El presentador Pedro Ruizha demostrado en numerosas intervenciones, como sucedió hace unos meses en su visita a Risto Mejide en 'Al rincón', ser una persona de lo más sincera. Y así lo ha vuelto a demostrar en una entrevista para el programa La Cita de radio Cooltura FM. Aunque ahora mismo se encuentra inmerso en sus espectáculos en teatro, no se le olvida todo lo que ha tenido que pasar para ser tenido en cuenta en los medios.
Tal es el descontento que siente con la actual estructura y forma de hacer las cosas que por su cabeza ronda la idea de dejar de actuar: "Me estoy planteando, como llevo tanto tiempo desterrado de los grandes medios con motivo de esta política tan limpia y tan honesta que hemos vivido en el país hace 12 años, la posibilidad de no hacer muchas cosas más y desaparecer". Y todo por un solo motivo, la política: "No será porque no tenga ganas sino porque no tenga ganas de aguantar a estos que nos mandan".
Pedro Ruiz se ha sincerado en un programa de radio
De hecho, para Ruiz son los factores externos los que ya le han agotado la paciencia: "No tengo ninguna incapacidad para continuar, lo que tengo es un cansancio de ver el berenjenal, absurdo y ofensivo, en el que nos llevan metiendo desde hace 20 años [...]. Lo que dijimos cuatro o cinco, cuando nadie lo decía, se ha convertido en la realidad de lo que vemos hoy".
"Se ha premiado el callar y el ser cómplices"
Pedro Ruiz no duda en hablar sobre cómo era antes, en la época del franquismo, la situación en la cultura y en los espectáculos y cómo se están arrastrando las consecuencias de todo aquello y del silencio que reinaba entre todos. "Ahora estamos asistiendo al espectáculo de cómo fingen asombro ante lo que aparece los que lo sabían todo. [...] Franco no murió, estalló en cien mil pedazos y son muchos de estos. Han premiado el callar y el ser cómplices y así hemos llegado a esto".
Lo más leído
Y es que la situación antes era tan convulsa que una mala palabra podía acabar, según sus palabras, con toda la trayectoria profesional de uno de un solo plumazo. "Antes en zonas de la Castilla profunda, había como 200 personas que se marchaban de la actuación increpándome. Recién muerto el dictador, hacer eso [hablar] era terrible. Salía al escenario pensando cuántos se iban a ir, para mí cada día era un dolor de barriga".