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La pasada semana Netflix estrenó la primera temporada de 'Jessica Jones', la esperadísima segunda colaboración del servicio de streaming con Marvel tras 'Daredevil', que se enmarca dentro de ese macroproyecto de cuatro series que desembocará en la miniserie 'The Defenders'. Como su predecesora, 'Jessica Jones' también se ubica en el universo cinematográfico de Marvel y en esa Nueva York post-batalla alienígena pero su punto de vista no puede ser más diferente. Tanto como lo es su protagonista.
Una superheroína atípica
La protagonista de 'Jessica Jones' no es una superheroína al uso. De hecho, de ella se dice que no es una superheroína sino que es una detective que resulta que tiene superpoderes. Así era en el cómic y así es en la serie. Si no fuese porque al inicio del episodio aparece el famoso clip que acompaña al logo de Marvel, de primera y sin saber nada de ella, nadie la asociaría con una serie de superhéroes. Ni su colorista cabecera con aire de jazz ni las primeras palabras de Jessica nos dan ninguna pista, y la abrupta salida del cliente por la puerta de Alias Investigations se podría justificar con que es una chica fuerte y de recursos (lo de sujetar un deportivo en marcha ya sí que no tiene enmascaramiento posible).Por lo pronto no se nos dice exactamente en qué consisten los superpoderes de Jessica, sólo que en casos extremos utiliza su 'superfuerza', pero sí sabemos qué es lo que se le da bien: buscar los trapos sucios de la gente. También que es una chica sarcástica, desconfiada, descreída y muy eficaz, que casi podría ser una especie de Veronica Mars post-universitaria si no fuese porque es informal y muy inestable principalmente porque bebe whisky como un cosaco tanto para trabajar como para intentar, en vano, conciliar el sueño.
Además de conocerla, también nos muestran cuatro pinceladas del cerrado ecosistema de Jessica, tan atípico como ella: unos vecinos ruidosos que la despiertan por las mañanas con sus discusiones, Malcolm, un vecino yonki que se cuela en su piso y se come su mantequilla de cacahuete, Jeri Hogarth, una importante abogada que le pasa trabajitos, Luke Carter, un atractivo barman objeto de una de sus investigaciones por el que siente una atracción casi animal (entre otras cosas), y Trish Walker, estrella de radio y su mejor amiga y la única persona en la que puede confiar realmente.
La sombra púrpura del trauma
A pesar de la aparente dureza de Jessica, su lado más vulnerable sale a relucir por culpa de esa especie de pequeños 'flashes' o 'flashbacks' color púrpura que la atormentan y que ni el alcohol ni la retahíla de calles repetida como un mantra (Rice Street, Higgins Drive, Cobalt Lane) logran ahuyentar. Son los vestigios guardados en un rincón de su memoria de una experiencia traumática de su pasado que no ha logrado superar y que se verá obligada a revivir muy a su pesar.
Kilgrave, el culpable de su trastorno de estrés postraumático, la acecha y ha decidido hacérselo saber mediante la desaparición de la joven Hope Shlottman, una víctima inocente de un plan macabro cuyo único objetivo es llamar la atención de Jessica. En ningún momento le vemos, para nosotros es prácticamente una presencia fantasmagórica, pero el efecto que Kilgrave provoca en sus víctimas, sobre todo en Jessica, es estremecedor. Entendemos que el primer instinto de Jessica sea huir lo más lejos posible, perder el control sobre uno mismo debe ser una de las cosas más terroríficas que te pueden pasar. Pero al fin y al cabo ella es una superheroína, por mucho que no lo quiera aceptar, fue la única en intentar enfrentarse a él y la única que volverá a plantarle cara a su mayor miedo. Decide, de nuevo, hacer algo al respecto.
Adaptación fiel
Sin ser una adaptación literal del cómic de Bendis y Gaydos, es fiel a su estilo y su estética noir, que prevalece sobre el thriller. Ya llegará la acción pero para empezar es un retrato interesante de una víctima de abuso que se sale del estereotipo (y Krysten Ritter está perfecta). Además, nos presenta el que podría ser el villano de Marvel más terrorífico que se haya visto en pantalla (tanto pequeña como grande).