desesperación que trata de despegar la pegatina naranja de su casa, símbolo de la seguridad que hace único al pueblo en el que vive.

"Siento tu pérdida"

Aunque no se mencionó en el recap del segundo episodio, cuando los Garvey se encontraban inmersos en el bullicio y la frenética puja de casas en Miracle, a Kevin se le cruzó un hombre alto y mayor que le habló de sus visiones. El exsheriff no le hizo mucho caso porque bastante tenía ya con lo suyo. Es normal que pensara que era fruto de su imaginación y que también lo pensásemos nosotros como espectadores: podía ser alguna ida de olla como el hombre que cazaba perros en la temporada anterior.

Sin embargo, Nora se encuentra también con ese personaje eventualmente en una tienda de alimentación. "Siento tu pérdida", le dice a Nora. ¿Le está dando el pésame por su familia desaparecida en la Ascensión, más de tres años atrás, o se está adelantando a algo que va a pasar?

Sea como fuere, no es la primera vez que espanta a la clientela. La tendera le echa y se refiere a él como Virgil. Está claro que va a tener alguna nueva aparición más adelante, aún sin explicar quién es ni qué poderes tiene.

"No ocurren milagros en Miracle"

Cuando Kevin se despertó en medio de la noche y cubierto de barro, apoyó la mano sobre el coche de Evie y sus amigas, donde dejó marcada la palma de su mano. John Murphy, que tiene sus antecedentes y está dolido por la pérdida de su hija, ata cabos y cree que la mano es de un antiguo enemigo suyo al que va a pegar una paliza.

En el episodio 2x01 otro hombre leía el futuro a John, no dándole muy buenas esperanzas. Por la conversación que tuvieron puede tal vez desprenderse que John es el casero de ese hombre. Llevado por la furia del momento, John se persona en su casa para cantarle las cuarenta. Pero señores, esto es América: éste recibe un balazo en la barriga y tiene que ser sacado a rastras por Kevin, que acompaña a su nuevo vecino mientras alucina en colores.

Kevin lleva a John a la clínica en la que trabaja su mujer para que le saque la bala clandestinamente, como ocurre en las películas. Su mujer confía ciegamente en él y no tiene nada que decir al respecto. La familia Murphy está muy unida. Excepto por la pérdida de Evie, claro está.