Dos amigos inseparables desde hace casi treinta años. Desde hace 5 comparten escenario en "Dos Mellizos", lo que les ha permitido conocerse a la perfección. Esto ha hecho que la habitual charla de 'En la tuya o en la mía' haya sido más distendida que de costumbre y los seguidores de los dos hayan podido conocer cosas de ambos que no se sabían.
1. Su primera vez
Bertín no recordaba cómo se conocieron por primera vez, Arévalo rápidamente le ha contado como fue. Ambos participaron en el 'Un, dos, tres'. "Fue premonitorio", explica Mayra Gómez Kemp que ha participado en el programa para alabar el trabajo del humorista.
Arévalo interpretó a diferentes personajes a lo largo de su estancia en el programa, y en uno de ellos hizo de homosexual enamorado de Bertín. A pesar de que en su momento hizo mucha gracia, luego recibió críticas por interpretar a los homosexuales como hombres afeminados. Él ha explicado que siempre lo hizo sin querer dañar a nadie, igual que las exageraciones del resto de sus personajes.
Bertín y Arévalo, 'En la tuya o en la mía'
2. El despiste de Bertín en el teatro
Las mujeres no solo son el punto débil de Bertín en su vida de diaria, sino también en el teatro. Arévalo ha desvelado entre risas que el presentador dispersa su mirada en el patio de butacas si ve a una mujer guapa. Bertín ha querido recalcar que él no se considera un profesional de la actuación, que va al teatro a disfrutar y a divertir al público.
3. Arévalo trabajó gratis para Pablo Motos
El presentador de 'El hormiguero' ha querido aparecer en el programa de 'En la tuya o en la mía', a través de un Ipad, para agradecer a Arévalo que participase en su programa de radio sin remuneración. "Paco era súper famoso, pero venía a mi programa gratis. Hay que ser excepcional para hacer eso", ha remarcado.
4. "La Paella Real"
Los seguidores habituales del programa han podido descubrir que Bertín es nulo en la cocina, y tampoco sabe hacer una paella. Sin embargo, Arévalo sí que domina esta comida. De hecho ha confesado que se la hizo a doña Elena.
Bertín charlando con Arévalo
5. Arévalo, un genio del humor con un duro comienzo
Que Arévalo es un gran humorista no es algo nuevo, ya que su vida la ha enmarcado en este ámbito. Pero en esta ocasión no ha sido el público quién lo ha dictaminado, sino sus compañeros de profesión. Paz Padilla y Santiago Segura han entrado en el programa para asegurar que es uno de los cómicos que más pueblos ha recorrido y más cercano. Santiago Segura ha recalcado que él fue uno de los que convirtió los chistes en monólogos. "Lo importante era el chiste, no el desenlace. Te reías con el desarrollo, cuando llegaba al final a veces era para matarlo de lo malo que era. Un genio del humor", explica.
Sin embargo, no todo han sido luces en la vida de Arévalo. Este comenzó trabajando de camarero, dependiente... Y cuando hubo una crisis textil comenzó a trabajar como humorista. Se recorrió "todos los cabarets de España varias veces". Ha explicado que fueron las chicas de alterne las que lo ayudaron en todo momento.
6. La anécdota de Bertín en la nieve
Una de las aventuras amorosas de Bertín tuvo lugar en la nieve. Quiso conquistar a una chica y esta le invitó a esquiar. Bertín que no había esquiado nunca se presentó vestido "para cazar". Ella y sus amigos se rieron de él y al llegar a la pista pidió ayuda a uno de los trabajadores. Acabó vistiéndose con ropa que le quedaba pequeña y rompiendo la cazadora, pero encontró una forma de escapar del frío, "en una época en la que no existían las camisetas térmicas", él se puso periódico para coger calor, "llevaba la portada de Fraga".
Cuando salió los amigos de la chica se rieron de él, "siempre hay un pijo de estos". Le avisaron que no podía esquiar así, pero él se empeñó en intentarlo. Tuvo que aprender a esquiar y lo hizo junto "a una gorda más grande que una mesa". La mujer protagonizó una imagen que Bertín no ha olvidado en 35 años. Esta necesitó ir al baño y, al no haber arriba en la montaña, el monitor le dijo que fuese a una zona donde no se la veía. De pronto escucharon "un grito desgarrador" y vieron "a la gorda en pelotas bajando apoyada en los esquís cuesta abajo". La anécdota no acaba ahí y es que a pesar de que no logró encontrar a las chicas en su aventura, si encontró a un amigo suyo lisiado en la cafetería "que sabía esquiar a la perfección". El amigo tenía el brazo vendado, todo fruto de la mujer que bajó sin control por la nieve.
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Para Arévalo su mujer era "mi mujer, la madre de mis hijos, mi madre, mi padre... Todo". Por lo que su pérdida ha supuesto un gran mazazo para él. Eso sí, está contento de haber podido despedirse de ella como él quería: "He estado todos los días durmiendo a su lado y dándole muchísimos besos".