RTVE continúa con sus entrevistas electorales de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre. El pasado lunes 2 de diciembre le tocó el turno al Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, quien se sometió a las preguntas de Ana Blanco y de un grupo de 12 ciudadanos seleccionados por una empresa de estudios sociológicos.
La comparecencia se saldó convirtiéndose en el programa más comentado del día en las redes sociales, alcanzando rápidamente los primeros Trending Topics con el hashtag #SanchezNoTeCreo tras acumular más de 53.600 tweets. De este modo la entrevista logró mayor seguimiento que programas o series como 'Pequeños gigantes' o 'Mar de plástico'.
Tanto revuelo vino ocasionado por las evasivas del político ante ciertas preguntas y repreguntas, por diferentes lapsus en su discurso o los ataques al PP en defensa de la cadena pública. Pedro Sánchez compareció con el lazo naranja en defensa de los trabajadores del ente público, un gesto que no se quedó solo ahí, pues en su discurso critico la manera de entender la cadena pública que tiene el Partido Popular: "El PP entiende RTVE como una televisión privada de unos pocos, la suya. Nosotros queremos hacer justo lo contrario", un claro ejemplo de lo que calificó de "partidismo".
La ley del divorcio que Pedro Sánchez atribuyó a Felipe González
El gran error de bulto llegó cuando Sánchez quiso sacar pecho de las conquistas de su partido: "Hay muchos jóvenes que probablemente lo desconozcan, pero hasta hace poco tiempo no había divorcio. Fue Felipe González quien lo aprobó". Esta afirmación falsa desató todo tipo de reacciones, puesto que la ley del divorcio fue aprobada Leopoldo Calvo Sotelo, presidente de UCD, en 1981.
A esta gran equivocación hay que sumarle además pequeños lapsus que no ayudaron a dejar una buena sensación del líder socialista. Comentarios como que lleva "14 años al frente del PSOE" o "15 años al frente del Gobierno" dieron una imagen poco consistente del político.
No ayudó tampoco el hecho de no contestar a algunas de las preguntas formuladas por Ana Blanco, quien se vio obligada a repreguntar en varias ocasiones, llegando a obtener como respuesta la risa de su interlocutor. El invitado del próximo lunes a buen seguro habrá tomado buena nota para no cometer los mismos errores.
Lo más de 40 minutos de entrevista fueron seguidos por 2.063.000 espectadores, lo que se tradujo en una cuota de pantalla del 10,2%, una de las más bajas del líder socialista, situándose incluso por detrás de la de Mariano Rajoy el lunes anterior, quien cosechó 2.230.000 y 11,5%.
