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'The 100' regresó el jueves 21 de enero a la parrilla de The CW, y lo hizo con grandes resultados de audiencia: el tercer episodio más visto de su historia. Apoyada por el gran colchón del estreno de 'Legends of Tomorrow', 'The 100' sigue creciendo con su tercera temporada, y no solo en términos de audiencia.
Cuando se estrenó allá por marzo de 2014, la ficción creada por Jason Rothenberg partía como una serie de adolescentes más, con el toque sci-fi como elemento diferenciador. Nada más lejos de la realidad, pues con el paso de los capítulos 'The 100' demostró ser un drama con mucho potencial gracias a sus constantes dilemas morales y a las virtudes de sus carismáticas protagonistas femeninas.La amenaza constante
La premisa de regresar a la Tierra 97 años después de una guerra nuclear contextualiza a los protagonistas en un universo desconocido en el que cualquier cosa puede suceder. Esta base sirve en los primeros episodios para descubrir nuevas formas de vida, algo que rápidamente evoluciona en una sensación de peligro constante a la que los jóvenes se encuentran sometidos.
No solamente se ven obligados a construir una nueva sociedad partiendo de cero, con todas las implicaciones morales que ello conlleva, sino que además las amenazas exteriores comienzan a cernirse sobre ellos desde el principio. Ambos aspectos van poco a poco tomando forma, entrelazándose en la única lucha posible: la supervivencia. Supervivencia como base, pero también como fin último, como objetivo. Para los que habitan la Tierra y para los que todavía se encuentran en el Arca.
¿Qué precio estás dispuesto a pagar por la libertad? ¿Hay ciudadanos de primera y de segunda? ¿Cuánto vale una vida humana? ¿El fin justifica los medios? Estas y otras interesantes cuestiones se ponen sobre la mesa constantemente. El espectador acompaña a los personajes en sus batallas internas, tratando de alcanzar un equilibrio en asuntos donde, en muchas ocasiones, no lo hay. La línea que separa el bien y el mal se desdibuja cada días más en un mundo donde el peligro y la muerte acechan en cada esquina.
Poderosos personajes femeninos
Otro de los aspectos donde brilla 'The 100' es en la creación de complejos personajes femeninos. Pese a que las tramas de la ficción invitaban a pensar que su universo resultaría muy masculino, en cambio, desde su concepción, la serie ha estado liderada por mujeres diferentes e interesantes. Desde Clarke a Abby, pasando por Octavia, Raven, Lexa Indra o Anya.
Los roles de poder cambian de manos, mostrando diferentes tipos de liderazgo en función de a qué personaje se acerque el espectador. Mujeres fuertes, poderosas, decididas y capaces, pero también vulnerables, con miedos y defectos que añaden matices a su construcción, desafiando los roles típicamente establecidos.
Pero no se limita a construir mujeres firmes y decididas, con atributos que raramente le son asignados en la ficción, pues la definición de los personajes masculinos resulta de igual modo interesante aun sin llevar la batuta y el peso de la historia. Aportan en cada trama, en cada decisión, son tenidos en cuenta y motivan giros de guión, enriqueciendo todavía más la narración.
El amor, en un enriquecedor segundo plano
En 'The 100' las relaciones sentimentales no son, ni mucho menos, el motor de la historia como en otras series de su canal. Amores y desamores forman parte del ciclo natural de las vidas de los protagonistas, pero son tratados como un elemento más a tener en cuenta en la difícil batalla por la supervivencia que libran día a día. Hay parejas o incluso triángulos amorosos, sí, pero son tratados desde una perspectiva más adulta, compleja y siempre con implicaciones mayores para el conjunto de la historia. No son un fin en sí mismo, sino una consecuencia, un elemento más en la narrativa, en los juegos de poder, en el crecimiento y desarrollo de los personajes, a veces hasta la clave para sobrevivir.
Todo ello convierte a 'The 100' en una serie a tener muy en cuenta. Por las posibilidades que ofrece su historia, por el ritmo frenético de sus tramas, por los pocos límites que se marca y por lo bien que aprovecha el crecimiento personal de sus protagonistas, vaya en la dirección que vaya, aunque a veces no sea la correcta. Tomar decisiones nunca es sencillo, y mucho menos cuando tu vida y la de los tuyos están en juego y cualquier movimiento en falso puede terminar en una nueva guerra. En ese equilibrio es donde se mueve 'The 100', y donde brilla.