Marta Torné es uno de los rostros más destacados de 2015 de Telecinco. Por su labor conexión con el público en el programa 'Cámbiame', la presentadora se ha ganado un hueco en el Fin de Año de la cadena de Mediaset junto al resto de los asesores.
Pero, antes de formar parte de este proyecto, Torné estaba enfrascada completamente en una obra de teatro, junto a Carlos Sobera, "El ministro". En una entrevista para El economista, a la actriz se le ha planteado, en el caso hipotético de ser ministra, qué haría para solucionar el problema catalán: "Ojalá fuera tan sencillo. Si yo fuera política, en lo que se refiere a ese caso, haría el referéndum para salir de dudas y ver qué pasa. Aunque deciden los que están en el poder, es lo más democrático que existe para vivir de verdad en una democracia".Torné ha aprovechado la ocasión para puntualizar palabras anteriores que la podrían situar dentro de la casa de 'Gran Hermano VIP': "En una entrevista dije que me encantaría entrar por la experiencia, que tiene que ser una pasada verte en esas circunstancias. Eso no significa que yo vaya a entrar, no me lo planteo".
Marta Torné era María en 'El internado'
El comentado final de 'El internado'
Si hay un papel en la trayectoria de Marta Torné que todavía sigue generando expectación, ese es el de María en 'El internado'. El final tan enrevesado y complicado que tuvo la ficción de Antena 3 dejó a la audiencia con ganas de saber si los actores participantes estaban de acuerdo con el rumbo que tomó todo aquello y, sobre todo, si les gustó.
La actriz ha explicado que es algo derivado de liar "un poco demasiado" todo, pero que al final le acabó gustando: "Era una serie de misterio y en una ficción así tienes que ir resolviendo los casos para ir a abrir otras dudas. Pero bien, a mí me gustó el final, me gustó que se incendiara y que ya no quedaran dudas".
La actriz se pone todos los días al frente de 'Cámbiame'
'Cámbiame' y su cambio fallido
En la actual etapa que Marta Torné está desarrollando para Mediaset, se encuentra el exitoso 'Cámbiame'. Pero, como no todo es color de rosa en el programa, y más de un invitado ya se ha ido "cabreado" con su nuevo look.
La presentadora ha explicado que había algo más que el "disgusto" por el cambio, que lo que le pasaba al invitado era que era algo más personal: "No buscamos ser una fábrica de sueños. Intentamos ayudar a la gente, escuchar su situación. Una de sus personas tenía muchos complejos por su educación y su circunstancia. No complejos, sino condicionantes. Era una mujer para la que ponerse un pantalón era una ofensa porque creía que era una aberración, algo que denigraba a la mujer".
Este caso, de hecho, trascendía más de lo que ellos podían hacer: " Era una mujer muy condicionada por su situación y por su forma de pensar. A mí me parece perfecto que ella piense así, a mí me da igual, pero nos hace perder el tiempo a todos. Tú no necesitas un cambio, lo que necesitas es otra cosa. No es algo que se preveía antes porque la gente llega, muchas veces, y nos cuenta un rollo, nos explica una historia en 60 segundos, y después a lo mejor es otra película".
