El año 2016 ha empezado con curvas para Risto Mejide. El publicista sigue dándole vueltas al artículo, firmado por Carlos Herrera en la revista XL Semanal, donde se le calificaba como "tonto en serie". Tras dejarle claro, a través de las redes sociales, hace tan solo unos días que "es un halago viniendo de quien viene", ahora ha publicado una respuesta mucho más contundente y meditada en su página web.
Si hay algo que verdaderamente le ha molestado al presentador, además de la defensa que se hace a la tauromaquia en ese mismo artículo, es que el periodista no haya sido capaz de nombrarle directamente: "Me gusta calificar a la gente cuando la tengo delante, no desde lejos, a sus espaldas, o a través de un broche final en un artículo sin siquiera atreverme a dar el nombre y el apellido de quien estoy hablando. Seré tonto, sí, pero no cobarde".Mejide, una vez más, ha vuelto a ponerse en el bando de los antitaurinos y ha defendido lo que verdaderamente piensa: "Aún sin salir de mi tontería, puedo atisbar que matar a otro animal con el único propósito de entretenernos resulta un acto de barbarie anacrónico y repugnante, impropio de una sociedad que se considera a sí misma civilizada. Y justificarlo me sigue pareciendo tan inmoral como ridículo, por más razones que se me den. A saber".
El conflicto entre Risto Mejide y Carlos Herrera suma una nueva respuesta
"Si la aportación a las arcas del estado legitima moralmente cualquier actividad..."
Punto a punto, Risto Mejide ha ido derribando las razones que Carlos Herrera aportaba en su artículo y que, a su parecer, legitimaban la denominada "fiesta nacional": "Se tira su buena página intentado justificar la existencia por su aportación a la economía local y estatal. Imagino que si ése es su argumento, el señor Herrera estará a favor de legalizar el tráfico de drogas, el de armas y el de personas. Juntas suponen más de 680.000 millones de euros. Si la aportación a las arcas legitima moralmente cualquier actividad, no sé por qué no empezamos por ahí y nos dejamos de hostias".
El pensar que el toro bravo se habría extinguido sin esta actividad o la tradición de la fiesta también tienen hueco en su amplia respuesta: "Mientras esa 'fiesta' que no es mía sea legal en nuestro país, no concibo combatirla con otras herramientas que las que nos otorga la ley. Ni amenazas, ni coacciones, y por supuesto, jamás aceptar que nadie coarte mi libertad de expresión".
No ha querido terminar todo esto sin dejarle un recadito al periodista: "Seguiré disfrutando de las amistades que no piensen como yo, pues en la disensión está la riqueza. Incluso a riesgo de ir quedando de tonto ante gente como Carlos Herrera, el periodista que se hace selfies donde acaba de haber atentados, cosa que tampoco entiendo, debe de ser cosa de listos y yo no llego. Si al final ser tonto en serie significa coincidir en argumente con gente como Saramago o Umbral, por favor llámeme tonto. Pero en serio".